La dasonomía es el estudio de la conservación, cultivo y aprovechamiento de los bosques o arbolados y suele generalizarse como la ciencia forestal por excelencia; considerada actualmente como una de las bases fundamentales de la Silvicultura y la Economía Forestal. La dasonomía da origen a variadas ramas o técnicas relacionadas con sus propósitos. Así, la dasometría es la parte de la dasonomía que se encar- ga de la medición de árboles, determinación del volumen de los bosques y crecimiento de sus componentes, los árboles, y los bosques en general (dasos = bosque; metros = medida). La dasometría, por tratarse de mediciones, tiene tres propósitos esen- ciales relacionados entre si: La dendrometría, que trata de la medición de las dimensiones de los árboles y estudia su forma y determinación de su volumen; La dasometría propiamente dicha que se encarga de los aspectos relacionados con la estimación métrica y cubicación de la masa forestal, la cual debe entenderse como el conjunto de árboles que conviven en un espacio común; suele decirse que se ocupa de la estereometría de la masa forestal. Finalmente la epidometría, que estudia las técnicas de medición y las leyes que regulan el crecimiento e incremento de los árboles individua- les, y la producción de las poblaciones forestales o árboles. Corresponde a la dendrometria la determinación de la composición morfológica del árbol, resolviendo las variables básicas medidas en los ár- boles: diámetro normal, altura de fuste, espesor de corte y la cubicación teórica del árbol con desarrollo de ecuaciones del perfil y para el cálculo de Introducción
8 | EPIDOMETRÍA FORESTAL volúmenes. Corresponde también a la dendrometría el estudio de la forma del tronco y de los factores de los que depende, así como los variados tipos dendrométricos, conjuntamente con el estudio de la forma de la copa y la arquitectura de la misma. La dasometría por su parte se ocupa de la cubicación o determina- ción de la biomasa leñosa y foliar de las formaciones forestales; estudia la estereometría de la masa forestal mediante análisis uni- o multivariante de las relaciones entre variables identificables en la biomasa forestal y de la estructura del vuelo forestal. Considera también la cuantificación del volumen de la masa forestal mediante tarifas o tablas de cubicación, consi- derando evaluaciones relascópicas de las masas forestales. Así, la epidometria se ocupa del cálculo del crecimiento del árbol, partiendo de consideraciones de la edad del mismo y de la forma de creci- miento diametral, en altura o en volumen. Logra estimaciones de la edad del árbol y su efecto en la densidad de la madera resultante y puede llegar a predecir el crecimiento mediante modelos de predicción para la produc- ción y crecimiento de las masas forestales. En los capítulos siguientes se desarrollan estos temas, que completarán el conocimiento de los profesio- nales forestales en esta importante rama de la dasonomía.
1 Edad Los árboles como otros seres vivos crecen, se reproducen y mueren. Para la Ingeniería Forestal es importante que cada una de estas fases de la vida del árbol quede muy bien comprendida para que puedan existir coherentes planes de ordenación forestal que permitan la perpetuación del recurso forestal. En general se conoce que la edad de cualquier organismo vivo es el periodo de vida que tiene, considerado desde su origen o surgimiento hasta un punto determinado en el tiempo. En Ingeniería Forestal se suele definir la edad del árbol como el número de años transcurridos desde la germinación de la semilla, o de la brotación de las cepas de una raíz, hasta el momento en que es observado o medido (Souza, 1973). Genéricamente el estudio de la edad y del crecimiento del árbol, de las masas forestales o bosques y de sus implicaciones son tratados por la epidometria forestal. Epidometría proviene de los vocablos griegos-latinos: epidos = edad y metros = medida. Consecuentemente la epidometria fo- restal es la especialidad que trata de todos los aspectos relacionados con la edad del árbol y las poblaciones forestales; entre los cuales se encuentran el crecimiento e incremento maderable de los árboles individuales, elementos imprescindibles para determinar o estimar la producción y el rendimiento maderable de las masas o poblaciones forestales. Aparentemente, la edad de un bosque, de un rodal o macizo forestal, se torna un concepto vago porque no todos los árboles que se encuentran en una comunidad arbórea tuvieron su crecimiento inicial al mismo tem- po. En ese sentido se expresa la edad media de los árboles como una mera
10 | EPIDOMETRÍA FORESTAL aproximación; sin embargo, para las prácticas de ordenación y conceptos de manejo forestal, se hace necesario que los masas de los bosques naturales y/o de las plantaciones deben estar necesariamente caracterizados por una edad o clase de edad bien definida. Así, cuando los árboles existentes en una plantación son de la misma edad, se denominan plantaciones de eda- des coetáneas y si se trata de macizos forestales se denominan equietáneas o equiáneas. Normalmente las plantaciones resultantes de reforestaciones pertenecen a esta categoría, donde los árboles se encuadran en una misma clase de edad. Por su parte, los bosques nativos son generalmente macizos multiáneos, también llamados de edades múltiples o variadas. En la lite- ratura se encuentra también la expresión de edades irregulares cuándo las plantaciones forestales o bosques naturales presentan árboles con diferen- tes edades. Los árboles fácilmente consiguen llegar a más de 100 años de vida. Muchos individuos arbóreos del bosque tropical probablemente alcanzan edades entre 100 y 700 años (Botosso y Mattos, 2002). Se conoce que el árbol más viejo del mundo, aún en pie, es un Pinus
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