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Platón: El mundo de las ideas

Enviado por Carolina


  1. Planteo del problema
  2. Los dos mundos, dos modos de ser: mundo sensible y mundo de las ideas o inteligible: Alegoría de la línea
  3. Dialéctica
  4. El conocimiento a priori: independiente de la experiencia
  5. La idea del bien
  6. Relación entre los dos mundos
  7. El Estado perfecto es una idea

Planteo del problema

El verdadero saber no puede referirse a lo que cambia, sino a lo permanente, no a lo múltiple, sino a lo uno. Sócrates había encontrado eso invariable y uno en los conceptos, pero Platón critica a Sócrates porque éste no aclaró la naturaleza del concepto y por otra parte limito su examen al campo de los conceptos morales (justicia, virtud, valentía, etc) por lo que no llego a encarar el problema en toda su universalidad.

Platón se propone: – precisar la índole de los conceptos –que el llamará "ideas"

– investigar no solo los conceptos éticos, sino también los matemáticos, los metafísicos, etc.

OPINION: es un "saber" que se alcanza por medio de los sentidos, es llamado "conocimiento sensible", pero no debemos llamarlo conocimiento sino opinión o doxa porque es siempre vacilante, confuso y contradictorio; la doxa es vacilante y contradictorio porque su objeto mismo es vacilante y contradictorio, está en continuo cambio. Si nuestro saber se basara en cosas sensibles la consecuencia sería el relativismo.

El verdadero conocimiento debe ser diferente al que proporcionan los sentidos, debe ser constante, riguroso y permanente. El objeto de la ciencia no puede ser lo sensible, siempre vacilante y cambiante, sino lo uniforme y permanente que es lo único que puede realizar la exigencia de la ciencia.

Hay conocimiento objetivo, valido para todos: el conocimiento que nos dan los conceptos, las definiciones, las esencias.

Platón busca lo inmutable y absoluto, lo verdaderamente real, la única manera, a su juicio, de hacer posible la ciencia y la moral.

Los dos mundos, dos modos de ser: mundo sensible y mundo de las ideas o inteligible: Alegoría de la línea

Lo permanente e inmutable se encuentra en el mundo de las ideas o mundo inteligible, del cual el mundo de los sentidos es copia o imitación.

La palabra idea proviene del verbo eidos ( en griego idea) que significa "ver"; literalmente "idea" sería "lo visto", el aspecto que algo ofrece a la mirada. Para Platón, la palabra alude al aspecto intelectual o conceptual con que algo se presenta, no es nada que se vea con los ojos del cuerpo sino con la inteligencia, por eso se dice que se trata del "aspecto inteligible", es decir, de la "esencia". Para platón las ideas no tienen que ver con algo psíquico, sino que las ideas son algo real, las cosas verdaderas, metafísicamente reales.

Las cosas sensibles son contradictorias, cambiantes e imperfectas. Las ideas son idénticas, inmutables y perfectas. Por esto, las cosas sensibles y las ideas representan dos órdenes de ser, dos modos de ser, totalmente diferentes:

  • MUNDO SENSIBLE (Doxa): las cosas sensibles se las conoce a través de los sentidos. Doxa u opinión. Tiene un ser intermedio, imperfecto, pero en fin algo de ser, no es el verdadero ser que corresponde a las ideas, sino un intermedio entre ser y no-ser, es imperfecto y está sometido al cambio. También Platón lo llama el mundo de lo visible, de lo opinable, el mundo del devenir o mundo de la opinión (doxa). Lo que tiene de ser lo tiene en la medida en que copia o imita imperfectamente a las ideas. Entre el ser pleno (mundo de las ideas) y el no-ser absoluto se intercala este mundo, el mundo del devenir, el de las cosas sensibles, que son y no son, que copian imitan, que dependen de las ideas.

  • IMÁGENES – Imaginación (Eikasía): A este mundo corresponden los entes cuyo ser es el más débil (más debajo de ellos no hay más que puro no-se, la nada misma); son como las sombras, o las imágenes que refleja un espejo, los sueños. Si tomásemos la sombra, la imagen del espejo o los sueños como realidad estaríamos en un estado de eikasía: tomar lo que vemos como algo real (como uvas, uvas pintadas; como personas reales, actores de cine).

