- Comunidad primitiva
- Sociedad esclavista
- Paradigma médico filosófico
- Paradigma médico teológico
- Paradigma médico político
- La relación entre lo biológico y los social
- Bibliografía
Desde que Marx y Engels precisaron que la producción de bienes materiales por el hombre constituye un hecho histórico, al establecer la diferencia básica entre el hombre y los animales, afloraron todo tipo de necesidades en la relación entre los mismos, tanto económicos como volitivo afectivo, apareciendo el intercambio entre los individuos (1).
Las organizaciones sociales se fueron creando según la forma y manera de vivir los individuos y no de modo inverso o sea, la sociedad no determinó la manera de vivir del hombre. Esto implicó una producción material que condujo al comercio y por otra parte la actividad productiva hizo surgir la conciencia , determinada esta última por las condiciones de vida material y expresada en ideas y representaciones.
La necesidad de intercambio al mismo tiempo dio lugar al surgimiento de la conciencia y a la expresión práctica de la misma, o sea, el lenguaje, el cual no es más que la envoltura material del pensamiento.
El intercambio entre los hombres determinó las relaciones entre los mismos, la cuales tienen un condicionamiento socio-histórico concreto. Es por ello que toda relación interpersonal es social en esencia y refleja el conjunto de las relaciones sociales que la determina.
Las relaciones interpersonales tienen un carácter complejo y están determinadas o influenciadas por múltiples factores que se relacionan mutuamente: económicos, clasistas, profesionales, sociológicos, morales, y jurídicos entre otros.
Dentro de las relaciones interpersonales la relación médico paciente es un fenómeno singular en el cual se interpenetran tres componentes; el médico, el paciente y la enfermedad, teniendo cada uno de ellos las características que le confieren el tipo de sociedad en que se forman y desarrollan, ya sean sus protagonistas personales (médico y paciente) , así como la enfermedad como concepto.
Estos tres elementos que interactúan de manera dialéctica y que se pone en contacto a través de una situación particular son protagonistas obligados en toda época o sociedad, independientemente de que cada uno de ellos haya sufrido importantes modificaciones en su evolución histórica.
El concepto de salud y enfermedad ha evolucionado notablemente desde los tiempos primitivos hasta nuestros días. Igualmente la visión que han tenido las diferentes sociedades del médico y del paciente como seres humanos, de ellos entre sí y de sí mismos, ha cambiado de manera trascendente, según el lugar y valores que se le han asignado al hombre dentro de las sociedades y en la historia o sea , la visión humanística del mismo.
El humanismo usualmente se maneja en su expresión clásica como movimiento cultural que se despliega en la época renacentista, el cual tenía como objetivo rescatar la dignidad humana tan atrofiada por siglos de servidumbre (2) (3). No constituye una corriente filosófica o cultural homogénea. Se caracteriza en lo fundamental por propuestas que sitúan al hombre como valor principal de todo lo existente y a partir de ahí propiciarle mejores condiciones de vida material y espiritual.
El presente trabajo parte de una evaluación histórica de la relación médico paciente, utilizando los aspectos filosóficos del humanismo como herramienta metodológica para valorar la proyección que esta importante corriente ha tenido sobre esta singular relación en diferentes sociedades, planteando la necesidad de que en la actualidad es imprescindible tomar en la medicina rumbos mas acordes a la integralidad del ser humano, basados en una aplicación consecuente de dos enfoques hasta ahora aparentemente contrapuestos: lo biológico y lo social.
Desde la etapa del hombre primitivo existió una relación entre dos personas en la cual, una de ellas, afligida por una determinada situación ya fuera un traumatismo o una enfermedad, fue ayudada por otra, la cual, tal vez, permaneció simplemente a su lado (4).
El aquel entonces el hombre, dotado de una serie de modos de hacer, heredados de sus antepasados pre-homínidos y poseedor ya de una conciencia desarrolla una actividad práctica en un espacio limitado por sus propias posibilidades de desplazamiento, observa en la naturaleza procesos que se repiten y por su capacidad productiva y conocimientos puede reproducir. Utiliza el error y el ensayo como método, así como la imitación y logra resultados satisfactorios en el enfrentamiento de situaciones particulares que aprecia como anómalas, llámense enfermedades. Largo fue el aprendizaje de que determinadas yerbas o raíces podrían aliviar o curar ciertas dolencias (5).
Al carecer de la posibilidad de explicar científicamente los fenómenos que observaba le son incomprensibles y los interpreta como sobrenaturales, dándole un sentido mágico, los guarda celosamente y solamente los trasmite a quienes elige.
Para darle su impronta personal realiza ofrendas, ritos e invocaciones a dioses con lo cual logra que se asocie el supuesto poder mágico con su obligada actuación. Ha nacido el brujo, chamán o hechicero, el cual no es más que el germen del futuro médico, con una jerarquía privilegiada, poderes sobrenaturales y un halo de intangibilidad.
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