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El Fuerte de Jiguani (Cuba). Un patrimonio a conservar (página 2)


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DESARROLLO

Como parte de la fortificación del bravo e indómito Oriente Cubano, en los siglos XVIII y XIX, por parte del gobierno español, representado por el general Balmaceda, se ejecutaron obras que perduran en el paso de los siglos y que constituyeron importantes fortines defensivos o de comunicaciones de la Metrópolis Española. Pocos son los que se conservan en la actualidad y que constituyen insignias de este pueblo rebelde.

Significativa es la presencia de la principal fortificación defensiva del Oriente del país, el Castillo San Pedro de la Roca, a la entrada de la bahía de la principal ciudad de esta región, Santiago de Cuba, y que hoy es protegido por la UNESCO por su condición de "Patrimonio de la Humanidad" junto a todo el Sistema de Fortificaciones de sur del Oriente de Cuba.

Significativa es también la presencia de uno de los principales centros de comunicaciones heliográficas del Oriente: El Fuerte de Jiguaní, permitió una rápida comunicación entre las autoridades españolas por la ubicación o posición geográfica; en una elevación que predomina en la llanura del Cauto.

La creación del fortín, según el Historiador de la Ciudad Hugo Armas Pérez, fue concebida como un punto de control del tránsito por el Camino Real del personal que se dirigía desde y hacia las ciudades Santiago de Cuba, Bayamo-Manzanillo y Holguín.

Está identificada como una Fortaleza Militar Colonial; se desconoce el arquitecto que la diseñó, pero se sabe que fue construida a mediados del siglo XIX. Se ubica sobre los 165 metros sobre el nivel del mar y a 200 metros al noreste del Centro Histórico de la Villa San Pablo de Jiguaní, fundada el 25 de enero de 1701.

"Es una construcción militar colonial de planta en forma de rombo limitada por gruesos muros de piedra aspillerados y donde aún se observan en la parte superior de los baluartes las cañoneras o troneras donde se colocaban las piezas de artillería que defendían la llanura que predomina; están precisados además los merlones que protegían las tropas acuarteladas de los posibles ataques de sus adversarios."

Visible es también la división de los 2 niveles que presentaba el inmueble. Algunos estudios demuestran que una armazón con entablado de madera definía el segundo nivel, que fue desaparecido a principios del siglo XX.

En la zona donde se encuentra emplazado, se evidenció mediante excavaciones, la existencia de un importante asentamiento aborigen, en la actualidad aparecen, casi a simple vista, objetos de valor arqueológico.

Excelentes ejemplares encontrados en el sitio son expuestos en el Museo Municipal y que constituyen importantísimas piezas museológicas. Fueron encontrados además objetos de origen español y con casi un siglo y medio de existencia.

"En los primeros años de la segunda mitad del siglo XIX el gobierno colonialista español estableció una línea fortificada a lo largo del Camino Real que enlazaba a Santiago de Cuba y Bayamo; en este trayecto existen evidencias, de la existencia de reductos, fortines de piedras y ladrillos, previstos fosos y alambradas, así como barricadas con sus correspondientes torreones; estos puntos se localizaban en la loma del Aguacate (Palma Soriano), la loma de las Piedras (Contramaestre) Baire, la loma de Alberto (Santa Rita), Guisa y Jiguaní; esta última contaba con una defensa circular destacándose entre las construcciones mencionadas y como parte misma de esa defensa El Fuerte de la loma, única construcción de este tipo ubicada en esa línea que ha llegado casi completa hasta nuestros a días. Es un reducto que posee sus características propias que lo diferencian del resto de las construcciones militares de esa época. Por la posición geográfica donde se encuentra situado se visualiza todo el territorio de la Villa y varias millas hacia el horizonte de este a oeste, peculiaridad que le convirtió en el centro de las comunicaciones heliográficas en el oriente de la isla durante las guerras de independencia de finales de siglo XIX. Fue una de las pocas fortificaciones de esta región que no pudo ser tomada por las fuerzas independentistas cubanas."

Un pedestal donde se colocaba el heliógrafo en su parte superior se levanta en el interior y centro de la fortificación, convirtiéndola en un punto de comunicación importantísimo en la región. Su dominio visual casi totalmente, lo hizo un punto de referencia para los comerciantes y viajeros de la zona, ganando mayor reconocimiento para los pobladores de la Villa.

El área total ocupada es de 4000 metros cuadrados, donde se conjugan valores naturales, arqueológicos, históricos, arquitectónicos y paisajísticos.

En 1961, tras la exitosa labor de restauración del Castillo de San Pedro de la Roca de Santiago de Cuba, el Dr. Francisco Pratt Puig decidió intervenir en restauración de esta fortificación, resaltando sus afiliaciones estilísticas renacentistas.

Su uso actual es ruinas, es por ello la necesidad de hacer un llamado al cuidado y conservación de este monumento local, propuesto a declararlo como Monumento Nacional. Un mirador único, en un pueblo único.

Muchas son las visitas que a diario recibe, diversas excursiones, tanto escolares como de la población en general, son desarrolladas desmedidamente provocando daños a la infraestructura del conjunto.

En muchas ocasiones el lugar a sido afectado además por fogatas que se prenden irresponsablemente, emanando hollín u otro residuos que afectan a los centenarios muros de mampostería.

Las condiciones naturales del lugar donde está enclavado constituyen hoy, no sólo el sitio ideal de excursiones para grandes y pequeños, sino además, un espléndido mirador desde el que la Villa puede contar su historia y perpetuar sus luchas, una razón más para amarlo y cuidarlo. Los ocasos más bellos del Oriente se ven desde sus piedras.

Elevemos y exaltemos su reconocimiento, revivámoslo; sigamos marcando sucesos inolvidables en sus entrañas, permitamos que nuestros hijos conozcan nuestras raíces y tradiciones, nuestro pasado; CONSERVEMOS NUESTRO PATRIMONIO.

BIBLIOGRAFÍA

Colectivo de Autores. "ORIENTE DE CUBA: GUIA DE ARQUITECTUIRA". Edit. Junta de Andalucía-Embajada de España. 2002.

SITIOS DE INTERNET

http://www.granma.cu/

http://www.occnet.cu/

http/:www.juventudrebelde.cu/

ENTREVISTAS

  • Lic. Hugo Armas Pérez. Historiador de la ciudad de Jiguaní.
  • Lic. Prof. Diseño Carlos Baltazar Casasayas Calafell.

 

 

 

Autor:

Reycel Rivero Fajardo

DATOS DEL AUTOR:

Reycel Rivero Fajardo, de nacionalidad cubana y nacido en la oriental ciudad de Bayamo, ha cursado estudios universitarios en la Universidad de Oriente de Santiago de Cuba. Arquitecto de profesión, ha realizado investigaciones en el campo de la Restauración Arquitectónica, Historia de la Arquitectura y proyectos ejecutivos. Ha realizado varias publicaciones en Internet.

CUBA, JIGUANI. 20 DE DICIEMBRE DE 2007.

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