Clasificación de las impresiones digitales. Vucetich, como ya dijéramos, dividió los dibujos de las impresiones digitales en cuatro tipos fundamentales, denominados: Arco, Presilla Interna, Presilla Externa y Verticilo, fórmula esta que cuando tenía que enunciar los pulgares lo hacia con la abreviatura de las mismas, o sea: A para el arco; I para la presilla interna; E para la presilla externa y V para el verticilo, letras que permutaba por los números 1, 2, 3, y 4, cuando se refería a los Indices medios, anulares y meñiques de ambas manos. Las características de cada. uno de los tipos mencionados anteriormente son las siguientes: Arco: Son los dactilogramas cuyas líneas se extienden en forma paralela de un extremo al otro del dedo sin formar ángulo. Presilla interna: El segundo grupo está constituido por aquellos que tienen un solo delta o ángulo, si éste está ubicado del lado derecho del que observa el dibujo, y sus líneas directrices en su recorrido salen hacia la izquierda formando en su trayectoria la figura de una masa, lo denominó presilla interna. Presilla externa: Este grupo es la Inversa del anterior, es decir que el delta está ubicado a la izquierda y sus líneas marchan en sentido contrario al otro dactilograma ya descripto, lo denominó presilla externa. Verticilo: Este el cuarto y último grupo, que está constituido por aquellos que tienen dos ángulos o deltas, uno a cada lado del dactilograma, de cuyos ángulos parten las líneas directrices que en su desarrollo toman las más variadas formas, ya sean espirales, sinuosos, ovoidales o circunferenciales, que como se puede observar a simple vista, son distintos a otros ya estudiados.
A los efectos de facilitar la clasificación de los dactilogramas y aplicando la norma precedente mencionada, se utilizan letras para los dedos pulgares y números para los restantes, como lo ilustra el siguiente ejemplo:
Mano derecha Pulgar Verticilo V Indice Verticilo 4 Medio Presilla externa 3 Anular Presilla.interna 2 Meñique Arco 1
Mano izquierda Pulgar Arco A Indice Presilla externa. 3 Medio Verticilo 4 Anular Verticilo 4
Meñique Presilla interna 2
Se denomina. Individual Dactiloscópica, al conjunto de la Serie y Sección. Al mismo tiempo se utilizan las siguientes denominaciones y signos: O: dedo amputado. X: dedo afectado por una cicatriz de carácter permanente que hace imposible determinar el tipo fundamental. Serie: así se denomina al conjunto de impresiones correspondientes a los dedos de la mano derecha. Sección: así se denomine al conjunto de impresiones correspondientes a los dedos de la mano izquierda. Fundamental: se denomina al pulgar derecho, como base de clasificación.
Para el caso de personas que presentan dedos defectuosos, se ha realizado una clasificación suplementaria, teniendo en cuenta las distintas anomalías: Sindactilia: adherencia de dedos. Polidactilia: más dedos de lo normal. Extradactilia: menos dedos de lo normal. Macrodactilia: más grande de lo normal. Microdactilia: cuando existe falta de desaarrollo. Reciben la denominación de puntos característicos, ciertas particularidades que presentan las líneas digitales, ya en pequeños trozos o en otros más largos, o dividiéndose para formar un ángulo abierto, o uniéndose a otra con el mismo resultado, o para determinar un doble sector.
Se puede observar en todos los dibujos digitales, aproximadamente treinta y cinco de esos puntos, en cualquiera de los dedos de la mano. Los mismos reciben la siguiente denominación:
- El trozo más pequeño de línea se llama islote.
- El más largo cortada.
- La línea quebrada que dividiéndose forma ángulo, bifurcación.
- La que lo forma uniéndose por un punto, horquilla.
- Las que se unen por los dos extremo de la línea menor, encierro.
Estos puntos característicos pueden servir en ciertas ocasiones, para comprobaciones de la identidad que se presentara a dudas.
La subclasificación de las impresiones digitales se efectúa mediante el contaje de líneas existentes entre el centro del núcleo de la impresión digital y el delta. A tal efecto se procede a trazar una línea denominada "línea de Galton", que va desde el centro del núcleo hasta el delta. En el tipo Arco, al carecer de deltas (adeltos), a los efectos de la comparación pertinente, se toma como base los puntos característicos.