  • COSAS SENSIBLES – estado del espíritu mediante el cual la captamos: Creencia (pístis): considera que los objetos sensibles representan la verdadera realidad. En el campo ético, la pístis consiste en creencias morales correctas acerca de lo que debe hacerse pero que no están acompañadas de conocimiento (episteme); el que las posee por ser creencias y no conocimiento, es incapaz de dar razón de ellas, son inseguras, imperfectas y vacilantes, como toda cosa sensible.

El paso del mundo sensible al mundo inteligible es el paso que representa la alegoría de la caverna: la salida del prisionero de las avernas, es decir, la salida del mundo de las apariencias para penetrar en la zona del verdadero ser, se trata del paso a la enseñanza superior.

  • MUNDO INTELIGIBLE (episteme): Las ideas se las capta mediante la razón, mediante la inteligencia: son entes inteligibles. Episteme: el conocimiento propiamente dicho o "ciencia". Se lo conoce mediante la razón y la inteligencia. Representa la verdadera realidad, los entes que son sin devenir, sin cambio. Es el mundo que reconocen los filósofos.

* IDEAS MATEMÁTICAS – el modo de conocer estos entes se llama: ENTENDIMIENTO (dianoia): se refiere a todos los conceptos fundamentales de todas las ciencias particulares. La dianoia se vale de diagramas o dibujos como representaciones imperfectas de los entes a que se refiere, que son objetos del pensamiento puro, estas representaciones sirven, a modo de puente, para pasar de lo sensible a lo inteligible (el dibujo de un triangulo no es el triángulo en sí sino que sirve de ayuda para pensar en éste). Este paso de lo sensible a lo inteligible se da en todas las ciencias: el estudio de las ciencias nos obliga a abandonar el puro testimonio de los sentidos y a confiar más bien en el pensamiento. La importancia de las matemáticas como estudio propedéutico respecto de la filosofía: sirven como preparación para que el espíritu del estudiante se vaya habituando a pensar abstractamente sin tener que recurrir a las cosas sensibles. La dianoia, y el conocimiento científico en general, es un conocimiento hipotético, es un conocimiento que parte de la hipótesis (supuesto). Se trata de supuestos propios de toda ciencia. Las ciencias "sueñan" acerca del ente del cual se ocupan, no están despiertas respecto de ello. La dianoia se refiere a este tipo de pensar que va de algo que se da por supuesto a las conclusiones que de ello se desprenden. La imperfección de la dianoia admite su punto de partida como algo independiente o autosuficiente ya que no da razón de él, pero la hipótesis no es nada que se baste así mismo, y por eso necesita que se la fundamente, pero su fundamento no es tarea de la matemática ni de ninguna otra ciencia, sino de la filosofía o dialéctica. Si viésemos el mundo de las ideas completo veríamos un cosmos, una totalidad ordenada, donde cada idea ocupa el lugar que le corresponde según las relaciones que tiene con las otras, este organismo culmina en la idea suprema, la Idea del Bien, de la cual depende todo lo demás, siendo ella absolutamente independiente de todo. Esta Idea del Bien, este ideal, es la meta a que todo hombre aspira y a que todo conocimiento tiende.

* IDEAS METAFISICAS – INTELIGENCIA (noesis): Es un modo de conocimiento que se caracteriza por ser puramente intelectual, sin ningún elemento sensible (imágenes) como el caso de la dianoia (entendimiento), es conocimiento de puras ideas, donde todo queda perfectamente comprendido. Es un conocimiento absolutamente no-hipotético porque cada idea (la idea de numero de la que parte el matemático, la idea de movimiento de la que parte el físico, etc.) se envuentra dentro de una escala o serie donde está relacionada con las ideas superiores y las inferiores de modo que la totalidad misma está unificada por el principio supremo que es la Idea del Bien.

