- El diagnóstico como marco de referencia de la evaluación
- El papel de la evaluación de los sistemas educativos
- La evolución histórica de la evaluación educativa
- Aspectos conceptuales y metodológicos de la evaluación educativa
Las políticas suelen y deben ser, en democracia, objeto de juicios por parte de la ciudadanía. La política educativa lo es de modo muy especial por diversas razones: su carácter prácticamente universal, su relación con el mundo de los valores, aspiraciones y expectativas, el hecho de tratarse de un proyecto colectivo, etc. Pero es importante que estos juicios se basen en evaluaciones lo más objetivas posibles.
Una evaluación es, en cierto modo, un juicio hecho sobre un dato o conjunto de datos con referencia a determinados valores de referencia. La evaluación de la educación, si se postula como un elemento útil para la política y la administración de la educación, no puede apoyarse en prejuicios o posiciones ideológicas, sino que precisa de la existencia de un análisis científico de la realidad que se enjuicia a la luz de valores explícitos de referencia. Si la evaluación implica juicio, éste debe resultar de observaciones concretas basadas en normas o valores lo más objetivos posibles. Dicho de otro modo, la evaluación puede considerarse como la apreciación sistemática, sobre la base de métodos científicos, de la eficacia y de los efectos reales, previstos o no, buscados o no, de las políticas educativas y del sistema educativo, tanto desde la perspectiva de un microenfoque -centrado en el aula o en el centro- como de un macroenfoque -centrado en los distintos niveles y modalidades y, también, en su conjunto-. Éste es el sentido que en el presente documento se atribuye a la evaluación de la educación.
El diagnóstico como marco de referencia de la evaluación
Diagnóstico. La evaluación es un mecanismo privilegiado para la recogida de información significativa. Se trata, sin lugar a dudas, de convertir la recolección y procesamiento de datos de índole estadística en un conjunto ordenado de variables y de indicadores -concebidos como agrupaciones de variables-, que permitan conseguir una aproximación al estado de la educación, de sus sucesivos niveles y modalidades en un momento temporal dado. De esta forma, la estadística de la educación tiende a adoptar un talante mucho más propenso al análisis de fenómenos. Se trata, en suma, de responder a cuestiones relativas a qué es lo que sucede y sugerir, por medio de la interrelación entre variables, por qué sucede. Así, v.gr., la determinación de los niveles de rendimiento escolar en distintos grados y su análisis, por ejemplo, basándose en zonas o regiones, cobra sentido en cuanto, más que una finalidad en sí, deviene un instrumento para suscitar la mejora de la calidad. Por consiguiente, la evaluación en la forma de centros específicos a ella dedicados, puede concebirse, en primer término, como un instrumento de investigación social cuyo principal objetivo es el diagnóstico de situaciones y el suministro de información sobre el comportamiento y la buena marcha del sistema educativo.
El papel de la evaluación de los sistemas educativos
Las exigencias sociales que se plantean a la educación y las definiciones conceptuales que sobre la misma hoy se tienen, y forman el núcleo esencial de las políticas diseñadas y las reformas educativas emprendidas en la región (con independencia de su éxito y/o materialización), condicionan el papel decisivo de la evaluación en los nuevos modelos de gestión de los sistemas educativos.
El papel de la evaluación en los procesos de gestión educativa puede ser explicado con una abundante relación de argumentos. A partir de la información relevante, significativa, oportuna, objetiva, confiable, sistémica y sistemática que la evaluación está en posibilidad de brindar, puede lograrse:
Una adecuada toma de decisiones en la formulación de políticas y la implementación de acciones de mejoramiento educativo para el logro de la calidad con equidad
El diagnóstico del comportamiento del sistema en su conjunto
Un conocimiento más objetivo acerca de los aprendizajes alcanzados por los estudiantes; es decir, identificar lo que se enseña y con qué profundidad
La identificación de las políticas educativas que tienen mayor asociación con el éxito escolar
La toma de decisiones para imprimir ciertas correcciones en los sistemas de calificación escolar
El fortalecimiento de la responsabilidad institucional por los resultados de su acción
La acreditación de las instituciones educativas
La vinculación de las características de los establecimientos educativos a los resultados que en ellos se logren
La comparación entre regiones para la determinación oportuna de la diferenciación excesiva entre las mismas que puedan significar inequidad en la calidad del servicio educativo que reciben
La formulación de políticas compensatorias y de equidad hacia los sectores más desfavorecidos y la evaluación del impacto, en términos de aprendizaje, de las políticas compensatorias implementadas
La cualificación de la participación de los diversos actores involucrados en la gestión de la actividad educativa
La convocatoria a la participación responsable de la familia y la sociedad en su conjunto y el incremento de su capacidad de demanda por mayores niveles de calidad
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