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La vejez es "curable"

Enviado por Felix Larocca


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    La vejez: Vista, como "enfermedad curable"

    La diferencia entre la duración de la vida entre las varias especies de animales es asunto de interés, por lo sorprendente que resulta.

    Un ratón, con toda su intranquilidad, vive menos que un caballo. Pero, no es tamaño lo que controla la longevidad, ya que los seres humanos vivimos más tiempo que las ballenas y las tortugas galápagos viven más que nosotros.

    Muchas teorías tratan de explicar los eventos que, en conjunto, desencadenan u oponen el proceso del envejecimiento, sin que se haya logrado un consenso general.

    Las más aceptadas postulan tres factores primordiales:

    • El efecto de los radicales libres que terminan envenenando las células.
    • Exceso de azúcares que forman uniones con ciertas proteínas, similar a la del caramelo producido por la quema del azúcar, y
    • El consumo reducido de calorías, que lo dilata — a lo que atestan las compañías de seguros.

    Hay diferencias en las edades en lo que respecta a las mejores épocas de la vida para producir mejor rendimiento:

    • Jugadores de tenis logran sus mejores juegos entre los veinte y treinta años
    • Matemáticos y músicos como Einstein, Newton y Mozart hicieron sus contribuciones más notables en la tercera década de sus vidas
    • Biólogos hacen sus logros mayores entre los treinta y los cuarenta
    • Los políticos a los cincuenta y los sesenta
    • Escritores y artistas llevan su creatividad con ellos a los ochenta y noventa años, como lo hicieran Picasso, Matisse, Rebecca West, George Bernard Shaw y muchos más.

    La expectación de la vida ha aumentado en los Estados Unidos; de 73 años en el 1900 a 79 años, con mínimas diferencias para ambos sexos, en el 1999.

    Hoy se cuentan 36,000 americanos entre los centenarios vivientes.

    De todos los factores negativos que, se han reconocido, contribuyen al acortamiento de la vida, dos son sobresalientes por su efecto:

    A todos nos interesa la vida de Madame Jeanne Calment (1875-1997) — quien, a los 122 años — fuera, la persona con la vida más larga en récord.

    De adolescente esta mujer conoció a Vincent Van Gogh, a quien describiera en los términos más negativos.

    Casó en 1896, cuando su esposo se consideró muy viejo para pelear en la Primera Guerra Mundial.

    Su nieto la precedió en la muerte por 37 años.

    Mme. Calment montó su bicicleta hasta que cumpliera los cien años, se rompió dos huesos en una caída cuando ya cumpliera los 115 años, dejando el cigarrillo a los 117.

    Como tantos que viven vidas largas, ella mantuvo un sentido agudo del humor. Cuando le preguntaban cómo se mantenía tan jovial, su estándar respuesta era: "Yo sólo tengo una arruga en el cuerpo y estoy sentada en ella…"

    Mme. Jeanne Louise Calment

     

    El rol de la inflamación en el proceso de la vejez

    Controlando la inflamación puede ser de importancia en el cuerpo para prolongar la vida

    Tomemos un caso conocido entre los atletas norteamericanos.

    Jim Hammond, es un atleta destacado dentro de los elitistas. Se entrena una ó dos horas al día con un instructor privado. Este último, lo hace correr y hacer ejercicios anaeróbicos como si fuera muy joven — que, de acuerdo a su rendimiento, lo es.

    Jim ha ganado tres medallas de oro y una de plata este mismo año corriendo maratones.

    En su división ha roto cuatro récords nacionales y demuestra un estado cardiovascular que sus médicos describen como "insuperable".

    Lo que es sorprendente, acerca de Jim Hammond es su edad. El cumplió 93 años hace unos meses.

    Cuando se le pregunta cuál es su "secreto", confiesa no tener uno.

    Nunca ha fumado, pero tampoco hizo ejercicios hasta que entrara en los cincuenta años, no tomándolo en serio hasta los ochenta.

    Le gusta ganar en las carreras y admite sin titubear, que no siente que el envejecimiento lo limita en sus actividades atléticas favoritas.

    Parece extraordinario, pero quizás no lo es como veremos

    Nos dicen que la vejez y la muerte son las únicas certidumbres de la vida. Pero, parece ser, que quienes así piensan se equivocan.

    En vista de nuestros conocimientos actuales, la vejez y el paso de los años no son iguales.

    De acuerdo a nuevas teorías, la vejez puede ser un fallo en la función del sistema inmune. El mismo que nos protege contra las enfermedades infecciosas.

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