Conocimiento y ente son contraparte uno del otro, de modo que al ser más pleno corresponde el conocimiento más completo o más perfecto: "lo absolutamente ente es absolutamente cognoscible". "La idea final en que se encuentran ambos Conocimiento y Ente, es la Idea del Bien, que es la causa suprema y última del universo"

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El mayor grado de ser (o realidad) y de verdad lo tiene el mundo inteligible, y todo ser tiene a la Idea del Bien.

Ciencia y filosofía difieren en que el hombre de ciencia va de la hipótesis a las consecuencias que de ella se desprenden, para la ciencia la hipótesis es una barrera más allá de la cual no puede proceder; en cambio el filósofo parte de una hipótesis en busca de un principio no-hipotético, La filosofía trata de eliminar o superar la hipótesis. Platón concibe a la filosofía como la única esfera en la que el pensamiento se mueve con pura libertad, no sujeto a ninguna limitación. "todo el que piensa y está resuelto a no dejar que nada lo detenga en su pensar, es un filósofo, y por ello Platón dice que "la filosofía (dialektiké) es lo mismo que el pensamiento (nóesis)".

El rasgo que permite determinar si alguien tiene condiciones para al filosofía o no es justamente la capacidad de ser sinóptico: la facultad de ver a la vez las relaciones entre las diversas ideas, lo múltiple en lo uno.

Dialéctica

El método de la nóesis es la dialéctica (Platón le dice Filosofía). La dialéctica es el arte de la conversación que tiene como meta dar razón de alguna idea buscando el principio de que depende. Es la técnica de moverse en el mundo de las ideas, determinando relaciones entre unas y otras según se enlacen entre si o estén separadas. En la dialéctica resaltará el momento de la división (diáiresis) o el de la combinación o sinopsis, la dialéctica descendente o ascendente.

Relaciones entre las ideas: Estas se encuentran ordenadas orgánicamente, subordinadas desde las más particulares a las más generales, formando así una especie de pirámide en cuyo vértice esta la idea suprema, la Idea de las ideas, la Idea del Bien; ésta idea suprema fundamenta todas las demás y les da sentido, solo a su luz se llega al conocimiento perfecto: un conocimiento (nóesis) para el cual el mundo inteligible se ofrece como gradación de las ideas, cada una relacionada con las que le son superiores y con las inferiores, formando un cosmos, una totalidad orgánica fundamentada y unificada por el Bien. Este tipo de conocimiento depende de que se llegue a la Idea del Bien como principio absolutamente incondicionado (anhipotético), la dialéctica propiamente dicha es la dialéctica ascendente que va de lo sensible a las ideas y tiene como fin el Bien, la dialéctica es el "viaje" desde el devenir (génesis) hacia el ser (usía), desde lo múltiple a la suprema unidad, de las apariencias hacia la verdadera realidad hasta llegar a algo absolutamente firme superando las hipótesis o supuestos en que se apoya la diánoia (entendimiento).

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Las ideas son trascendentes respecto del mundo sensible, es decir, constituyen una realidad que está más allá de éste.

Entre las ideas y las cosas sensibles, aunque son dos modos de ser diferentes, hay una relación, es la que Platón llama relación de semejanza o copia o imitación: las cosas iguales (mundo sensible) nos permite pensar en la idea de igualdad, las cosas bellas se asemejan a la belleza (cosas bellas: m. sensible; idea de belleza: m. inteligible), las cosas buenas al bien (cosas buenas: m. sensible; idea del bien: m. inteligible), etc.

Antes de nacer, el alma del hombre habitó el mundo de las ideas donde las contemplo y conoció en su totalidad y pureza. Al venir a este mundo y a este cuerpo el alma atraviesa un río, el río leteo, el río del Olvido, y ese saber suyo de las ideas se olvida, queda latente y con ocasión de las cosas sensibles que ve, las va recordando m{as o menos oscuramente. Platón recurre a este mito para explicar la pre-existencia del alma.

