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La crítica y la autocrítica como factores del proceso de evaluación cualitativa, participativa y formativa

Enviado por David Delgado Torres


    La crítica y la autocrítica como factores determinantes en el proceso de evaluación cualitativa, participativa y formativa. – Monografias.com

    La crítica y la autocrítica como factores determinantes en el proceso de evaluación cualitativa, participativa y formativa.

    Dadas las características del momento actual de la educación en México es necesario considerar que la evaluación es la herramienta por excelencia para reorientar acciones determinantes a bien de mejorar el proceso de enseñanzaaprendizaje.

    Existe sin embargo dos formas de considerar la pertinencia de la aplicación de la evaluación sea cualitativa, participativa y/o formativa, ellas son la crítica y la autocrítica. Para continuar será necesario definir los conceptos que se toman a bien de dejar en claro las posturas del autor con respecto del tema.

    Para el autor, la definición expresada acerca de evaluación en el diccionario latinoamericano de educación es la más acertada por cuanto argumenta con buen sentido los elementos mismos que se consideran para darle ese sentido crítico a la misma, así se encuentra que:

    Evaluación: Es el proceso de crítica por medio del cual se determina si los objetivos estipulados fueron o no conseguidos y, en caso negativo, por qué.La evaluación de un sistema escolar en el planeamiento de la educación, intenta identificar sus deficiencias con el fin de superarlas.

    Bajo el concepto anterior se concluye que evaluar permite a los docentes o al evaluador determinar la eficacia de la metodología empleada para un determinado fin, en este caso la educación al tiempo que facilita la reorientación de las estrategias y los medios para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

    Desde luego que aún con esto queda todavía por definir las diferentes vertientes de la evaluación como la cualitativa, la formativa y la participativa que en la práctica son ligeramente distintas unas de otras aunque todas ellas coadyuvan una a la otra.

    Empezando por la evaluación cualitativa se define como aquella que permite debido a sus características participar en el proceso de enseñanza al tiempo que permite racionalmente la armonía entre objetivos, contenidos y métodos.

    Por otra parte la evaluación formativa es aquella que permite a los estudiantes aprender a aprender y no únicamente permitirse actividades cuya finalidad sea la de aprobar algún examen.

    Finalmente la evaluación participativa es una de las formas más interesantes tanto para los docentes como para los alumnos, pues es aquí en donde el alumno se puede desenvolver desarrollando un pensamiento crítico y objetivo además de involucrarse como agente directo dentro de su mismo proceso de evaluación.

    Dadas las características de las tres formas de evaluación expuestas en este ensayo se considera que una lleva a la otra y en ningún momento se pueden tomar como partes aisladas de un proceso, pues cada una de ellas es apenas un filtro del que deberá valerse quien evalúa para poder obtener un juicio amplio que le permita tener un panorama de los avances que se han logrado a partir de las estrategias empleadas durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

    Al tiempo que la evaluación tanto formativa, participativa y cualitativa sean engranadas adecuadamente en las planeaciones por parte del docente y sean expuestas a los alumnos como una herramienta de la cual puedan valerse para mejorar sus procesos de aprendizaje los resultados que se obtengan en educación serán exponencialmente superiores a aquellos en los que los estudiantes solo sean considerados el sujeto a evaluar y no parte del mismo proceso en cuyo caso también pasarán de ser los evaluados a evaluadores tanto de sus propios avances como de las metodologías empleadas por el docente a bien de que pueda sugerir aquello que es conveniente para si mismo de acuerdo a la forma en que le es fácil aprender.

    Si hay alguien que pueda conocer a un individuo mejor que nadie es justamente el mismo sujeto quien al conocer lo que se pretende aprenda y las formas en que serán evaluadas sus acciones podrá orientar sus actividades hacia algo más productivo que le permita alcanzar las metas estipuladas en los planes y programas de estudio.

    En este momento cabe preguntarse entonces el efecto de la crítica y la autocrítica en los procesos de evaluación y cómo éstas determinan la eficacia de los procesos de evaluación en las diferentes formas mencionadas con anterioridad.

    Para ello será necesario recurrir nuevamente a las definiciones a bien de fijar la postura del autor con respecto de las mismas y finalmente ubicarlas en el marco del proceso de evaluación.

    Según Kant la crítica es el discernimiento objetivo a través de un análisis respecto a algo, sobre todo cuando ese algo ya se daba por sentado y consabido.

    Ahora bien, la autocrítica es la capacidad de distinguir los propios defectos y de, enfrentándolos, proponerse hacer lo mejor posible para que éstos no se sigan repitiendo. Es la capacidad de auto evaluarse y de ser sincero/a con uno mismo, admitiendo que nadie es superior que los demás y que todos tenemos errores, por lo que debemos esforzarnos para ser mejores y así, con la autocrítica, se puede ir madurando cada día más.

    Con referencia a las definiciones de crítica y autocrítica se puede apreciar la inminente relación con los temas de evaluación y es que las mismas se encuentran inmersas en las acciones que se llevan a cabo durante los procesos evaluativos en la actualidad.

