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Consideraciones generales del cólera aviar (página 2)

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La vacunación.

El objetivo primordial de la vacunación es la protección contra enfermedades que ejerzan un impacto económico negativo.

Debido al cada vez mayor tamaño de las granjas avícolas y a la proximidad entre una granja y otra, el estado sanitario en cualquier lugar evoluciona constantemente. Las cepas más virulentas de los patógenos han y continúan emergiendo a todos los niveles de la avicultura y por consiguiente, se hace claramente evidente que ningún programa de vacunación por si solo será conveniente para todas las granjas en todas las áreas. Es importante comprender que la recomendación de vacunar pueda cambiar a medida que surge nueva información con respecto a la inmunidad del ave y a la enfermedad.

La aplicación de bacterinas es aconsejable en la mayoría de las zonas donde exista un alto riesgo de que se presente un brote.

Las vacunas del Cólera aviar inactivadas (bacterinas) inducen la protección solo contra los serotipos de los aislados incluidos en la bacterina. Dado que es poco práctico incluir 16 serotipos de P.multocida en una bacterina ya que solo unos cuantos serotipos causan comúnmente la enfermedad en aves, la mayoría de las bacterinas de Cólera aviar disponibles comercialmente contienen los serotipos 1,3 y 4. Estos productos por lo tanto, ofrecen protección solo contra estos serotipos que son los más importantes en las aves comerciales. Dado que el serotipo 3,4 es tan común en nuestra industria, actualmente hay bacterinas que contienen un aislado del serotipo 3, 4. En contraste, las vacunas vivas de P.multocida dan una protección amplia contra muchos serotipos. Existen tres vacunas vivas disponibles ahora, la cepa de la Universidad Clemson (CU por sus siglas en Ingles) la PM-1 y la M-9.La CU es la más virulenta, la M-9 es la más suave y la PM-1 es de virulencia intermedia. Estos productos pueden usarse oralmente en pavos, pero en los pollos deben ser inyectados en la membrana del ala. Además las vacunas vivas se diseminan de ave a ave más fácilmente en pavos que en pollos.

Las bacterinas autógenas son un tercer tipo de vacuna usada para controlar el Cólera aviar, son vacunas inactivadas que contienen un aislado a partir de un caso de Cólera aviar en una granja o un complejo particular y la bacterina autógena se produce por encargo para su uso en ese sitio. A menudo las compañías encuentran que ciertas granjas o complejos tienen casos de Cólera aviar continuamente causados por serotipos inusuales como el 7 y el 12, las bacterinas autógenas se usan a menudo en tales circunstancias. Muchos laboratorios están disponibles para hacer bacterinas autógenas de Cólera aviar aunque existen restricciones sobre su producción y uso. Aquellos programas que solo incluyen una bacterina convencional dan protección contra los serotipos más comunes pero dejan a las parvadas susceptibles a los serotipos menos comunes.

Lamentablemente, dadas las dificultades que todavía plantea la elaboración de vacunas vivas eficaces y seguras, en la mayoría de las ocasiones la lucha contra la enfermedad sigue dependiendo de vacunas preparadas con bacterinas, que presentan notables desventajas en comparación con las vacunas vivas. La primera aplicación de la vacuna debe hacerse entre las 8 y 12 semanas de edad y la segunda o revacunación entre las 12 y 16 semanas de edad. A veces puede ser necesaria una tercera aplicación 4 semanas después, se aplica por vía subcutánea.

Teniendo en cuenta los costos de los ensayos y el consumo de medicamentos de las aves ponedoras es muy posible que ninguno decida hacer el gasto, ante tan negro futuro, y como ya se indicó, se impone el establecimiento de medidas de bioseguridad y la vacunación de los animales, únicas medidas a la vista, para evitar el contagio y las grandes pérdidas económicas que éste origina.

Existen actualmente vacunas de diversos grados de patogenicidad, es mejor utilizar bacterinas y evitar el uso de vacunas vivas si es posible, de lo contrario es importante recurrir a vacunas de baja patogenicidad para los machos reproductores. Con el fin de reducir las reacciones postvacunal puede administrarse primero una bacterina y posteriormente, por lo menos 4 semanas después una vacuna viva. También debe tenerse en cuenta que es necesario conocer la concentración de bacterias en las vacunas vivas para evitar infecciones demasiado agresivas y para asegurar inmunidad y que no debe medicarse a las aves mientras desarrollan inmunidad. Finalmente con las vacunas vivas se logra cierta inmunidad cruzada mientras con las bacterinas solo se inmuniza contra los serotipos contenidos en ella.

