2 INTRODUCCIÓN En un intento por dar una visión que nos permita comprender la zona de Santa Mariña de Augas Santas, centro cultual desde hace más de 2000 años, intentaremos rastrear sus orígenes y evolución, aunque en la mayoría de los casos resulte complicado, sobre todo interpretar las transiciones de unas religiones o usos a otros. El propósito es reducir este proceso evolutivo a un posible o hipotético modelo de conversión que se dio en toda la Península Ibérica y más concretamente en el Noroeste de la Hispania romana. Utilizaremos la figura del especialista cultual, o sacerdote, o chamán, o curandero, es decir, la de un hipotético personaje que nos llevará por un camino que no ha hecho otra cosa que discurrir, sorteando dificultades, hasta trazar la línea de continuidad desde un culto originario que portó una familia llegada a este lugar de Augas Santas, que consagraba su entorno y lo interpretaba en función de lo que su arquitectura mental le dictaba. Es importante, para ver y comprender esta evolución, introducirse en el significado de los componentes naturales del entorno y de cómo éstos han condicionado la vida de la zona de Santa Mariña, y por extensión del noroeste peninsular, observando el comportamiento del hombre como ser religioso adorador de ídolos o de hitos geográficos-, viendo que representan en el actual imaginario popular y como se integran dentro de la religión. Por ello es necesario aproximarse al significado de estos elementos (piedras, agua, vegetación), sin pretender hacer un inventario, y como son usados por la religión para adaptarlos a los ritos y a la vida cotidiana. Este viaje nos llevará también a describir todo el conjunto artístico y patrimonial de la Parroquia de Santa Mariña de Aguas Santas, que se enmarca perfectamente en un ejemplo cultual mariano milagroso, tanto por las prácticas como por sus elementos. En resumen, podríamos decir que el camino va a transcurrir entre dos hitos fundamentales: la creación del asentamiento primigenio y el momento actual; lo que intentaremos reconstruir al final será el camino entre ellos, la conservación de un punto de adoración desde el lugar original que ejercía de centro primordial, el santuario celta o indígena,
3 hasta el actual enclave de veneración a la santa, y, lo principal, el responsable de su perduración, que será el protagonista que nos guíe en ese camino.
Transcribo las palabras que L. Cuevillas1 escribió en referencia a las tres estatutas de guerreiros encontradas en la prospección del castro:
[…] Coma se todas saísen dunha formación militar de actitudes unánimes, estas tres estatuas son idénticas ás dúas atopadas en Galicia e ás doce que se sinalaron no norte de Portugal. Nada teñen que ver cos lexionarios de Roma, que mandaba Olibrio; son tan só soldados da terra galega, cando esta aínda non se crebara en dos anacos para dar nacencia a Portugal. Son os guerreiros que combateron no exército de Viriato, os que viaxaron polos roteiros dos fisterras atlánticos, os que defenderos Lambrica e Cinnania, e os que beberon no Medulio o zume mortal tirado do teixo. 1 Vista de Santa Mariña de Augas Santas con el santuario desde el Castro de Armea. (Foto: Gusi Domarco)
LÓPEZ CUEVILLAS, FLORENTINO, Prosas Galegas, Capítulo Unha santa, unha cidade e tres guerreiros.
4 EL COMPONENTE DEL MEDIO EN LOS CULTOS CULTO AL AGUA No son pocos los lugares de Galicia en los que se alude a una fuente existente en un lugar determinado de una montaña, entre rocas, o al nacimiento de un arroyo al que la tradición y las creencias populares le han atribuído una propiedad milagrosa, como las de ser capaz de curar heridas o sanar enfermedades. Un ejemplo es el que nos narra Rodríguez López2 en relación con la parroquia de Coeses, provincia de Lugo, donde, como él describe, hay una capilla llamada de las Virtudes, cuyo día o fiesta es el 8 de septiembre, Siendo yo un niño, estuve en aquella fiesta, y viendo la mucha gente que acudía á beber á un riachuelo que pasa cerca de la capilla, también yo bajé allí, donde me enseñaron un pequeño hoyo á la orilla, en donde recogían agua, no sólo para beber en el acto, sino guardar en botellas y llevarlas á sus casas, como milagrosa para la curación de diversas enfermedades. Los aldeanos explicaban que la milagrosa virtud del agua se debía á que en cierta ocasión pasara por allí la Virgen con el niño en los brazos, tuvo sed y se bajó á beber en aquel sitio, quedando señalado el lugar en donde puso la rodilla, que era el hoyo donde recogían el agua. Vemos constantes que se repiten a lo largo de la historia de las creencias paganas, como en el caso de Santa Mariña de Augas Santas, el agua con propiedades y el hoyo, manantial o mina de la que mana agua milagrosa, aquí tendríamos ya uno de los elementos que forma esa trilogía de los centros cultuales. No quiero limitar estas virtudes a un tipo concreto de fuentes y en un determinado entorno; no solo las fuentes o ríos que pasan cercanos a santuarios tienen esas propiedades, así, hay una fuente cercana a Santiago que tiene fama para curar las calenturas, también existe otra en las cercanías de Tui que pretende curar los males extraños de los niños arrojando al río su ropa en una cestilla con una vela encendida, creyendo que si, al arrastrarla las aguas, la luz no se apaga, curará el niño, y si se apaga, no sanará.
La importancia del agua como elemento creador y fecundante quedó clara ya en el siglo IV d.C., cuando las fuentes eran objeto de ofrendas de pan y vino por parte de los 2 RODRÍGUEZ LÓPEZ, JESÚS, Super
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