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Vinculación de los diseños curriculares con el desarrollo sostenible (página 2)

Enviado por Dalva de Almeida


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La educación para un futuro sostenible habría de apoyarse en los planteamientos éticos más o menos antropocéntricos o biocéntricos. Dicho con otras palabras, no conviene buscar otra línea de demarcación que la que separa a quienes tienen o no una correcta percepción de los problemas y una buena disposición para contribuir a la necesaria toma de decisiones para su solución.

Basta con ello para comprender que, por ejemplo, una adecuada educación ambiental para el desarrollo sostenible es incompatible con una publicidad agresiva que estimula un consumo poco inteligente; es incompatible con explicaciones simplistas de las dificultades como debidas siempre a "enemigos exteriores"; es incompatible, en particular, con el impulso de la competitividad, entendida como contienda para lograr algo contra otros que persiguen el mismo fin y cuyo futuro, en el mejor de los casos, no es tenido en cuenta, lo cual resulta claramente contradictorio con las características de un desarrollo sostenible, que ha de ser necesariamente global y abarcar la totalidad de nuestro pequeño planeta.

Frente a todo ello se necesita una educación que ayude a contemplar los problemas ambientales y del desarrollo en su globalidad (Tilbury, 1995), (Luque, 1999), (Duarte, 2006), teniendo en cuenta las repercusiones a corto, medio y largo plazo, tanto para una colectividad dada como para el conjunto de la humanidad y del planeta (Novo, 2006); a comprender que no es sostenible un éxito que exija el fracaso de otros; a transformar, en definitiva, la interdependencia planetaria y la mundialización en un proyecto plural, democrático y solidario (Delors, 1996). Un proyecto que oriente la actividad personal y colectiva en una perspectiva sostenible, que respete y potencie la riqueza que representa tanto la diversidad biológica como la cultural y favorezca su disfrute.

El futuro va a depender en gran medida del modelo de vida que se siga y, aunque éste a menudo lo tratan de imponer, no hay que menospreciar la capacidad de los consumidores para modificarlo (Comín, y otros, 1999).

La propia Agenda 21 indica que la participación de la sociedad civil es un elemento imprescindible para avanzar hacia la sostenibilidad. Aunque no se debe ocultar, para ir más allá de proclamas puramente verbales, la dificultad de desarrollo de las ideas antes mencionadas, ya que representan cambios profundos en la economía mundial y en las formas de vida personales. Por ejemplo, el descenso del consumo provoca recesión y caída del empleo. ¿Cómo eludir estos efectos indeseados? ¿Qué cambiar del sistema y cómo se podría hacer, al menos teóricamente, para avanzar hacia una sociedad sostenible?

Se precisa, por tanto, un esfuerzo sistemático por incorporar la educación para la sostenibilidad, como una prioridad central en la alfabetización básica de todas las personas, es decir, como un objetivo clave en la formación de los futuros ciudadanos y ciudadanas (Novo, 2006). Un esfuerzo de actuación que debe tener en cuenta que cualquier intento de hacer frente a los problemas de la supervivencia como especie ha de contemplar el conjunto de problemas y desafíos que conforman la situación de emergencia planetaria (Vilches, 2003, 2009).

Ese es precisamente uno de los retos fundamentales que se presentan, el carácter sistémico de problemas y soluciones: la estrecha vinculación de los problemas, que se refuerzan mutuamente y han adquirido un carácter global, exige un tratamiento igualmente global de las soluciones.

Se requieren acciones educativas que transformen las concepciones, los hábitos, las perspectivas, que orienten en las acciones a llevar a cabo, en las formas de participación social, en las políticas medioambientales para avanzar hacia una mayor eficiencia, hacia una sociedad sostenible, acciones fundamentadas, lo que requiere estudios científicos que permitan lograr una correcta comprensión de la situación y concebir las medidas adecuadas.