Para algunas compañías, las reacciones locales del tejido del lugar de la inyección de las bacterinas de cólera aviar ha sido un problema. Desafortunadamente, la inyección intramuscular en la pechuga es en un lugar de aplicación muy preciso para la vacuna inactivada y un lugar que es fácil para que una persona inyecte sin que se inyecte a sí mismo. Los otros lugares prácticos para la inyección son subcutánea en el cuello, en la parte de abajo de la cola y en la pierna, la inyección subcutánea en el cuello es muy difícil de hacer con precisión para algunos equipos de inyección y puede resultar que el que realiza la operación se inyecte a sí mismo. También las inyecciones en la cola y en la pierna son probablemente más seguras para los equipos y son más fácil de hacer con precisión.

La precisión en la inyección es el factor más crítico para que tenga éxito un programa de prevención de Cólera aviar, no es inusual encontrar de 20 a 40 por ciento de aves falladas después de la inyección subcutánea en el cuello. Para esto muchas compañías añaden pigmento a las bacterinas antes de usarlas para ayudar a verificar la precisión de la inyección. También el sistema ELISA puede ser de ayuda para determinar la precisión aproximada del equipo de inyección, antes de la primera inyección de bacterinas, la parvada debe ser negativa por ELISA. Tres semanas después de la inyección, todas las aves que se inyectaron deben tener títulos mensurables de ELISA, en el caso que se haya fallado las aves no presentan títulos.

Las vacunas se usan para prevenir o reducir problemas que pueden ocurrir cuando un lote avícola se expone a organismos causantes de enfermedades en el ámbito de campo. Las vacunaciones se deben pensar como un seguro y como seguro, hay un precio que pagar por la protección contra una amenaza potencial. Los costos incluyen el precio de la vacuna, el tiempo gastado en diseñar el plan de vacunación, la administración de las vacunas y las pérdidas debido a reacciones de las vacunas del tipo vivo, así como también el daño tisular local de las inyecciones de vacunas muertas si el riesgo de una enfermedad particular en el área es bajo, tiene poco sentido vacunar contra esa enfermedad, ya que los costos pueden pesar más que los beneficios y usted puede poner en riesgo las granjas vecinas.

Una vez que se toma la decisión de vacunar, se deben considerar muchos factores para asegurar que la vacunación sea exitosa. Un fracaso en la vacunación ocurre cuando luego de la administración de la vacuna, los pollos no desarrollan un título adecuado de anticuerpos y/o cuando es susceptible a un brote de de la enfermedad de campo. Cuando una vacunación falla, la inclinación natural es culpar a la vacuna. Aunque esto pudiera ser ciertamente un problema importante, hay muchos otros factores que deben evaluarse para determinar la causa del fracaso.

Medidas contraepizoóticas ha ser empleadas en el control del Cólera aviar

Resultan fundamentales para el control y establecimiento las medidas de bioseguridad con vistas a prevenir el contagio, particularmente en aves de puesta, ya que en este caso no se dispone de antimicrobianos idóneos aprobados para este uso. En caso de infección es posible recurrir al uso de aquellos aprobados para animales de carne pero teniendo en cuenta que los huevos producidos por estos animales no podrán ser destinados al consumo humano durante un período no menor a 7 días. El medio más eficaz de impedir la introducción de P. multocida es seguramente la segregación de los ejemplares infectados, sin embargo, esto es difícil de llevar a la práctica en un sistema de producción extensivo, es por ello que se recomienda la vacunación como medida preventiva. Para controlar la enfermedad también se recomienda eliminar pronto los cadáveres, con el fin de no sean consumidos (canibalismo) por las otras aves y finalmente se debe hacer una limpieza y desinfección total de las instalaciones y equipo (Malas, 2000).

Las prácticas sanitarias que ayudan a prevenir la enfermedad son, despoblación anual completa, con definitiva separación entre las aves más viejas y sus reemplazos, Implementación de un programa de control de roedores, eliminación correcta de las aves muertas, suministro de agua segura y limpia, limpiar y desinfectar todos los locales y equipos después de despoblarlos, mantener confinadas a las aves en sus recintos y protegidas contra aves y animales silvestres y dejar vacíos, por lo menos tres meses, los lugares que hayan sido contaminados. No hay una cura efectiva para la enfermedad y el único camino para erradicarla, es a través de la cuarentena, vigilancia epidemiológica y despoblación, la mejor solución para reducir el riesgo de introducción, es a través del seguimiento de medidas de bioseguridad: evitar la entrada de personal extraño a la granja, no explotar aves de diferentes edades, no mezclar parvadas con aquellas que hayan sufrido la enfermedad, control de animales silvestres, control de roedores, realizar una limpieza y desinfección del equipo e instalaciones de la granja.

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Autor:

Omelio Cepro Rodriguez*:

Fredy I Peña Rodríguez;

Juan Soto Pacheco.

Livia Rodríguez Jiménez.

Nelson Roque Bermúdez.

*Doctor en Ciencia Veterinarias. Universidad Central de las Villas, Facultad de ciencias Agropecuarias, departamento de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Carretera a Camajuani km 51/2. Santa Clara Villa Clara. Cuba.

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