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Vargas Llosa, el premio nobel y la política

Enviado por tauripiedra


Partes: 1, 2

  1. Preámbulo
  2. La obra literaria de Vargas Llosa
  3. Vargas Llosa "socialista"
  4. Vargas Llosa contra el legado progresivo de las culturas primigenias
  5. Vargas Llosa y el indigenismo
  6. Vargas Llosa y la modernidad
  7. El Estado y la economía
  8. El Estado y el socialismo
  9. Vargas Llosa candidato a la Presidencia de la República

Preámbulo

El premio Nobel de literatura 2010 otorgado a Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) sorprendió a todos, no por falta de méritos de su obra literaria, sino porque ese premio, al parecer, el único que faltaba en su trayectoria, por largo tiempo le fue esquivo por razones políticas. Nuestro escritor, de una posición democrática libertaria, que dio su apoyo a la revolución cubana, se pasó a una posición conservadora y reaccionaria.

Por tradición, para la elección del premio Nobel de literatura, no bastaba la calidad estética de la obra, sino que además, era necesario la posición política del autor, que debería solidarizarse con la democracia, la justicia, la libertad, los derechos humanos, en contra de regímenes conservadores y reaccionarios. La política, en forma directa o indirecta, siempre está presente en el veredicto del jurado, en este caso, impuesto deliberadamente por los promotores.

Durante la "guerra fría", en un mundo bipolarizado (EEUU-URSS), las repercusiones políticas de los premios eran evidentes, al margen de que hayan existido presiones de uno u otro campo. Hasta hoy el premio en Economía está vetado para autores marxistas, no obstante éstos han descifrado el devenir de la economía capitalista con oscilaciones periódicas de despegue, auge, estancamiento, crisis, (despegue…), y su repercusión específica en cada país.

Nadie puede poner en tela de juicio la calidad literaria a la obra de Vargas Llosa, a la cual se suman sus artículos y ensayos para la interpretación de una obra literaria y sobre política. Las críticas que se han vertido son, sobre todo, a su posición política reaccionaria, que con la obtención del premio Nobel otorga mayor audiencia a uno de los más reaccionarios (y vulgares) apologistas del imperialismo, en tiempos que son evidentes que los intereses particulares, privados, de la burguesía mundial, han dejado de coincidir con los intereses humanos, tornándose en una clase sin historia.

Al margen de todo, un premio Nobel hace justicia a la literatura peruana, que desde inicios del siglo veinte -en que se instituye el premio- ya contaba con creadores merecedores a ese galardón, comenzando de Ricardo Palma (Lima 1833-1919), inventor de las "Tradiciones peruanas", mezcla de leyenda, cuento, fábula, comedia, historia; al que le suceden otros nombres, entre ellos, el poeta César Vallejo (Santiago de Chuco 1892- París 1938) o los narradores Ciro Alegría (Huamachuco 1909 – Lima 1967) y José María Arguedas (Andahuaylas 1911 – Lima 1969), quienes, desde la vertiente indígena se alzan en sus creaciones a las alturas de la literatura universal. La narrativa peruana en el género de novela ingresa a la gran literatura universal con "El mundo es ancho y ajeno" de Ciro Alegría, una obra "total" sobre el Perú, -aspecto en el cual no ha sido superada hasta hoy-, donde, desde la perspectiva de una comunidad andina se plasma literariamente una visión del conjunto del país. Posterior a ellos se agregan otros nombres.

La obra literaria de Vargas Llosa

La obra de Vargas Llosa comienza aparecer en la segunda mitad de la década del cincuenta dentro de la narrativa "urbana" que irrumpe para coexistir con el indigenismo que desde la década del veinte había hegemonizado el quehacer artístico literario.

La ironía ronda en el quehacer de Vargas Llosa, cuyos personajes -marginales a la estructura del sistema– traslucen experiencias existenciales irresolubles frente a la vida. Y en la proyección social o política, los personajes siempre quedan aprisionados, subordinados, dentro del orden. En sus novelas iniciales "La casa verde", "La Ciudad y los perros" y "Conversación en la catedral", que coincide con su posición izquierdista, una ironía adocenada está dirigida sobre todo a los que representan a las clases dominantes. En obras posteriores, cuando se vuelve apologista del capitalismo, las contradicciones existenciales de los personajes se empobrecen y la ironía, ahora dirigida contra las clases explotadas a las que responsabiliza de las desgracias del país, a veces se diluye hasta llegar a una caricatura mal elaborada como en "El hablador":

La creación teatral de Vargas Llosa no alcanza el brillo de sus narraciones más emblemáticas, a pesar de lo atractivo de sus argumentos. Da la impresión de películas con un gran argumento pero mal realizadas.

En el proceso literario peruano, la personalidad de Vargas Llosa, por su ambición, su soberbia, su empuje, su voluntad de conseguir sus objetivos, tiene parangón con la personalidad del poeta José Santos Chocano (Lima, 1875 – Santiago de Chile, 1934), uno de los máximos representantes del modernismo en América, cuyo lema era: "O me encuentro camino o me lo abro". Y en política, cuando Vargas Llosa se vuelve reaccionario, tiene similitud con José de la Riva Agüero y Osma (Lima1885 – 1944), que en España reivindicó su título nobiliario de Marqués de Montealegre y Aulestia.

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