Particular importancia reviste el esfuerzo de la educación en los medios no urbanos, hasta aquí escasamente atendidos. Cabe recordar a este respecto que, a pesar de la rápida y creciente urbanización, más de 3000 millones de personas en los países en desarrollo (cerca del 60% de su población) y casi la mitad de la población mundial viven en zonas rurales. La educación es crucial para afrontar la pobreza en este medio y lograr un desarrollo rural sostenible. Por ello, en el 2002, durante la Segunda Cumbre de la Tierra, celebrada en Johannesburgo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la UNESCO pusieron en marcha una iniciativa de cooperación para incrementar el acceso y mejorar la educación básica de la población rural. Estas acciones educativas no pueden limitarse hoy a la educación formal sino que han de extenderse al amplio campo de la educación no formal (museos, prensa, documentales…), sin olvidar que se vive en la era digital, en la que Internet está favoreciendo una difusión global y una conectividad constante que debe ser aprovechada críticamente (Hayden, 2008).

De particular importancia resulta para Brasil la incorporación en la enseñanza media de los contenidos necesarios a incorporar en materia de desarrollo sostenible dada las extraordinarias potencialidades en cuanto a recursos naturales con que cuenta ese país. Es por ello que vincular los contenidos necesarios que contribuyan a elevar los niveles de conciencia, a través de la educación resulta prioritario.

Estudios precedentes realizados por la autora han demostrado el insuficiente nivel de conocimiento que poseen los alumnos en la enseñanza media en el estado de Minas Gerais, particularmente en las zonas rurales a partir de la falta de integración de los conocimientos que en materia de desarrollo sostenible reciben los estudiantes.

Características generales de los diseños curriculares

El diseño curricular es el resultado de la actividad de planificación y organización que desarrollan los profesores, con el fin de proyectar la ejecución del proceso docente del modo más eficiente para alcanzar los objetivos que se establezcan en el modelo o perfil del profesional.

El diseño curricular debe elaborarse sobre bases científicas, exigencia imprescindible de la formación de profesionales con alto nivel de desarrollo, capaces de participar como agentes de cambio en la transformación económica y social, que su país demande.

El estudio de las tendencias económicas y sociopolíticas, capacita a los expertos que diseñarán el proceso pedagógico, para una proyección más científica, acorde a las concepciones teóricas y metodológicas más avanzadas, en correspondencia con la vida, para lograr, a su vez, una identidad de la institución universitaria.

En la actualidad, se va logrando un mayor consenso internacional sobre la necesidad de formar profesionales de un perfil amplio, capaces de enfrentar diferentes problemas sobre un mismo objeto de trabajo; y con posibilidades para adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos y organizativos que demande el desarrollo científico técnico y a las exigencias de la sociedad en general.

El desarrollo tecnológico, del mundo de hoy, impone la necesidad de resolver problemas diversos, en variadas condiciones, lo que exige una gran eficiencia en un marco de alta competencia y desempeño; es por eso que el profesional debe caracterizarse por poseer:

  • Una formación de productor.

  • Una fuerte preparación cultural con un marcado carácter profesional.

  • Una amplia preparación tecnológica básica.

  • Una preparación tecnológica específica, con una proyección flexible.

  • Una preparación para adaptarse a los cambios tecnológicos y organizativos.

Las ideas desarrolladas están basadas, en lo fundamental, en los trabajos presentados por (Álvarez, /s.a/).

Para que los diseños curriculares respondan a esas exigencias y otras no menos importantes, se recomienda tener en cuenta un conjunto de principios que generalizan los modos de desarrollo de esta actividad y sirven de punto de partida para realizarlo con eficiencia.

Conclusiones

  • 1. Se establece la vinculación de la enseñanza y el Desarrollo Sostenible así como la contribución a una creación de una conciencia humanística.

  • 2.  Se plantea la importancia que los diseños curriculares tienen para incrementar la preparación de la población en particular en los educandos.

Bibliografía

  • 1- Álvarez, C. 2001. El diseño curricular. 2001. pág. P. 35.

  • 2- Delors, J. 1996. La educación encierra un tesoro. Santillana, Madrid : Ediciones UNESCO, 1996. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI.

  • 3- Hayden, T. 2008. El estado del planeta. . España. Madrid: RBA : National Geographic , 2008.

  • 4- Vigotski. 2005. Pensamentp e linguagem. Sao Pablo : Martins Fontes, 2005.

 

 

Autor:

Dalva de Almeida Correia Texeira

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