Descargar

Del precipicio (Poesía)


  1. Origen

  • 2. Amnesia

  • 3. Precipicio

  • 4. El origen de la negación

  • 5. El signo cae por su propio peso

  • 6. Hoguera

  • 7. Canícula

  • 8. De la guerra a si mismo

  • 9. El centro de la Humedad

  • 10. Tócame la almohada

  • 11. Odas locales

  • Origen

    En el silencio profundo

    Lejos del tiempo y el espacio

    Lejos de Oparín y las Doxas

    Lejos del ser y del existente

    Lejos de la voluntad y de la negación

    El zar juega simple y concreto

    En el universo umbrío

    Allá y mas allá

    En el ser que será

    Antagonismo Entre

    Quietud y

    Movimiento

    Amnesia

    En la encrucijada de Dios

    Construyendo un Edén

    Sin Denuedo;

    Inconscientemente se abre un infierno

    Que subyace en la columna vertebral

    Permitiéndote en olvido

    Una puerta a lo desconocido

    Purgar culpas

    Fijar el rumbo

    En una región paralela

    Que ya no se oculta a si misma

    Precipicio

    Los amaneceres:

    Todos;

    Interpretar al ser en plenitud

    Con la idiocia aturdida

    (caer) para levantar hullas en pedazos

    (caer) para sentir la sacudida

    Terremoto

    (caer) Para buscar la hoz de tus valles

    Vivir el instante

    El origen de la negación

    Dejarte guiar por la ignominia

    Para conocer la huesa de tu ser

    Huellas que se borran en la arena

    Las interrogaciones hacen su aparición

    Sube el telón y la nada se aparece

    El ser en el purgatorio

    Las estaciones se agolpan

    Se trasgredí lo uno

    Para entrar en lo otro

    Puerta al purgatorio

    Mantenerse al margen

    Ausencia de lo uno

    Ruleta rusa

    El signo cae por su propio peso

    Lanzo dados

    En la encrucijada de mi vida

    Aprendo a verte a mi lado

    Mientras las moscas revolotean sobre mis oídos

    Susurrando signos

    Entre errores y cálculos

    Que se perpetúan en el azar

    Caminos no andados

    Mientras se dilapida el ser

    Con telarañas en la pared

    Un atisbo de Graffiti

    Señala un camino

    Contrario a la cotidianidad

    ¡Una Afrenta!

    De lo profundo

    Me miro al espejo

    Y recuerdo con ironía

    A platón en la caverna

    La trinidad lo tenía ciego

    Pues no eran sombras

    ¡Sino llamas!

    Hoguera

    Hoguera que delimita en lo horizontal

    Un rayo incidente penetra los ángulos

    De mi consciencia

    Pasando de reflexión

    A la refracción

    (Un íncubo se gesta)

    Me dejo guiar por un pergamino en pedazos

    Estudiando la demonología

    Finalmente todo se quema

    Canícula

    La aurora en el desierto aparece

    Bajo la canícula;

    Clima artificial;

    La cábala me favorece

    Catarsis del microcosmos

    Recojo los signos

    Y me los echo a la bolsa

    Recetario lingüístico

    Ser doctor de mi mismo

    Ambidiestro del estetoscopio

    Un diagnóstico lingüístico

    Transigir con el lenguaje

    Los sentidos que dimanan

    En un diagnostico del alma

    Perpetuar la genética poética

    El devenir

    Traspasar las fronteras:

    Del presente

    Del existente

    Traspasar las rutinas:

    Los horarios

    Los lugares

    Traspasar las ruinas

    Huesos rotos

    Cicatrices

    De la guerra a si mismo

    Confrontando el azar

    Entrego mis peones

    Para crear confusión

    Estigma de la victoria

    Éxtasis de la guerra

    Barricada de sintaxis

    Guerra de guerrillas

    Idioma en defensa de absolutos

    Espoletas de percusión

    Cuitas a la catarsis

    Y

    Al jaque mate

    El asceta

    Anacoreta del desierto

    Coyote taciturno

    Consagrado al sufismo

    Ser impoluto;

    Por los sentidos

    Discurre la esencia

    Mutar de pieles

    Abrazar la otredad

    Ver el ascetismo

    A distancia

    Intuición

    Amortecer para quedar perpendicular a tu Áurea

    Amamantar los néctares para saciar el hambre

    Para llenar el espacio vacío que nos conforma

    Las señales se vuelven evidentes:

