Arquitectura civil dentro del núcleo de poder de la ciudad Inca de Cusco (página 2)

Dichas construcciones obedecen a paramentos de tipo ordinario, es decir, no poseen el acabado de los muros que se aprecian en los denominados palacios y templos; más bien son en muchos casos piedra canteada unida con mortero de barro o arcilla, y en otros piedra pulida, pero sin el acabado o las juntas de las construcciones palaciegas o santuarios,

Es muy común pensar que la arquitectura inca es aquella que posee un acabado fino muy elaborado, éste es un error, ya que toda sociedad incluyendo la nuestra posee diferentes tipos constructivos, es decir, no es lo mismo construir un palacio, un templo, una casa de ciudad o una casa perteneciente al campo, cada una de ellas posee una particularidad propia para la que fue creada.

Muro asentado con piedra poligonal medianamente pulido perteneciente a la actual casa Lastarria. 2010 (fotografía Arqueólogo Luis Enrique Verástegui Gibaja).

Imagen de la calle Ahuacpinta donde se puede apreciar la contraposición del muro sedimentario y pulido perteneciente al templo de Santo Domingo (Qoricancha)

Las publicaciones y artículos que hacen referencia a las construcciones incas, dentro de la ciudad del Cusco, desarrollan entre sus líneas las características propias de lo que llamamos estilo inca imperial, en pocas publicaciones, se hace referencia o se desarrolla las particulares de las construcciones de la gente común o aquellas destinadas a funciones de comercio e interacción social.

Antes de que se pueda entender toda una sociedad y su compleja estructura social, es importante entender todos los componentes de la misma, por lo que referirse sólo al aspecto constructivo de una élite gobernante o de un poder religioso u estatal, es disgregar y separar la importancia de otro elemento componente de una sociedad, que es la arquitectura civil, llamada también doméstica, esta parte componente es en muchos casos de importancia mayor a la de un palacio o templo, lugares donde se puede apreciar aspecto de poder político o manejos y actividades religiosas; mientras que en una construcción civil se puede identificar el desarrollo de la vida cotidiana donde se realiza las actividades propias de la gente que genera la sociedad, es decir, se puede encontrar en estos lugares las actividades del día a día de la gente componente de un pueblo.

Las características de las construcciones denominadas ordinarias para el caso del Cusco Inca, según la evidencia existente son de aparejo simple, compuestas por accesos de una jamba o ingreso y cuyo ancho de muro oscila en un metro aproximadamente; se trabaja con piedra canteada unidad en muchos casos con morteros de tierra o barro y arcilla, es muy probable que no culminara en los acabados ordinarios que se aprecian en aquellos paramentos que sobreviven en la actualidad, al parecer estos muros eran acabados con un tipo de reboque y enlucido que hacían más presentable las caras de los muros periféricos, la construcción en muchos casos se elevaba en un segundo nivel, lo cual hacia posible el uso de adobes para concluir la construcción.

Estos espacios eran utilizados para realizar las actividades cotidianas que llevan inmersa en si una serie de actos propios de una familia o grupo de familias las cuales en su accionar diario dejan evidencia material como cerámica, textiles, metales entre otros objetos, éstos cuando son hallados en un proceso de excavación arqueológica son trabajados y entendidos como un proceso paulatino y constante de las sociedades del pasado, ello permite captar información sobre la dieta del grupo que habitaba dicho espacio, de sus espacios destinados a la basura, sus espacios de descanso y sus lugares de reuniones.

Una construcción como la que referimos posee una distribución de elementos arquitectónicos que al parecer es de 4 u 8 recintos dispuestos y distribuidos al rededor de un patio o área central de interacción, rodeado por un muro que circundaba y separaba las actividades familiares y las actividades de la sociedad en el exterior.

Las actividades que se realizaban en el interior de las Kanchas podrían ser eventos cotidianos como comer, compartir una reunión familiar, jugar, pero las actividades que se realizaban en muchos de estos lugares y que son poco estudiados en todo el imperio es la reunión de personas de diferentes clases sociales para la realización de festines, que no son mas que fiestas organizadas en muchos casos por las élites gobernantes para tener de esta manera una parte del control político y social de la gente que se encontraba bajo el dominio del imperio.

(Fotografía del estado en que fueron hallados los dos segmentos de estructuras: cortesía Arqueóloga Patricia Arroyo Abarca).