El conocimiento a priori: independiente de la experiencia

El conocimiento a priori es conocimiento independiente del conocimiento sensible (la experiencia), no anterior sino independiente de ella. La experiencia no puede jamás cambiarlo ni fundamentarlo porque lo que el conocimiento a priori afirma es totalmente independiente de lo que la experiencia diga.

La experiencia no es más que una ayuda para pensar algo que no es empírico y jamás puede representarse empíricamente de modo adecuado. Todo conocimiento empírico es particular y contingente, es decir, se limita a un determinado número de casos.

Conocimiento a priori utiliza afirmaciones que son universales y necesarias, es decir, que valen para todos los casos y que forzosamente tienen que ser así y no pueden ser de otra manera. Estas afirmaciones, por ser a priori y necesarias, exigen que la experiencia se amolde a ella.

El conocimiento a priori no se refiere a los hechos, no es un conocimiento de hecho (de facto), contingente, sino de derecho (necesario. La diferencia entre conocimiento empírico y conocimiento a priori es el valor del conocimiento, conocimiento empírico narra lo que empíricamente ocurre en un número determinado de sujetos, en cambio, conocimiento a priori enuncia proposiciones que no narran lo que ocurre sino lo que forzosamente tiene que ser.

La idea del bien

La Idea del Bien es la idea suprema, la Idea de las ideas. Por tratarse de la idea suprema es muy difícil alcanzarla y hablar de ella tal como es en si misma, por ello Platón propone no tratar del Bien en si mismo, sino comparándolo con el sol (alegoría del sol)

* ALEGORÍA DEL SOL: no basta con el ojo y la cosa visible, sino que es necesaria la luz que el sol otorga que ilumina y da calor a las cosas de este mundo.

No basta con el "ojo" del alma y las cosas inteligibles o ideas, sino que es necesario un principio que haga a las ideas aptas para ser captadas, que las haga cognoscibles, y esto es justamente lo que hace el Bien: es lo que otorga inteligibilidad a las ideas. El Bien es el fundamento gnoseológico.

"a las cosas cognoscibles (inteligibles: las ideas) el bien les otorga cognosibilidad y también realidad y ser, pero el Bien no es ser sino que está más allá del ser por su dignidad y poder"

La Idea del Bien constituye lo absoluto. La Idea del Bien es lo que hace a las demás ideas aptas para ser y para ser conocidas o inteligidas.

Como idea suprema, el Bien es el fin último, aquello hacia lo que todo se dirige, la meta suprema. El Bien resulta entonces fundamento teleológico.

El Bien es análogo al sol que, como fuente de luz y calor les presta vida a las cosas de este mundo, las hace ser, es la causa de la visión y de la visibilidad, y por lo tanto de toda existencia mortal. Todo ente tiene una dirección, algo hacia lo que tiende o aspira, su propio "fin" que es el Bien.

Relación entre los dos mundos

La Idea del Bien es el fundamento de todas las ideas, y es a la vez fundamento de todas las cosas sensibles, ya que estas deben su inteligibilidad a las ideas, las ideas son el "aspecto" bajo el cual las cosas sensibles se presentan, bajo la cual son.

– Las ideas tienen carácter metafísico porque representan la realidad perfecta, verdadera, autentica, el puro ser y valor.

Las ideas son esencias, lo que hace que los entes sean lo que son.

– las ideas son la causa, el fundamento de las cosas sensibles.

– Las ideas representan su fin, la meta de todo o que es, su sentido, lo cual implica una especie de tendencia hacia la idea, por lo que se dice que todo lo sensible quiere ser como la idea, se esfuerza por copiar la idea o asimilarse a ella.

Ideas y cosas sensibles forman parte de dos mundos separados, pero que estén separados no significa que no haya relación entre ellos: las cosas sensibles tienen su explicación, su razón de ser y existir en las idea. El mundo inteligible representa el modelo (paradigma) de lo sensible.

*ALEGORÍA DE LA CAVERNA: es la forma que utiliza Platón para expresar dramáticamente la relación entre el mundo de las ideas y el mundo sensible ("visible").

Tiene 3 partes:

  • I. Descipción de la caverna, los prisioneros y la vida que ellos llevan dentro.