Igualmente se utiliza a los efectos de la subclasificación, unas claves de subtipos ideados por Vucetich, y sobre las cuales el doctor Luís Reyna Almandos, que fuera en vida director del Museo Vucetich, de la Universidad Nacional de La Plata, hizo un estudio de gran valor científico.
El sistema dactiloscópico, encontró prontamente gran cantidad de adeptos y difusores del mismo, los que contribuyeron al progreso de esta nueva ciencia. Entre ello podemos citar: Olóriz Aguilera, Sagredo y Lecha Marzo, en España; Stokis en Bélgica; Saráchaga y Alonso, en el Uruguay; Ortiz y Castellanos, en Cuba; Pacheco, Peixoto, Hemerto Lima y Leonidio Ribeiro, en Brasil; Lacassagne, Locard e Ivert, en Francia; Lombroso, Ferri, Ottolenghi y Gasti, en Italia; y en nuestro país a: Luis Reyna Almandos, Antonio Herrero, José G. Rossi, O. González Roura, Emilio Gouchon, Tomás Joffré, Fortunato Tunisi O. Preller, Roberto Albarracin, Sislan Rodriguez Alfredo L. Palacios, Hugo Tuculet, etc.
La identificación del recién nacido, tiene por objeto evitar, los cambios que por error o dolo pudieran efectuarse con dichas críaturas ya sea por un cambio involuntario de cuna, un error en la tarjeta identificativa, medalla o brazal; o bien que estos hechos tuvieran lugar intencionalmente, dan como resultado cambiar totalmente la identidad del recién nacido. Es de imaginar que ello puede suceder, y ha sucedido, si se tiene en cuenta que hay maternidades donde nacen 60, 80 y más criaturas en algunos días, lo que sumado a los nacidos en días anteriores, y que se encuentran aún en el establecimiento, hacen un total de varios centenares. Por ello es que se ha recurrido, en algunas maternidades, a sistemas de que eviten todo posible cambio identidad y sustitución de criaturas.
No bien nace una criatura, se la inscribe en toda maternidad, en un libro especial, en el que se hace constar la fecha y hora del nacimiento, sexo, nombre de los padres, domicilio, nacionalidad, profesión y edad de estos; nombre que le impondrá, etcétera. Luego suele colocársele al recién nacido un de metal, en el que va inscripto un número, que es el consignado en el registro o libro mencionado anteriormente. Finalmente el infante ocupa una cuna que leeva también el número referido, y en algunas maternidades se consigna en la misma el nombre y apellido del nacido.
También se recurre en otros establecimientos, a la identificación del niño, mediante la colocación de un collar con un medallón numerado, que matrícula a la madre y al hijo. Otro procedimiento adoptado el de que la criatura lleve pegada en la espalda una tira emplástica, con el nombre de la madre y la fecha de nacimiento.
Todos estos procedimientos que se mencionan anteriormente, no son suficiente seguros, ni han podido evitar que cambios de recién nacidos, ya sea por error al colocarlos en las cunas, al darlos el número, al colocarles el collar o brazal; o bien simplemente no pueden evitar que intencionalmente, inclusive, se proceda cambio o sustitución de una criatura por otra; o de una viva por otra muerta. Tampoco estos sistemas se prestan para identificar posteriormente, a los infantes recién o de pocos días de vida, abandonados por sus madres. Asimismo, tampoco, ninguno de estos procedimientos señalados, solucione en forma indubitable, la identificación del recién nacido.
Es así, que por ello, numerosos hombres de ciencia se han abocado al estudio de diversos sistemas, que permitan una identificación del recién nacido y su madre, en forma tal que no admita dudas de ninguna especie, y la criatura quede ya identificada para toda su vida.
Después de prolongados estudios: Ottobenghi, en Italia; Essem Moler, en Suecia; Orrego Gautier, en Chile; Wildor, Wetworth, Christie y Montgomery, en Estados Unidos; Edmond Locard y V. Balthazard,en Francia; Jerlov, en Finlandia; Hilario Veiga de Carvalho y Antonio Miguel Leao Bruno, en Brasil; y en nuestro país: Juan Vucetich, Luis Reyna Almandos, Vicente Benincassa, Julio Fortunato, Oscar Preller, Florencio Escardá, Carlos A. Urquijo, Tunici, Albarracín, Miguel Viancarbos, y Baucedo, han llegado en los últimos cuarenta años, a la conclusión, de qué únicamente mediante las impresiones digitales, palmares o plantares, se puede dejar perfectamente establecida la identidad del recién nacido y de su madre.