    Llenar la memoria de momentos y de instantes vívidos

    Las aves que migran en manadas

    La habitación que consuela inesperada

    Intuir los rayos fama y veta que cruzan el encéfalo

    Crepúsculo

    La noche palidece

    Son las cuatro de la mañana

    Cónclave y misterio

    Misticismo de la niebla

    Que trasegó del viento

    A los objetos sombríos

    Los ladrones huyen despavoridos

    Por las ganancias erráticas

    Los coyotes se esconden en sus madrigueras

    Y las lechuzas a sus palmeras

    Son Las cinco de la mañana

    La transición de animales

    Nocturnos a Diurnos

    Los perros tiran los botes de basura

    Las aves se preparan para entonar la rutina

    Son las cinco treinta de la mañana

    Bermúdez se prepara en su cabina

    Sube el telón

    Hora de ensayar los diálogos

    Ante Dionisos, el azar y la rutina

    El centro de la Humedad

    Perpetuar una gota de lluvia

    Para encontrar en su centro

    La Humedad de sus ser

    A través del rocío

    En un instante lluvioso

    Cuando el encierro vil

    Vil encierro de lo uno

    Cuando en lo otro atañe

    La humedad de tus pieles

    Carnaza vil, vil carnaza

    La gota cae sobre el espacio vacío

    Para conformar el movimiento de su ser

    Invitar a la química

    Para que su lógica

    Contemple la perpetuidad

    De una gota de humedad fragmentada

    Ello

    Visión del crepúsculo sin barda

    Horizonte de absolutos

    Barda que cayó en mil pedazos

    Por la inconsciencia de la noche

    Miré tus sombras

    Me gustó tu andar

    Libre y pausado

    Subí al árbol de la vida

    Y en las puntas muerdagos

    Asir el conocimiento de tus frutos

    Néctares que proclaman la hoguera

    Para quemarse vivo en tus ramas

    Yo

    Cavar un hoyo en el desierto

    Sumergirse las veces necesarias

    Crear por el hoyo una montaña

    Para subir a veces…..

    Catarsis,

    Explosión,

    Expansión

    Lanzar piedras al vacío

    No quedarse con nada

    Melodía fatídica

    Luz y complacencia

    Para la nitidez de tus pechos bermejos

    Como imagen a gota de lluvia

    Retrospectiva de una noche callada

    Los tomo aquellos;

    Y amaso tan bien tu esfinge

    Y siento en mi espalda

    Como si un gato sagrado rozara mi piel

    Desnuda, inerme y pertrecha

    Jalo las riendas de mis manos

    Jalo las riendas de mis piernas

    Una melodía fatídica

    Llena el vacío de tu voz ausente

    Tu, fugaz, caldero que se evapora

    Desde sus causas.

    Por el ritmo

    Y los sentidos encrespados

    Y por los sentidos se desborda

    La plenitud del ser de los dos

    Estamos solos en medio de la cama

    Como en medio de la vida estamos

    Entre el precipicio del colchón como

    De la muerte que esperamos.

    Miro la ventana,

    Entre una lluvia que deletrea

    Ecos de repente

    Entonces, el olvido emerge

    En aquella melodía fatídica

    Tócame la almohada

    Tócame la almohada

    Invítame una copa

    Con ritos antiquísimos

    Para encumbrarte hacia la Luna

    Negar el frío y la noche

    Matar el amor si es posible

    Pintar de azul el frenético instante,

    Perenne y absorto

    Que la almohada

    Sea objeto de un escenario

    De catarsis y cuatro aristas

    Porque fuimos creados

    Para crear aristas en el sutil

    Juego de espejos

    Tócame la almohada

    Para que veas cual sutil

    Es crear un destino

    Con vidas entrecruzadas

    Y en la humedad se entrega todo

    En el Inmerso desierto de los dos

    Todo se consume y se evapora

    Odas locales

    (Desde el infierno)

    Entre la Realidad y el mito

    I

    Camino en

    círculos

    Entro en tus

    atajos

    Entre bulevares de tierra

    Camellones de drenaje

    Los canales:

    Compañeros inermes

    De mi custom deluxe

    Saltando:

    De bache en bache

    De borde en borde

    Y los arbustos encrespados

    Dando arañones y puñetazos

    El cielo azul turquesa

    Contrasta con el amarillo seco

    El olor a clorofila escondida

    De ropajes grotescos:

    Cachanillos,

    Eucaliptos,

    Algodón,

    trigo,

    alfalfa,

    Zacate,

    pinillos,

    grama;

    Y el viento:

    Recorre todas las

    direcciones

    Del horizonte

    Silbando una canción mítica

    Cae la noche y el viento se vuelve brisa

    Y todos los escenarios se agolpan

    Provocando espejismos

    Que se vuelven leyendas

    II.