  • II. Liberación y asenso del prisionero

  • III. El regreso a la caverna.

Descripción de la caverna, los prisioneros y su vida adentro: "una ladera en la que se encuentra una entrada a la caverna. En esta caverna hay hombres que están sentados y encadenados de tal manera que no pueden girar ni inclinar sus cabezas por lo que están obligados a mirar la pared que tienen en frente, que es el fondo de la caverna. A sus espaldas hay una tapia detrás de la cual pasan hombres llevando objetos sobre sus cabezas que sobresalen por encima de la muralla. Detrás de esta tapia hay una hoguera que ilumina a los hombres y proyecta sus sombras sobre la pared del fondo de la caverna, la cual miran los prisioneros. Más arriba subiendo por la pendiente detrás de la hoguera esta el mundo del exterior, donde están los animales, las plantas, los cuerpos celestes y el sol. Las sombras que se proyectan e la pared son lo único que conocen y lo toman como realidad. Y como estas sombras es lo único que conocen no hablan de otra cosa que no sea de ellas, pero no hablan de ellas como sombras que es lo que son, sino como la realidad. También escuchan un eco que proviene del fondo de la caverna y lo toman como una voz que proviene de las sombras mismas.

Los prisioneros se encuentran en un estado de eikasía (imaginación-imágenes) que es el inferior en la escala del saber, los hombres/prisioneros en su vida corriente se encuentran en la más inferior forma de existencia: prisioneros de las apariencias o fenómenos; en estas condiciones los hombres no tienen ni libertad ni verdadero conocimiento (e ignoran que no lo poseen).

– Liberación y ascenso del prisionero: "uno de los cautivos es liberado de sus cadenas y obligado a caminar, mover la cabeza, caminar, mirar hacia la luz, todos esos movimientos le causarán dolor y el deslumbramiento le impedirá distinguir los objetos cuyas sombras veía en el fondo de la caverna. Queda perplejo. El exceso de luz lo deslumbra.

El liberado descubre que el sol es la causa suprema: el sol produce las estaciones y los años, y lo gobierna todo en el mundo visible. El sol es la causa de todas las cosas y a la vez lo que las gobierna. Con su luz y su calor, el sol es la causa de todas las cosas del mundo exterior, y a la vez, indirectamente, de las del mundo interior de la caverna, porque no podría haber fuego sin el calor del sol. El sol representa la idea suprema, la Idea del Bien.

Al tiempo siente lástima por sus compañeros que aún viven en las sombras, porque el saber que allí dentro se tiene no es verdadero saber, sino el grado inferior de la opinión (doxa) que es la imaginación o conjetura (eikasía).

– el prisionero liberado debe volver a la caverna: el prisionero se ha vuelto genuinamente libre con la visión de la luz y la fuente de todo lo verdadero, la contemplación de las cosas sensibles lo ha llevado a la completa visión del mundo de las ideas, a cuyo resplandor solo se logra el verdadero saber, el conocimiento supremo y a la vez, indirectamente el conocimiento de lo sensible. Cuando el filósofo ha llegado al conocimiento supremo, no le es lícito quedarse allí fuera de la caverna, debe regresar a la caverna donde están los demás prisioneros, sus semejantes. El filósofo tiene una misión que cumplir para con los demás seres humanos, una misión educativa y liberadora: conducirlos también a ellos hacia la verdad.

Al regresar a la caverna se produce un nuevo enturbiamiento y entorpecimiento de la vista, pero en este caso lo que lo produce no es el exceso sino la escases de luz. Al lado de los prisioneros el filosofo se verá torpe y distraído, no porque lo sea sino porque la falta de luz (de verdad) lo distrae y lo dispersa.

Los hombre pueden burlarse de la "torpeza del filosofo" pero el flosofo tiene muchos más motivos para burlarse del hombre ya que este intenta ocuparse de cuestiones filosóficas o científicas sin la devida preparación.