    Hay una sección poblacional que valora la crítica similar a un juicio por lo general negativo y en ese aspecto hay que considerar que criticar no es propiamente buscar la destrucción de los conceptos y paradigmas de la actualidad o cualquiera que fuere sino que se busca a través de ella el constante perfeccionamiento de las acciones emprendidas por el docente y el alumno.

    Para llevar a cabo las acciones de crítica y autocrítica es necesario que la persona tenga una preparación adecuada, que posea conocimientos bastos del tema que critica y principalmente que se tenga una mente abierta a las posibilidades que puedan devenir de las mismas, así quien lleva a cabo una autocrítica y únicamente se basa en ello para poder perfeccionar sus procesos docentes-educativos difícilmente podrá tener un resultado crítico objetivo pues constantemente los paradigmas en que las personas se encuentren no les permitirán ver rasgos que desde otras perspectivas se puedan apreciar.

    Así por ejemplo, una persona que base los cambios de planeaciones y actividades en la crítica externa se perderá del análisis propio de sus acciones lo que le permitirá enfocar adecuadamente las actividades que emprenderá y por otra parte, quien centre sus cambios en la autocrítica se perderá de la oportunidad de expandir sus horizontes y alcances hacia nuevas formas de hacer las cosas y probablemente aunque sus acciones sean distintas los resultados no dejen de ser los mismos, ello porque la esencia de lo que se hace conservan la esencia de los patrones de enseñanza que no puede dejar de repetir.

    Tomar en cuenta lo que otras personas experimentadas en el mismo campo que uno permite entonces mejorar la visión de los objetivos y las metas logradas contra aquello que no se logró y las acciones a emprender para lograr conquistarlas.

    Esta reflexión lleva al autor a recordar las reuniones colegiadas en las que participar de lo conseguido y no logrado siempre resulta fructífero para el logro de los objetivos tanto docentes como institucionales. Sin embargo instituir una cultura como esta ha sido una grave deficiencia en la educación pública en México pues se carece de ese espacio de tiempo para hacerlo, sea por falta de actitud misma del docente como por motivación patronal para incentivar este tipo de actitudes en el magisterio particularmente.

    Emitir un juicio crítico o un análisis autocrítico permite a los actores del proceso de enseñanza-aprendizaje tales como los docentes, estudiantes, padres de familia, autoridades escolares y educativas tomar decisiones que permitan mejorar el desempeño de los estudiantes y del mismo proceso, por tanto es innegable la necesidad de instituir una cultura de crítica y autocrítica en México que oriente las formas de enseñanza hacia la mejora constante de quien es evaluado como del evaluador, esto es, del alumno y del docente.

    Probablemente uno de los problemas para poder realizar la sugerencia anterior en nuestro país y en la sociedad en particular es que se ha venido empleando el término de evaluación como la asignación de una calificación de acuerdo a diferentes criterios de desempeño. Sin embargo esta concepción está errada sin lugar a dudas porque no permite la reflexión de los procesos que se llevaron a cabo a bien de considerar su eficacia y pertinencia, al tiempo que la asignación de una calificación imposibilita al alumno a realizar una autocrítica pues no señala ninguno de los errores que le llevaron hasta donde se encuentra de acuerdo a esa asignación numérica.

    Por todo lo anterior se concluye que:

    Evaluar en educación es criticar el proceso de enseñanza-aprendizaje a fin de reorientarlos en caso de ser necesario.

    La evaluación cualitativa permite tener una perspectiva del proceso de enseñanza-aprendizaje a través de las estrategias empleadas y su pertinencia de acuerdo a las metas establecidas en planes y programas.

    La evaluación formativa está orientada a brindar metacognición al educando, esto es, aprender a aprender, logrando así que esté preparado para su inclusión en sociedad.

    La evaluación participativa da acceso a la crítica y la autocrítica de los procesos de enseñanza-aprendizaje al tiempo que incluye al educando como evaluador de su mismo proceso de aprendizaje.

    No existen diferencias que permitan llevar a cabo las distintas evaluaciones por separado, una debe llevar intrínsecamente a la otra para una evaluación integral.

    Es necesario instituir en nuestro país las reuniones colegiadas, más allá de que estén establecidas en el sistema educativo mexicano se trata de capacitar al docente para tener una participación activa que posteriormente le permita reorientar sus actividades de acuerdo a los objetivos institucionales y nacionales considerando planes y programas de estudio.

    BIBLIOGRAFÍA

    Diccionario Latinoamericano de Educación.

    ÁLVAREZ DE ZAYAS, Rita Marina. Hacia un currículum integral y diferenciado.

    SEP. Plan de estudios 2011. Educación Básica

    http://www.psicopedagogia.com/definicion/autocritica visitada el 29 de marzo de 2012.

    http://www.educared.org/global/premiointernacional/evaluacion-participativa visitada el 30 de marzo de 2012.

    http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lid/bonilla_h_s/capitulo7.pdf visitada el 31 de marzo de 2012.

    http://eva-bonastre.suite101.net/que-es-la-critica-a71606 visitada el 31 de marzo de 2012.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Cr%C3%ADtica visitada el 31 de marzo de 2012.

     

     

    Autor:

    David Delgado Torres