- De dónde vienen, adonde van:
- Gitanos en Argentina:
- Discriminación y educación:
- Normas de convivencia y supersticiones:
- Los gitanos se originaron en la India, en la zona de Punjab y el Sinth.
- Parece ser que abandonaron su patria original en el noroeste de la India en oleadas sucesivas que comenzaron a principios del siglo V. Sin embargo, las emigraciones más importantes parten en el siglo X y XI, probablemente como resultado de las invasiones musulmanas de la India. Llegaron a Europa a través de Armenia, Grecia, Siria, Palestina, y el sur de Turquía. Como esta última zona era llamada "el pequeño Egipto", se los llamó egiptanos. De allí deriva el nombre de gitanos, aunque se llaman a sí mismos el pueblo"rom o rhom", (que significa hombre que hace música).
Lengua: utilizan el romanés, aunque muchos hablan el idioma del país donde se asentaron, como el húngaro o el rumano.
En la Argentina hay alrededor de 300.000 gitanos. La mayoría vive en casas, y están en buena posición económica, aunque hay 700 familias en situación muy precaria. casi todos viven en carpas, y muchas de éstas poseen agua y electricidad.
A la mayoría les gusta vivir en carpa, se asfixian entre paredes. Son nómades de instinto.
La carpa le resulta más cómoda ya que pueden levantarla e irse a donde quieren con su familia. A otros les gustaría mudarse a una casa, pero su mala situación económica no se lo permite.
Según un artículo publicado en 1987, en la revista "Todo es Historia", en el país hay 3 grupos distintos por procedencia, rasgos y costumbres:
- Rusos, (de origen yugoslavo, griego, soviético, alemán italiano, húngaro, y búlgaro).
- Rumanos, de transilvania, Moldavia y Valaquia).
Españoles, (Provenientes de las provincias andaluzas de España).
Discriminación y educación:
Muchos chicos gitanos son discriminados, esto es consecuencia de que abandonen la escuela y en su lugar, trabajen en la calle, vendiendo CDS, casetes o curitas. Pero allí también los tratan mal.
Mucha gente, en lugar de comprarles, les regala comida, porque creen que en la casa no se les da de comer. Pero acotaciones de familiares de algunos chicos afirman que
esto no es así, y que tampoco son sucios, como se cree.
Los chicos que van al colegio no suelen ir por mucho tiempo, porque si no se pierden, según ellos.
María Rosa Kalmikoff, una gitana de 34 años, comenta:
- -Yo hice hasta el tercer grado. ¿Para qué más?. Estoy muy bien acá, con mis chicos. Además son costumbres de mil años y no las vamos a venir a cambiar nosotros. Lo que me parece es que muchas veces el criollo nos mira con soberbia, como si fuera superior, no nos entienden, y cuando nos vienen a preguntar cosas, nos miran como bichos raros".
Normas de convivencia y supersticiones:
El gitano no tiene un solo código de leyes escritas, si no que se rigen por leyes morales y sociales estrictas, que se pasan de padres a hijos por tradición oral.
"Si hacemos negocios entre nosotros la palabra es todo, pero cuando se hacen negocios con el criollo se firman papeles".
Los cuentos populares y la superstición todavía existen de gran manera. Por ejemplo, uno de estos es vender la casa y mudarse con aire freco cuando se muere alguien en el hogar.
Pero una de las normas más importantes es la regla de lo Marimé, y Spurcat, que significa impuro, y no Marimé o Chisto, que significa puro. En líneas generales, el cuerpo humano de la cintura para abajo es marimé (impuro), y de la cintura para arriba no marimé (puro), con lo cual, por ejemplo son necesarias dos toallas para secarse después del baño. Si una mujer pasa por encima de un utensillo de cocina caído en el piso, éste se convierte en marimé y hay que tiralo. Si se vive en casas de dos pisos, las gitanas no pueden ir al piso superior mientras haya hombres mayores en la planta baja, porque es una ofensa. Si una gitana se enoja, o quiere llamar la atención en una reunión, puede tocar con la punta de su pollera la falda de un hombre, o levantar sus polleras y mostrar la bombacha, (i usan), pero esto será una ofensa tan grave que recaerá en su familia, al punto de que corre el riesgo de quedar aislada.
Después del parto, la mujer y la criatura están marimé (impuras), por lo que se acostumbra a que permanezcan dentro de la habitación y sean atendidas por la suegra u otra mujer adulta durante 40 días, aunque ahora, este período se redujo a 10 días.
Página siguiente |