Misantropía
Lo que el ser humano ha hecho con el mundo es difícil de procesar y aceptar, aun cuando quien está realizando esta valoración es un humano. Indudablemente la mayoría de las acciones que los seres humanos han llevado a cabo van en contraposición al orden natural de las cosas.
Todas las acciones humanas son egoístas y siguen una marcada posición antropocentrista, posición que le otorga un libertinaje excesivo y muy peligroso.
El fundamento clave de la misantropía es un axioma que se encuentra en constante dinamismo y que se hace difícil de ver porque el orden mundial de las cosas se ha alterado magistralmente y ha impuesto nuevas reglas éticas y morales.
La etiología sobre la que se cimenta el mundo es completamente desconocida, por ende, no nos es posible determinar un complejo factor deontológico que sea soleramente aceptable. Por ello, la observación es la única herramienta que podemos utilizar para asignar medidas morales a los hechos del mundo actual, sin embargo tropezamos nuevamente con un obstáculo, dado que la observación y la asignación de juicios morales (donde necesariamente debe haber un proceso de razonamiento profundo) van a devenir necesariamente de un humano y si los juicios morales vienen de una criatura tan malvada como el ser humano no son viables de ninguna manera posible.
El termino misantropía viene del griego "miso" que significa "yo odio" y "anthropos" que significa "humano", así en resumidas palabras la misantropía es el odio al ser humano.
No se debe abordar este concepto a la ligera, pues en realidad ese odio no se contempla como el odio a cada individuo de carne y hueso, de hecho el sesgar y limitar este profundo concepto a una visión tan empobrecida que solo alcanza a dilucidar las aberraciones humanas como actos individuales y aislados seria completamente obtuso y estúpido.
La misantropía es el odio racionalizado al ser humano como criatura social, el odio a todos los comportamientos e ideologías dominantes en el mundo, el odio a la infinidad de arbitrariedades que se cometen en nombre de la humanidad; en instancias finales es el odio a la maldad, es decir, es el odio a la parte que impera sobre la humanidad.
Desde tiempos remotos se ha hablado de misántropos, Platón por su parte enlazaba fuertemente la misantropía con la misologia que es la aversión a la razón. Indudablemente la raíz de este planteamiento es muy evidente, puesto que el razonamiento es una característica supuestamente "exclusiva" de lo humano y es considerada por la humanidad como la característica que lo diferencia del resto de criaturas vivientes; claro está, las ínfulas humanas están extraordinariamente elevadas. Sin embargo, a pesar de que se podrían oponer fuertes críticas a este planteamiento (producto de una especie de narcicismo colectivo) considero indispensable mantenerlo como base central de lo humano, logrando con ello establecer una analogía que asemeja la razón con los actos aberrantes que el ser humano realiza.
El misántropo piensa mucho en la humanidad, de hecho su "odio" se cimienta en patrones de razonamiento muy bien estructurados y organizados.
Valiéndome de lo anterior creo que hay más filantropía en la misantropía que en la filantropía misma, precisamente porque de ninguna manera me es posible entender como una persona puede tener una percepción tan superficial y mediocre de su propia especie hasta el punto de sentir un amor indiscutible hacia la misma, pasando por alto la cantidad inexorable de atropellos que esta comete contra el mundo, contra las criaturas del mundo y contra ella misma.
El misántropo se aísla constantemente del entorno social, pues su aversión generalizada hacia la humanidad no le permite concebir a la sociedad como algo diferente a una amenaza y quizá el punto máximo de concomitancia de la barbarie, por ello le es virtualmente imposible tener una relación bidireccional gratificante.
El misántropo es un ser introvertido y en la mayoría de los casos un ser bastante infeliz; esto se ve fácilmente explicado pues por más que este trate de oponer fuertes resistencias al hecho de ser humano, no podrá de ninguna manera eludir su condición y esto necesariamente va a crear fuertes disidencias internas, que probablemente van a fragmentar su "yo" haciéndolo pasar por fuertes momentos depresivos producto de un generalizado sentimiento de insatisfacción y soledad.
