- Ilustración humana de lo humano.
- Una reorganización semántica
- Cuando el esfuerzo por mejorar se convierte en un calvario
- El tesoro inestimable
El modelo mental de la Terapia de la imperfección (Un nuevo camino mental)
"Si abordas una situación como asunto de vida o muerte,
morirás muchas veces."
Adam Smith
Un terapeuta de la terapia de la imperfección (TI) está apertrechado de tres cosas: de herramientas o técnicas terapéuticas (inclusión del límite–conciencia del límite), de una teoría psicológica (Terapia de la imperfección) y de una visión del hombre que sustente la teoría y las técnicas terapéuticas (Antropología del límite). Con ese equipaje, el terapeuta inicia un proceso de ayuda que se desempeña en dos movimientos o fases: fase descendente y fase ascendente.
La primera y la segunda fase, igual que en la mayoría de las didácticas terapéuticas, están encaminadas a la exploración y a la autocomprensión, respectivamente.
La terapia de la imperfección prefiere hablar de "encuentro" en vez del clásico término desventajoso de terapia o sesión terapéutica, que coloca a dos seres limitados en planos desiguales. La conciencia de ser "terapeuta" puede y de hecho suele ser, un estorbo para el manejo de la terapia de la imperfección.
Con el vocablo plural de "técnicas" no aludimos a recetas o a ese tipo de propuestas propias de teorías psicológicas de tipo cognitivo o conductual. Sólo por analogía se habla de "técnicas", pero en realidad son artilugios, pertrechos, de tipo existencial. Una de esas técnicas se conoce como inclusión del límite.
La "inclusión del límite" acontece cuando recuperó la contingencia de la vida, su provisoriedad, su fragilidad, su incoherencia, su inconsistencia. La inclusión del límite, en calidad de estrategia cognitiva, genera una "razón razonable", esto es, participativa, comprometida, solidaria, generosa, cooperante, con la realidad defectuosa.
En común con cualquier otra orientación terapéutica, la Terapia de la imperfección se pregunta por el meollo del problema, a saber: ¿en qué consiste la salud mental? Pero se pregunta, además, a quien destinar dicha pregunta. En efecto, ¿a quien podemos preguntar por la salud mental?
¿A la psiquiatría? Esta disciplina médica no se ocupa de la salud, sino de las enfermedades mentales, especialmente de las psicosis que se caracterizan por delirios y alucinaciones, por profundos trastornos cognitivos que alteran la percepción de la realidad.
¿A la psicología o a la psicoterapia? Tampoco. También ellas se ocupan de las enfermedades mentales, específicamente de las neurosis, antes llamadas "enfermedades nerviosas", que se caracterizan por la "inestabilidad emocional". (Digamos de paso que se trata de una expresión curiosa pues los "nervios", en este caso, tenían que ver con la afectividad).
La pregunta por la salud mental no tiene que ver con la enfermedad, propiamente, sino con la salud. Y no con la salud de un organismo psicofísico, sino con la salud de la persona. Por tal motivo, la pregunta parece salirse del terreno exclusivo de la medicina y de las ciencias sociales.
En efecto, cuando:
· Freud afirma que la salud mental consiste en el hecho de amar y trabajar, donde amar no es sólo tener relaciones sexuales (pues lo animales también las tienen y no conocen el amor), sino en la capacidad de establecer relaciones íntimas y de larga duración;
· cuando otros teóricos definen la salud mental como la capacidad de aceptar lo que hay de bueno en la vida junto a lo que hay de malo sin ser vencidos por lo que hay de negativo;
· cuando describen la salud mental como la capacidad de arreglárselas uno mismo o la habilidad de apreciar la vida y de amar el mayor número de cosas o el estar profundamente convencido que se es; verdaderamente alguien que vale la pena ser, aun con todos los límites que poseemos;
· cuando se figura como la capacidad de realizar valores ;
· cuando la Terapia de la imperfección sostiene que la salud mental está inseparablemente unida a la aceptación de nuestros límites existenciales.
En todos estos casos, con cualquiera de estas afirmaciones, la pregunta rebota en otro terreno.
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