Los prisioneros atribuyen la torpeza del liberado al hecho de haber salido de la caverna y por esto consideran perjudicial la salida, y si alguien intentase liberarlos, al ignorar que se trata de una "liberación", se resistirían e incluso hasta matarían a quien lo intente. (Sócrates murió por esta causa: por querer liberar a los hombres de la ignorancia)

La caverna representa nuestro mundo, el mundo sensible, y el exterior de la caverna representa el mundo real, el mundo de las ideas, cuya forma más alta es el Bien, que está simbolizado por el sol.

El mundo sensible resulta ser un mundo de sombras de apariencias. Los hombres que viven en la caverna son prisioneros, "el alma del hombre esta como prisionera en este mundo". "El cuerpo es una tumba para el alma, que está condenada a vivir en este mundo por culpas pasadas."

Los prisioneros de la caverna –es decir, nosotros mismos- no tenemos ni libertad ni verdadero conocimiento. El hombre está "encerrado" en el conocimiento sensible, somos "prisioneros de las apariencias", de los fenómenos, de los que solo el conocimiento propiamente dicho, la filosofía, nos puede librar. El tema de la alegoría de la caverna es liberar al prisionero para llevarlo a lo alto y terminar por sacarlo de la caverna, la alegoría narra el proceso de des-animalización del hombre, el proceso de su humanización hasta llegar a su realización plena.

Sócrates enseñó que "el método filosófico comienza con la refutación que consiste en purgar el alma de los falsos conocimientos que la tienen encadenada y le impiden el acceso a la verdad".

Platón afirma que "estamos viviendo en el mundo de las sombras, dominados por las apariencias", esta es la situación en la que el hombre se encuentra, y si el hombre no se da cuenta de lo extraño de ese modo de existir en que se ignora a si mismo y vive de modo inauténtico, es porque vive en él y por eso le parece "natural", "normal".

El prisionero al salir de la caverna se encuentra en un estado de confusión, y es que precisamente comienza la educación (paideia), la reflexión de la filosofía, se siente confuso, abrumado porque todo lo anterior que hasta ese momento había vivido le parecía claro y evidente, ahora todo lo veía borroso y oscuro, a pesar de que se trata de cosas más verdaderas y reales que las que antes percibía. Las cosas se le empiezan a complicar y todo lo que creía saber vacila, y quiere volver a las sombras. A partir de este momento comienza un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias, el prisionero se va adaptando a la nueva situación. El proceso por el cual el prisionero se va adaptando a la nueva situación es gradual: es lo que se llama educación. Primero debe aprender a diferenciar las sombras de las cosas exteriores de la caverna, luego sus imágenes reflejadas, luego las cosas mismas, más adelante los cuerpos celestes y finalmente el sol.

Es necesario de proceder gradualmente en el proceso de la educación, ya que es imposible aprehender todo de golpe. Platón dice que antes de penetrar en el estudio de las ideas superiores es preciso un aprendizaje preparatorio: el estudio de las matemáticas.

El Estado perfecto es una idea

La alegoría de la caverna concluye en la inadaptación del filósofo al mundo de las sombras, el desajuste entre el filósofo y la polis (el Estado): en los Estados, el filósofo se encuentra alienado, no está ocupa el lugar adecuado. El filosofo, es el hombre pleno, el hombre que ha desarrollado todas sus posibilidades, y está alienado todo hombre en general que encierra posibilidades de un desarrollo pleno.

Solamente en un Estado perfecto se suprimiría esa alienación y el hombre podría realizarse el la plenitud de sus posibilidades, pero Platón plantea que tal Estado perfecto no es más que un ideal irrealizable, y si llegara a realizarse no duraría para siempre, porque perfectamente son solo las ideas y todo lo sensible está inevitablemente sujeto a la corrupción. Un Estado político perfecto es una imposibilidad. Este Estado perfecto solo puede tener existencia en nuestros pensamientos. Esta idea de Estado perfecto sirve de modelo, no porque vaya a realizarse sino que dentro de las posibilidades va a tratar de llegar a la perfección, es la meta, es la única guía para nuestro conocimiento y valoración.

 

 

Autor:

Carolina Gioffre