    Alo lejos,

    el coyote vigila

    Esperando los regalos

    Misteriosos que le aguarda

    La noche;

    Enseñe rorándose sobre

    el zopilote

    Y la Víbora de cascabel

    Su estirpe de nómada silencioso

    Se desvanece en la realidad cotidiana

    Y se vuelve un

    mito

    ¡Bestia cachanilla!

    Lugarteniente

    De los espacios nocturnos

    Heredero de una tradición

    nómada

    En el lenguaje fronterizo

    Cruzas fronteras

    Burlas a los gringos

    Y ayudas a paisanos

    Duermes en espacio-tiempo

    Relativo, rápido…

    Haces como que haces

    Pero no haces nada

    Te adentras en nuestra

    Cotidianidad, silenciosamente

    Con camuflajes de perro

    III.

    Van quedando huellas

    en tu tierra

    La planeación errática

    De gente que emigra

    Que cambia con cada golpe

    De frío y de calor,

    Con cada temblor o inundación;

    Tengo fotografías tuyas

    De cada pueblo fantasma

    De cada casa devorada

    por parcelas.

    De la iglesia del caimán;

    De la posada

    De Cientos de ranchos

    Abandonados

    Estaciones del tren

    Que quedaron en cada

    pueblo del valle

    Arquitectura de polvo

    Con vestiduras viejas

    De erosiones

    Que se riegan en

    Cada adobe,

    Desde Pueblo Nuevo

    Hasta el Cincuenta y siete

    Arquitectura errática

    Multiforme.

    Pero con patrones

    Que confunden

    IV.

    Desde el caimán

    Zarpa el viajero

    En un sigiloso navío;

    El horizonte acuático:

    Incierto, silencioso;

    Navegando en contra

    De estaciones brumosas;

    Los coyotes

    viajeros

    Escondidos entre las yerbas

    Los soles caminan

    Con las horas,

    Iluminando el camino;

    Las gaviotas

    con extraño éxtasis

    Llegan ansiosas

    para el banquete Del bagre,

    con ropajes y atuendos de lujo;

    Y los zancudos empecinados

    A ir corriendo …..

    entre un aire imaginario;

    Van barriendo con amplia saya

    No hay escudo que evite

    Sus puntas colosales;

    Ensangrentadas por batallas;

    Van siguiendo

    en un ritmo:

    Suave,

    perezoso,

    lento

    V

    Serranía fisgona

    Faro del desierto,

    Testigo del caos;

    Tu amor por el mar

    Es intenso;

    Porque lo alejas de Ti

    E interpones

    el desierto

    Para justificarte

    Sedienta de amor dejaste

    Que el rió sonara por el valle

    En tu utopía de sierra madre

    Invitaste nómadas del norte;

    Pactaste con faunos y hechiceros

    Para que el cucapah

    Se asemejara al coyote

    Y el eucalipto conviviera

    con el chamizo.

    Y que el cachanilla

    Se irguiera como

    Símbolo de la tierra.

    VI

    En un pasado incierto,

    Donde las máquinas bufaban;

    Un fantasma cruza el horizonte

    Entre esfuerzos y sudores

    De

    ¡Víctimas exprimidas!

    ¡cementerio sobre vías!

    Sedimento de pueblos

    En llamas;

    ¡Inmenso sepulcro!

    De hombres ya muertos

    Con picos y palas

    Haciendo vías

    Haciendo historias

    En un brumoso desierto

    En condiciones inciertas

    ¡Atípicas!

    VII

    Cómala derruida,

    Comal de adobe,

    De ladrillo;

    Te meses y te callas

    Duermes de día,

    De noche gritas.

    Desahogas tu llanto,

    Y tu risa;

    En la ciudad estufa,

    La gente corre,

    Se quita y se pone

    Ropajes que no les gustan;

    Las historias siempre se desvanecen,

    Se evaporan;

    Lo eterno no tiene cabida,

    En la ciudad del desierto,

    La inmediatez se persigue

    Por gente con cerebro;

    Cómala angustiosa

    Donde vivos y muertos

    Se confunden;

    Donde calor y frío se funden.

    Entre la Realidad y el mito (microhistoria)

    I

    Camino en

    círculos

    Entro en tus

    atajos

    Entre bulevares de tierra

    Camellones de drenaje

    Los canales:

    Compañeros inermes

    De mi custom deluxe

    Saltando:

    De bache en bache

    De borde en borde

    Y los arbustos encrespados

    Dando arañones y puñetazos

    El cielo azul turquesa

    Contrasta con el amarillo seco

    El olor a clorofila escondida

    De ropajes grotescos:

    Cachanillos,

    Eucaliptos,

    Algodón,

    trigo,

    alfalfa,

    Zacate,

    pinillos,

    grama;

    Y el viento:

    Recorre todas las

    direcciones

    Del horizonte

    Silbando una canción mítica

    Cae la noche y el viento se vuelve brisa

    Y todos los escenarios se agolpan

    Provocando espejismos

    Que se vuelven leyendas

    II.