La evidencia arqueológica que proporciona un acercamiento al hecho de fiestas y reuniones, en la ciudad Inca del Cusco, fue estudiada por Verástegui y Durand el año 2009, en el inmueble 620 de la calle Intiqhawarina, actualmente hotel Taypicala. En dicho inmueble se hallo durante 02 temporadas de excavación arqueológica (2004, 2005) y una de puesta en valor 2007, dos segmentos de estructuras incas de paramento ordinario compuesto por elementos de tipo canteado y cantos rodados unidos con mortero de barro, La distribución espacial de los dos segmentos de estructura, hallados en el inmueble objeto de estudio, es propia de una kancha inca que se puede definir según Niles como un conjunto de recintos de algún tipo (1987). Llanos lo conceptualiza como patios encerrados con edificios (1936). Mientras que Rowe introduce el término Kancha para referirse a conjuntos de hasta seis edificios dispuestos dentro de un recinto y que miran a un patio (1946[1944]).

Para el caso del Cusco prehispánico las kanchas predominantes están compuestas por cuatro estructuras, dos de ellas cumplían funciones de habitación y las otras dos de recepción y servicio, a su vez estas cuatro estructuras cercaban a un espacio libre que fue un lugar de interrelación social de actividades humanas.[1]

Hoy se sabe que los espacios libres o abiertos, donde se ejecutaban las actividades de reunión y vida cotidiana, corresponden a áreas de congregación de cierta cantidad de individuos para realizar rituales intra o extra comunitarios (bailes, banquetes), actividades productivas como intercambio de bienes o por razones de parentesco los cuales pueden ser de uso común. Su uso podría restringirse en ocasiones a un gran grupo social y en caso contrario quizás a algo más familiar. En el caso de ser una residencia comunal, las estructuras halladas en ellas son de uso privado y las áreas abiertas como patios son de uso común (Habetler 2007).

Si bien es cierto que las kanchas inca no eran de uso ceremonial o administrativo en su totalidad, la ubicación de la evidencia arquitectónica hallada en el inmueble Intiqhawarina 620 dentro de los contornos definidos como área sagrada del Cusco la califica como un posible centro de interacción donde es probable que se ejecutará actividades relacionadas con el imperio Inca tales como festines, los cuales al ser realizados dejaron áreas de descarte, para Makowski 2004 estos basurales sirven para entender actividades de las sociedades que las generaron.

En el caso de los segmentos de estructuras de la kancha inca hallados se pudo identificar un área de descarte comprendida por elementos cerámicos de periodo inca, en una cantidad promedio de 4000 a 5000 fragmentos de diferentes tipos cerámicos, asociados a presencia de huesos de camélidos, también en gran cantidad aproximadamente 2000 fragmentos cocinados y carbón disperso, dicho evento se distribuía en un pasadizo ubicado entre los dos segmentos de estructuras halladas y en un mismo nivel de ocupación,

Distribución espacial de los dos segmentos de estructuras halladas en el inmueble de Intiqhawarina 620, (modificado de Proyecto de Excavación Arqueológica Inmueble 620 Intiqawarina, Plano 3, 2005).

Los primeros análisis realizados al material cerámico muestran la presencia de diferentes formas cerámicas, en un total de 1226 fragmentos analizados, y pertenecientes a un contexto inca, se puedo identificar: 218 fragmentos de Platos, 193 fragmentos de Ollas, 139 fragmentos de Cuencos, 111 fragmentos de Aríbalos, 104 fragmentos de Cántaros, 103 fragmentos de Jarra, 41 fragmentos de Tinajas o Urpus, 41 fragmentos de Escudillas, 28 fragmentos de Tapas de diferentes objetos, 10 fragmentos de Vasos, 04 fragmentos de Cucharas.

