- Pequeña introducción
- El modo de exposición
- La avaricia
- El mercado y la regulación
- La intervención del Estado o la necesidad del socialismo
- socialismo?
- El punto de vista del ahorrador
- La burbuja inmobiliaria
- Capitalismo y valor mercantil
- Todo proceso de producción es un proceso de reproducción
- Precio de costo y ganancia
- Cuota de plusvalía y cuota de ganancia
- Las condiciones de la explotación y de la realización de la fuerza de trabajo
- El mercado mundial como ley natural independiente de los productores
- El desarrollo de las fuerzas productivas y la valorización del capital existente
- El crédito como mediador de toda actividad económica
- Las acciones
- El crédito y la desaparición de las justificaciones del capitalismo
- La razón última de las crisis
"La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuviesen más límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad". Karl Marx
Pequeña introducción
Algunas personalidades de la izquierda radical me vienen solicitando desde agosto que elabore un trabajo sobre la crisis. Quise responder al instante, pero no pude con el compromiso. Me tropecé con dos dificultades: la primera, no tenía actualizado muchos conceptos de El Capital, y la segunda, me veía obligado de continuo a intercalar conceptos aclaratorios que afectaban al orden de la exposición. Así que no tuve otro remedio que ponerme a estudiar de nuevo el libro primero y el libro tercero de El Capital.
Una cosa vi clara desde el principio: la izquierda radical necesita de los conceptos de El Capital para representarse el mundo capitalista de un modo diferente de como se lo representa la burguesía. Pues sucede que muchos trabajos que se hacen desde la izquierda reformista y la izquierda radical utilizan preferentemente conceptos de la economía convencional. Y de ese modo no escapan de la lógica del capitalismo.
Quisiera advertir que elaboraré algunos conceptos elementales de la teoría económica marxista que para muchos son conocidos. Pero en ocasiones los conceptos elementales no se dominan tanto como se cree, y lo peor: no se usan en el análisis. Así que deberíamos preguntarnos qué sentido tiene conocer los conceptos elementales de la economía marxista y después no usarlos en el análisis del capitalismo. Se produce aquí un gran error en la ideología de muchas personalidades de la izquierda radical: divorcio entre el carácter universal de los conceptos que supuestamente tienen en la cabeza y el carácter particular del capitalismo realmente existente. Otra advertencia: cuando elaboro este tipo de trabajo, siempre pienso en un lector que desconoce casi por completo la teoría económica de Marx. No es que rebaje el nivel teórico de la exposición, sino que no doy nada por sabido. Creo que de este modo el número de lectores al que puede ser accesible este artículo será mayor, y esto irá en beneficio de la causa socialista.
El modo de exposición
Con este trabajo no pretendo responder de modo inmediato sobre las causas de la crisis. Las causas inmediatas o aparentes de la crisis ya han sido expuestas por la mayoría de los analistas de la izquierda reformista: la avaricia y la desregularización de los mercados financieros. Lo que pretendo es aprovechar la oportunidad para poner en circulación un conjunto de conceptos de El Capital de Karl Marx que nos ayuden a representarnos de modo científico la naturaleza del modo de producción capitalista y las condiciones que hacen posible la crisis. En eso consistirá la segunda parte de la exposición, mientras que en la primera parte someteré a crítica la explicación de las causas de la crisis según la izquierda reformista.
La avaricia
Algunos analistas han presentado a la avaricia como una de las causas principales de la crisis financiera. Esta explicación adolece de dos defectos: uno, presenta un rasgo esencial del sistema capitalista, la avaricia o acumulación insaciable de riqueza por parte del capitalista, como un rasgo accidental y ocasional, y dos, explica el acto de la avaricia como una consecuencia de un rasgo de la subjetividad: ser avaricioso. Cuando lo correcto bajo el punto de vista científico sería explicar qué condiciones objetivas hacen posible que una persona sea avariciosa. Esto es como si le preguntáramos a un especialista por qué A asesinó a B, y nos respondiera: porque es un asesino. El analista lo único que ha hecho es sustantivar el verbo y, por consiguiente, no ha dado explicación alguna sobre las condiciones objetivas que hacen posible la realización del acto.
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