    Alo lejos,

    el coyote vigila

    Esperando los regalos

    Misteriosos que le aguarda

    La noche;

    Enseñe rorándose sobre

    el zopilote

    Y la Víbora de cascabel

    Su estirpe de nómada silencioso

    Se desvanece en la realidad cotidiana

    Y se vuelve un

    mito

    ¡Bestia cachanilla!

    Lugarteniente

    De los espacios nocturnos

    Heredero de una tradición

    nómada

    En el lenguaje fronterizo

    Cruzas fronteras

    Burlas a los gringos

    Y ayudas a paisanos

    Duermes en espacio-tiempo

    Relativo, rápido…

    Haces como que haces

    Pero no haces nada

    Te adentras en nuestra

    Cotidianidad, silenciosamente

    Con camuflajes de perro

    III.

    Van quedando huellas

    en tu tierra

    La planeación errática

    De gente que emigra

    Que cambia con cada golpe

    De frío y de calor,

    Con cada temblor o inundación;

    Tengo fotografías tuyas

    De cada pueblo fantasma

    De cada casa devorada

    por parcelas.

    De la iglesia del caimán;

    De la posada

    De Cientos de ranchos

    Abandonados

    Estaciones del tren

    Que quedaron en cada

    pueblo del valle

    Arquitectura de polvo

    Con vestiduras viejas

    De erosiones

    Que se riegan en

    Cada adobe,

    Desde Pueblo Nuevo

    Hasta el Cincuenta y siete

    Arquitectura errática

    Multiforme.

    Pero con patrones

    Que confunden

    IV.

    Desde el caimán

    Zarpa el viajero

    En un sigiloso navío;

    El horizonte acuático:

    Incierto, silencioso;

    Navegando en contra

    De estaciones brumosas;

    Los coyotes

    viajeros

    Escondidos entre las yerbas

    Los soles caminan

    Con las horas,

    Iluminando el camino;

    Las gaviotas

    con extraño éxtasis

    Llegan ansiosas

    para el banquete Del bagre,

    con ropajes y atuendos de lujo;

    Y los zancudos empecinados

    A ir corriendo …..

    entre un aire imaginario;

    Van barriendo con amplia saya

    No hay escudo que evite

    Sus puntas colosales;

    Ensangrentadas por batallas;

    Van siguiendo

    en un ritmo:

    Suave,

    perezoso,

    lento

    V

    Serranía fisgona

    Faro del desierto,

    Testigo del caos;

    Tu amor por el mar

    Es intenso;

    Porque lo alejas de Ti

    E interpones

    el desierto

    Para justificarte

    Sedienta de amor dejaste

    Que el rió sonara por el valle

    En tu utopía de sierra madre

    Invitaste nómadas del norte;

    Pactaste con faunos y hechiceros

    Para que el cucapah

    Se asemejara al coyote

    Y el eucalipto conviviera

    con el chamizo.

    Y que el cachanilla

    Se irguiera como

    Símbolo de la tierra.

    VI

    En un pasado incierto,

    Donde las máquinas bufaban;

    Un fantasma cruza el horizonte

    Entre esfuerzos y sudores

    De

    ¡Víctimas exprimidas!

    ¡cementerio sobre vías!

    Sedimento de pueblos

    En llamas;

    ¡Inmenso sepulcro!

    De hombres ya muertos

    Con picos y palas

    Haciendo vías

    Haciendo historias

    En un brumoso desierto

    En condiciones inciertas

    ¡Atípicas!

    VII

    Comala derruida,

    Comal de adobe,

    De ladrillo;

    Te meses y te callas

    Duermes de día,

    De noche gritas.

    Desahogas tu llanto,

    Y tu risa;

    En la ciudad estufa,

    La gente corre,

    Se quita y se pone

    Ropajes que no les gustan;

    Las historias siempre se desvanecen,

    Se evaporan;

    Lo eterno no tiene cabida,

    En la ciudad del desierto,

    La inmediatez se persigue

    Por gente con cerebro;

    Comala angustiosa

    Donde vivos y muertos

    Se confunden;

    Donde calor y frío se funden.

     

     

    Autor:

    Ezequiel Zambrano Castro