Estos porcentajes evidencian en primer lugar la presencia de preparación y consumo de alimentos y en segundo plano el consumo y preparación de bebidas, esto pues el trabajo desarrollado por Támara Bray el año 2003, en cuanto a la cerámica inca, identifica estos elementos con funciones y usos, considerando a los Platos de carácter individual para contener diversos tipos de alimentos, generalmente secos; Ollas las que mostraban huellas de carbón en la parte externa del objeto eran usadas para la preparación de alimentos y las que no, servían para la preparación de chicha y estaban asociadas a eventos ceremoniales; Cuencos cuyo uso estaba destinado para contener sopas y guisos, son de carácter individual; Aríbalos eran utilizados para transportar chicha; Cántaros y Jarras contención y transporte de líquidos, al parecer su uso fue restringido y de carácter individual; Tinajas o Urpus servían para la preparación y/o fermentación de chicha; Escudillas estaban destinadas para contener sopas y guisos y eran de carácter individual; en cuanto a las Tapas, en este caso no existe un análisis de la función de este objeto, pero es de suponer que la función primordial para la que fueron creadas eran para cerrar los objetos con contenidos; Vaso o Keros su uso era limitado y estaba asociado con funciones especiales; Cucharas al igual que las tapas no se les atribuye un uso específico aunque es de suponer que servía para sorber alimentos.

En el caso de los elementos óseos hallados en asociación directa con la cerámica y la arquitectura se pudo identificar que todos se encuentran fragmentados y pertenecen a camélidos, sin poderse determinar la especie específica, pero dentro de esta muestra se puede hallar presencia de cortes en las osamentas las cuales mostrarían en un principio el consumo de estos animales en el sitio.

Representación gráfica y fotografía de cucharas inca, pertenecientes al contexto o área de descarte asociada a los dos segmentos de estructuras incas. (Tomado de tesis de licenciatura análisis de alfarería inca procedente del inmueble Intiqhawarina 620, ciudad del Cusco, anexo 42, dibujo 20, foto 2, Cusco, [2009])

Esta evidencia, permite entender que en este espacio se pudo realizar actividades de reunión, basadas en la cantidad de elementos acumulados en un área de descarte hallado, y que el inmueble posiblemente pertenecía a un tipo de curaca o señor de rango medio como lo hace notar Bernabe Cobo en su crónica Historia del Nuevo Mundo.

"[.] las casas de los señores y caciques son algo más suntuoso que las de los particulares, no tanto en la labor y traza, cuanto en el tamaño y calidad de materiales"[.](Cobo 1964 [1653]: Vol. 2, libro 11, cap. IV: 19) "[.]solas las de los caciques tenían grandes patios, donde se juntaban el pueblo a beber en sus fiestas y regocijos, y más habitaciones de aposentos." (Cobo1964 [1653]: Vol. 2 libro 14, cap. III: 242).

En consecuencia la Kancha hallada en la zona de Intiqhawarina, presentaría evidencia de una reunión o fiesta realizada en su interior y cuyo resultado fue la creación de un área de descarte; este tipo de espacios eran utilizados con diferentes fines; uno de estos fines reconocido en lugares de administración política y/o religiosa del estado Inca, caso Cusco, Pachacamac o las Islas del Sol y de la Luna en el lago Titicaca; fue que dichas construcciones servían como un lugar administrativo en el que la gente que residía en ellas (elite inca) utilizaba el

espacio para realizar reuniones y fiestas en determinados momentos del año, siguiendo ciertos lineamientos políticos y religiosos designados[2]

Un ejemplo similar al que se trata en el presente artículo se presenta en la zona de Pachacamac, santuario anterior a la expansión inca y que prosiguió como centro de culto en la etapa inca, en dicho lugar existían espacios designados para la realización de actos de reciprocidad, tanto simétricos como asimétricos, lo cual generaba la presencia de peregrinos de muy lejanos lugares en las celebraciones (Eeckhout 2008: 163).

Otro sitio Inca con presencia de peregrinaje esta ubicado en Isla del Sol en las inmediaciones del lago Titicaca, donde se ha encontrado estructuras creadas por los incas con la finalidad de ser lugares de descanso y reunión de los grupos peregrinos.

Puncu es el primer sitio, en la isla del Sol, al que se llega desde la península de Copacabana. [.]. En este sitio se encuentra un edificio de planta rectangular con dos puertas de ingreso. Internamente, se distribuyen en dos grandes habitaciones con nichos internos en las paredes y una pequeña plaza, [.]. (Rivera 2008:179).

Otro sitio dentro de esta área de peregrinaje, con dirección a la Roca Sagrada de la cual se creía había salido el sol, es el sitio de Mama Ojlia donde se puede encontrar relación directa entre la kancha en estudio en cuanto a función y el sitio de Mama Ojlia:

[.] el santuario era mantenido limpio, pero el área inmediatamente fuera de él veía diversas otras actividades. (Bauer & Stanish 2003 [2001]: 216).