Es muy probable que un misántropo entre en un estado de ambivalencia que va a confrontar su "superyó" (quien va a tratar de preservar la ética individual) con su "ello" (más acorde con el principio del placer y por consecuencia más susceptible de imitar a la masa), esta lucha va a generar graves consecuencias sobre el "yo" del sujeto, alterándolo tanto conductual como anímicamente. Por ende la personalidad del misántropo va a fluctuar constantemente; el "superyó" en este caso se impondrá en el "yo consiente" del sujeto, mientras el "ello" se mantendrá latente en el "yo inconsciente" y saldrá de manera espontánea a la conciencia para imponerse sobre el "yo consciente", haciendo que se desobedezca al "superyó" y que el sujeto se deje guiar de manera desmedida por las pulsiones del placer que se encuentran fácilmente en la imitación y aceptación de las aberrantes conductas sociales, esto hasta que el superyó se vuelva a imponer inhibiendo esas acciones y sentimientos y recordando los pensamientos que ya se mantenían acerca de la humanidad. Así la personalidad del misantropo fluctúa entre el odio y el amor de manera incesante y contradictoria, aunque cabe destacar que el "superyó" va a dominar la relación funcionando más bien como castrador de las pulsiones del ello.
Es fácil suponer que una de las soluciones más factibles para un sujeto que se encuentre en una división semejante sea el suicidio, solución que a mi parecer tiene factores ontológicos muy profundos y la cual desde la posición del sujeto ha de ser muy viable, puesto que el odio a la humanidad representa al mismo tiempo un odio a uno mismo y que mejor manera de vengarse de la humanidad que vengándose de sí mismo a través de la muerte.
El universo tiene un valor exageradamente divino y perfecto cuando su más fluvial esencia se encuentra inalterada, pero existe un conflicto de enormes proporciones que se originan desde lo humano, un conflicto que coarta, perturba y distorsiona la perfección de la realidad.
La complejidad que se nos impone para captar dicho conflicto se debe exactamente a nuestra condición como humanos y también a que el meollo del conflicto concomita en una característica supuestamente exclusiva de los humanos, una característica que nos convierte en humanos y que hemos aprovechado para autoenaltecernos como dioses, una característica a la que llamamos "razonamiento".
Es justamente esa la característica que dota al ser humano con la capacidad para hacer realidad todas las perversiones que en él se originen de manera esporádica, además de permitirle tener suficientes argumentos para excusarse por cada una de las perversiones que lleve a cabo y salir libre de cualquier contradicción.
Creo que en el ser humano domina la esencia del espíritu destructivo, creo que este espíritu se encuentra permanentemente dominando en la conciencia de la humanidad y es sublimado de absurda manera en forma de "filantropía"; el "yo humano" ha de nacer puro y libre de toda la banalidad humana, sin embargo, por efectos de la imitación e identificación termina diluyéndose en la masa (la humanidad) y formando un superyó que va a proteger al "yo" del sujeto propugnando la imitación indiferida de todas las conductas visibles de su entorno, protegiendo al sujeto del rechazo social y la separatidad.
No obstante, en muy extrañas ocasiones el superyó del sujeto se crea de tal manera en la que las conductas del entorno se le hacen peligrosas he inadecuadas y dado que su entorno inmediato sería una determinada sociedad humana, se ve enormemente incrementada la corriente "misantrópica" en donde el superyó del sujeto comienza a percibir las conductas socialmente aceptables desde su esencia más pura, en otras palabras su percepción de la humanidad trasciende a su más fluvial esencia y logra captar la realidad sin el manto humano que solo permite ver las cosas que resultan convenientes, de allí viene que el misántropo perciba el espíritu destructivo de la humanidad de manera casi inevitable y también por ello enlaza permanentemente toda acción humana (por bondadosa que pueda parecer) a algo con un trasfondo oscuro y malvado.