Los primeros trabajos realizados al respecto, en la República Argentina, datan de antes de 1915, y fueron efectuados por Juan Vucetich. En 1924, Vicente Benincassa, en La Pampa; y en 1925, el doctor Luis Reyna Almandos, en colaboración con Antonio Herrero, en la ciudad de La Plata, demuestran que es perfectamente posible Identificar al recién nacido, mediante las impresiones digitales.
En el Congreso Nacional de Identificación, reunido en Río de Janeiro, en el año 1924, Leonidio Ribeiro y Pericles da Carvalho, presentaron un informe reconociendo que fue Vucetich "quien primero tuvo la idea de hacer obligatoria la identificación de los recién nacidos por medio de las impresiones digitales, en el texto del proyecto del Registro General de Identificación, convertido en ley el 20 de julio de 1915"
Otros investigadores, entre los que se encuentran los doctores Escardó y Urquijo, y los señores Fortunato, Tunici y Preller, se han inclinado por la Identificación del recién nacido mediante las impresiones plantares, habiendo practicado dichos estudios y ensayos, con un feliz resultado, en las maternidades de los hospitales: Pirovano y Ramos Mejía, en 1927; Tornú en 1930 y Rawson en 1933. Todo ello ha dado como resultado que el doctor Urquijo, publicase un trabajo de gran valor, en el año 1937, en la revista Infancia, publicada por la Casa de Niños Expósitos. Este trabajo fue presentado en las Jornadas Médicas SudAmericanas, que tuvieron lugar en la ciudad de Montevideo, en el año 1938, mereciendo una mención especial y comentarios por demás elogiosos de los profesores De Elizalde y Alejandro Saráchaga.
El señor Oscar Preller, ha creado un sistema de identificación del recién nacido, en las Impresiones plantares y denominado: "Pelmatoscopia", habiéndose aplicado el mismo, hace más de veinte años, en la Maternidad Samuel Gache, del Hospital Rawson. La identificación se efectúa dentro de la primera hora de ocurrido el nacimiento y dentro de lo posible, antes de que se proceda al corte del cordón umbilical, tomándose las impresiones plantares del recién nacido, en una ficha y mediante el empleo del "pelmatógrafo", como así también las impresiones digitales de los pulgares de la madre del infante. Este sistema se basa en la clasificación de las impresiones plantares, en diez tipos fundamentales.
En el año 1941, la doctora Mary E. Hamilton, jefa del Bureau de Mujeres de la Policía de Nueva York, publicó en la revista Finger Prints and Identtlication, editada en Chicago, la necesidad de la identificación del recién nacido mediante el sistema de las impresiones plantares.
En Chile, los estudios realizados por Humberto Orrego Gautier, en la Maternidad Ramón Barros Luco, de la ciudad de Santiago, lo llevaron a elaborar un sistema de identificación del recién nacido, en el año 1937, basado en las impresiones digitales de los pulgares, sumada a la de los palmares y plantares, denominándose a esta identificación como "papiloscópica". Este método, como puede verse, es una combinación, de las impresiones digitales, impresiones plantares y palmares.
Finalmente, podemos decir que la identificación del recién nacido, mediante las impresiones digitales, plantares o palmares, es imprescindible.
Que de todos los sistemas de identificación, el mejor, el más simple y que identifica en forma definitiva al recién nacido, es el de las impresiones digitales, sin que por ello se le resten méritos a los sistemas: plantar y palmar.
Originariamente se había dejado el sistema de las impresiones digitales para identificar al recién nacido, en razón de que las impresiones digitales obtenidas resultaban poco nítidas, pero ensayos posteriores han establecido que si se utiliza una determinada tinta, dicho problema no existe, tal como lo sostuviera Saucedo, en el año 1954, en una conferencia pronunciada en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires.
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