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La consagración de la hipocresía y oposición política en Venezuela


Partes: 1, 2

    1. Una acotación necesaria…
    2. ¿Cómo ese contexto se reproduce en la conducta de nuestros dirigentes y por derivación en la sociedad?
    3. Más allá del "liderazgo actual"
    4. ¿Por qué la obediencia ciega a esa "casta dirigente"?
    5. ¿No estará la sociedad venezolana utilizando a la hipocresía como mecanismo de evasión de su ineludible responsabilidad histórica?
    6. El "liderazgo" del país no puede mostrar la superioridad moral que el pueblo reclama
    7. La sociedad venezolana, tiene que clavarse en las calles pero con un objetico que unifique sus demandas

    Punto de Quiebre

    "En una de sus obras menos frecuentada, Cakes And Ale, Sommerset Maugham, hizo una caracterización de este tipo de conducta: "La hipocresía es el más difícil de los vicios y el que exige mayor control nervioso; precisa de una incesante vigilancia y un nada común distanciamiento espiritual. No puede como el adulterio o la glotonería, practicarse de vez en cuando; la hipocresía es una tarea de tiempo completo". A cada uno a elegir: ¿es preferible: el adulterio ocasional o la persistente hipocresía?

    Una acotación necesaria…

    El 22 de mayo de 1994. En un diario económico capitalino, el filósofo y critico Juan Nuño, en un ontológico análisis que intitulo "La Consagración de la Hipocresía", nos advertía que la política actual esta llena de matices, de distingos, de sutilezas, de bizantinismos y escondidos recovecos, que todos en definitiva se reducen y resumen en la doble hipocresía del "si", pero "no" y del "no" pero "si".

    Igualmente nos relato que hace muchos años en una España dominada precisamente por la moral católica más reaccionaria e hipócrita, hubo una vez una reyerta callejera entre jóvenes de distintas tendencias, porque los llamados "hijos de san Luis", activistas católicos intransigentes, querían impedir a toda costa que se proyectara una según ellos pecaminosa película de aquella actriz mas cursi que atractiva, llamada Maria Méndez. Interrogado uno de aquellos endemoniados párvulos, al que se le intento hacer ver que con eso no iban a suprimir el pecado ni siquiera los malos pensamientos, respondió, lo que parece ser la clave de toda una conducta regida por la moral de la hipocresía: "Lo que importa no es que no se haga, sino que no se sepa".

    Observaba en un canal internacional recientemente los detalles de una investigación seguida a la Corporación Estadounidense Sea Syster, especialista entre otras cosas en la comercialización de sofisticados armamentos, y todo giraba alrededor del hecho de que la mencionada empresa había efectuado algunos depósitos de ingentes cantidades de dólares, al Príncipe de los Emiratos Árabes, hijo del Ministro de la Defensa y responsable de las adquisición de una cantidad importante de material bélico para el equipamiento de sus fuerzas armadas, después de sesudas pesquisas con el apoyo de toda la estructura burocrática de la eficiente justicia norteamericana, no se ha podido llegar a una etapa conclusiva de confirmación de el delito de corrupción, pero lo que quiero destacar son tres elementos importantes, primero: uno de los CEO de la poderosa, Sea Syster, al ser entrevistado con el mas absoluto descaro hipócrita, expreso que en este tipo de negocios hay que ser muy cuidadoso y guardar con celo extremo el undécimo mandamiento que reza "nunca dejes que se sepa", segundo: quien guío estas investigaciones y es de presumir que hizo todo el esfuerzo posible por el esclarecimiento de los hechos, fue el flamante Director en ese momento de el Buro de Investigaciones Federales, (FBI), hoy es para sorpresa de incautos el abogado defensor de el Príncipe Saudí, y tercero: el señalado en una entrevista respondió con franqueza y creo que el menos hipócrita, explicó que el monto de los recursos, sobre los que se quería aviesamente arrojar un manto de dudas, fueron apenas, 400 mil millones de dólares, autorizados por el Rey, el Ministro de la Defensa, y el Ministro de Finanzas, que ellos se apoyaron en una Empresa emblemática con gran experiencia en el sector como es La Sea Syster, y que en esas adquisiciones hayan quedado 50 mil millones en comisiones, era absolutamente normal.

    ¿Cómo ese contexto se reproduce en la conducta de nuestros dirigentes y por derivación en la sociedad?

    Se imita, tanto en los dirigentes como en la sociedad en general, y abona a la decadencia de valores universales.

    Santo Tomás distingue entre peccatum y crimen. En su enfoque particular no cabe el planteamiento trágico estilo Antígona, con su fatal contraposición entre lo justo natural y lo justo legal. La ley divina busca guiar al homo viator hacia la felicidad de la patria definitiva. La ley humana, busca por el orden justo, la armonía social. La ley humana nunca debe aprobar lo que la ley divina prohíbe, pero necesariamente debe regular todo lo que ella ordena. Santo Tomás y San Agustín coinciden en que no es deber de la ley humana hacer bueno al hombre. Al Cesar lo que es de el Cesar, y a Dios lo que es de Dios. Un romano pagano pensaba que el Cesar era Dios. Un Musulmán fundamentalista piensa que Dios es el Cesar.

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