Introducción
Mientras miles de hombres han dejado sus vidas abandonadas al olvido, existen personajes notables que por su trayectoria política, profesional, cultural y alta sensibilidad social o amor y admiración a la naturaleza, han dejado escrito en los anaqueles de nuestro El Salvador, líneas que cantan a la vida; versos que ríen, lloran, en fin; cada uno de ellos con sus rimas ha impregnado el pergamino de gotas, que cual rocío vierte el universo desde la más profunda inspiración humana. No sé si la inspiración es embriaguez, o sí la embriaguez, sea motivo de inspiración; pero mis sentidos están absortos; mi mente desea liberarse en una rayo de luz, que serpentee por el universo; y producir versos de amor con la más delicada melodía; y al negarse mi cerebro a producir, les dejó está antología en homenaje a los poetas salvadoreños.
Que los lectores tengan el conocimiento de una lista de escritores salvadoreños, es loable; sin embargo, la tarea no termina ahí, es necesario navegar entre los versos; viajar por un mundo que a veces resulta inhóspito y a la vez inimaginable, sin sentido y peor aún ilógico; sin embargo, la naturaleza y la sociedad; bueno, incluso el pensamiento, son fuentes de inspiración que seducen, atraen y embriagan.
Cada ser humano tiene una concepción del mundo acabada o no, pero la tiene; y ésta es la base sobre la cual todos un día podemos garabatear con el pensamiento, jugar con las ideas; usar nuestros sentidos al máximo; ser observadores. El gusto por la vista, el tacto y el olfato nos permite oír. Los versos susurran al oído, cuando una linda libélula se posa sobre la rosa; cuando el diminuto gorrioncillo bebe el néctar de los claveles; o cuando las hacendosas hormigas recogen sus manjares; cuando el huérfano y el mendigo lloran por un mendrugo de pan y los dólares se usan para armas fabricar, para viajes a la luna realizar y bombas en ésta lanzar, en busca de agua que tomar.
Las contradicciones humanas, la injusticia, la violencia, la miseria y las pasiones mismas del hombre como el amor, odio, venganza, hipocresía; y otras muchas, lo mismo, que los universalmente aceptados valores; sí, todo ello es fuente de inspiración.
Así las cosas, podemos cantar a la naturaleza, llorar con la pobreza y carcajearnos de los que buscan habitar en nuevos horizontes del espacio estelar.
AMOR SINTIENDO
Aída Elena Párraga Cañas
Dónde están mis ganas de decir tu cuerpo
De hablar de tus olores… de tus fuegos
Dónde la necesidad de decirte amor: "te quiero"
Te quiero amor tan dentro.
Donde el contarte que me siento
hogar
Volcán,
ausol,
fuego de invierno
Con solo imaginar tus labios besándome los dedos
Mal digo imaginar…
si tantas beses…
Si tantas beses me has besado hasta el silencio.
Y callada está la aurora:
callada…
callada amor está sintiendo…
HE DECIDIDO ACEPTAR TU INVITACIÓN
Aída Elena Párraga Cañas
y te voy a esperar en la esquina de algún verso.
Ahí, donde el poema se fuma el último cigarro
y la noche en tacones altos le da un beso.
Lugar en que se inician los asaltos,
robos perpetrados contra el alma.
Esa esquina en la que arden tus vocales
y donde mis faldas conocen tus preguntas,
ese único punto en todo el universo
a donde siempre el azar tiene la culpa.
TU ESPALDA
Aída Elena Párraga Cañas
es la tabla de mi único
mandamiento,
la arena en que se hunden
mis manos saladas de deseo,
la tierra que espera
mis arados
y que le llueve a mi semilla.
El calendario de amor
en el que marco mis orgasmos,
la cartilla
en que aprendí a leerte,
mi único recuerdo en las mañanas,
mi más firme asidero del presente.
MARGARITA TE QUIERO CONTAR UN CUENTO…
Aída Elena Párraga Cañas
Estoy a punto de caer
en el pozo avellana
de tus ojos…
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