Otro punto que no puede pasarse por alto, es la corriente de pensamiento que domina en el mundo –"una corriente netamente occidental"-, que es en resumidas palabras el reflejo de lo que sucede en el mundo: las divisiones territoriales, la concepción de hombre como centro, el modelo económico, la manera de idealizar la humanidad, la relación con la naturaleza, la manera de razonar, la ética, la moral, y en general la deficiencia altruista de la organización del mundo humano.
Si esta corriente de pensamiento es la que domina en el mundo, es necesariamente el meollo de la aversión hacia la humanidad por parte del misántropo, ya que es el entorno inmediato en el que concomita todo el proceso de evaluación y aprendizaje por parte del mismo, además de ser en instancias finales el lugar donde se desarrollan las instancias psíquicas del individuo (relación explicada en párrafos anteriores).
En consecuencia de lo anterior hay una marcada tendencia por parte del misántropo a considerar que la estructura del mundo debe cambiar y por lo tanto se exacerba la corriente narcisista, donde este comienza a percibir el ideal de mundo bajo criterios egoístas aunque siempre contemplando el parámetro de lo correcto. Si una corriente de pensamiento diferente dominara el mundo, necesariamente las cosas se concebirían de diferente manera y no queda más remedio que aceptar que es muy probable que la corriente misantrópica simplemente no exista.
A mi parecer una corriente de pensamiento más cercana a lo "ancestral indígena" desembocaría en actos mucho menos atroces y más cercanos a un mundo equitativo y bondadoso. Si una corriente de pensamiento tan sabia como la de las ya extinguidas culturas indígenas de América(los restos de estas culturas se encuentran permeados por la maldad del hombre occidental) dominara el pensamiento humano, el mundo de hecho seria mucho menos humano y más acorde con la realidad sin alteraciones que se impone en primeras instancias como mediador de equidad y potencializador de la nada.
En otras palabra, si en el mundo dominara una corriente de pensamiento más cercana a lo "ancestral indígena" los seres humanos nos asemejaríamos un poco más a ese hermoso universo animal (del cual estúpidamente creemos estar completamente alienados).
Y para no salirme de la línea del escrito debo decir que un mundo semejante no solo reduciría la corriente misantrópica sino que también reduciría la corriente filantrópica (que domina en la mayoría de los humanos como individuos), puesto que se dejaría de concebir al hombre como centro y se comenzaría a percibir simplemente como un ser más del montón.
Creo que es extremadamente difícil ser algo que no se desea ser, es difícil ser humano sin querer serlo y tener que aceptar que se hace parte de una masa que no razona y hace daño de manera desmedida. El planeta Tierra se encuentra atiborrado de basura y banalidades humanas que hacen más difícil el sopesar tal condición: edificios, carros, aviones, maquinas, ropa, libros, jaulas, aparatos electrónicos y un sinfín de innecesarias necesidades; que solo rectifican el egoísmo y la maldad humana.
El ser humano se ha apoderado del planeta y se considera amo y señor del mismo, el resto de seres no tienen ninguna importancia para nosotros los malditos humanos ya que son percibidos como inferiores y por ello pueden ser maltratados insaciablemente, nuestra madre tierra es nuestra esclava personal y ya ha de estar agotada de tanto maltrato.
La maldad imperante dentro de nuestra propia especie es inmensurable, cosa que se me hace completamente incoherente, pero que constituye un axioma de fácil comprobación y que sustenta como prueba ultima la maldad que yace del ser humano.
Que difícil ha de ser la vida de un misántropo, pues, en algún punto debe cargar con el peso de tantas injusticias que ya no se pueden borrar del espíritu de todo ser humano.
"No entiendo a esas personas que luchan de manera incansable por un mundo más humano, si realmente quisiéramos un mundo mejor, lucharíamos de manera desmedida e insaciable por un mundo menos humano".
Autor:
Miguel Eduardo Eslava Laguna