En suma, los restos de superficie, los artefactos excavados y los fechados radiocarbónicos de Mama Ojlia indican todos que sus estructuras fueron construidas por los incas en una zona del Santuario que no fue utilizada por culturas anteriores. Cobo (1990: 97 [1653: Lib. 13, cap. 18]) y Ramos Gavilán (1988: 94 [1621: Lib. 1, cap. 15]) sugieren que Mama Ojlia fue los aposentos del personal del santuario. Esta función propuesta es consistente con la gama de ceramios hallados en el lugar, que incluye una abundancia de vasijas finas y un pequeño porcentaje de otras domésticas. Tal vez estos aposentos fueron para los servidores que cuidaban las portadas del santuario y la zona de Mama Ojlia fue escogida por su ubicación a lo largo del camino. [.] (Bauer & Stanish 2003 [2001]: 220).

Por su parte Ramos Gavilán describe la creación de espacios para la congregación de las personas cercanas a los centros ceremoniales.

Era tanta la gente, que de todo el reyno sugeto al Inga acudía a este adoratorio, que mandó se hiziessen, hospederías publicas, donde se recogiesen los peregrinos. A estas hospederías llaman acá en el Pirú comúnmente tambos, y a los que se hazían, para los que acudían a los adoratorios, nombravan corpaguasi, que suena lo mismo, que en nuestro vulgar, casa de peregrinos, donde eran regalados, mientras durava el tiempo de su romería (Ramos Gavilán 1988 [1621], Libro 1, Capítulo 20: 127).

Los sitios de peregrinación se veían circundados por áreas que servían para acoger peregrinos que llegaban desde lejos a los santuarios y daban a conocer sus sentimientos ante los dioses. Dichos viajeros necesitaban lugares de descanso los cuales eran proporcionados por el estado asegurando alimentación y vivienda logrando que los peregrinos den información de muchos asuntos a los sacerdotes encargados del culto. (Curatola & Ziolkowski 2008: 37).

En el caso de la Kancha inca objeto del presente artículo, la evidencia histórica lo ubica como posible componente del templo de Qoricancha. Esta cercanía determinaría su importancia, ya que este lugar posiblemente se desempeñaba como centro de control de acceso al Qoricancha. En este sentido existe la posibilidad de que en este lugar la gente se haya reunido para realizar actividades relacionadas con los denominados oráculos del estado Inca, es decir, este sitio sería un lugar de paso al oráculo o lugar de acogimiento donde la gente se purificaba antes de acercarse al Qoricancha.

Se indica que el oráculo más importante en el territorio Inca fue el Qoricancha el cual mantenía dentro de sus instalaciones al Díos más importante del incario, el Dios Sol al cual consultaban todo los reyes incas (Curatola & Ziolkowski 2008: 17, 26).

Esta idea de función de la kancha en Intiqhawarina se basa en que la construcción es una de las edificaciones existentes dentro del Cusco Inca que no esta identificada como palacio o templo, pero que se encuentra inmersa en la planificación del Cusco sagrado y tiene una estrecha relación con el templo de Qoricancha, por su cercanía y por compartir parte del espacio considerado como Hurin Cusco o parte sagrada religiosa (Parssinen 2003 [1992]).

Plano distributivo de la ubicación de la Kancha inca hallada y su relación espacial con el templo de Santo Domingo (Qoricancha), realizado por Arquitecto Marco Antonio Mendoza Torren

En consecuencia el inmueble en estudio se podría encontrar relacionado con la idea de peregrinaje ya que existe la posibilidad de que en sus instalaciones la gente se purificaba y acogía, esperando la autorización de ingreso al templo de Sol. Esta autorización se hacía posible a través de los oficiantes del culto o sacerdotes. Durante este tiempo la gente se emborrachaba con "chicha" con la finalidad de poder entrar en un estado puro a las predicciones de los dioses. Eeeckhout (2008). Como consecuencia ello dejaba gran cantidad de material usado en las actividades, y que para el presente caso se registran en el área de descarte identificada, con la salvedad que la presencia de material cerámico usado en el consumo y preparación de alimentos es mayor al de la preparación de líquidos.

Por último es importante recalcar que la restricción a los santuarios son parte de una estrategia social y política de los incas; llevando la peregrinación a niveles desconocidos y de este modo se canaliza la idea de peregrinaje desarrollada en el caso de La Isla del Sol y la Luna (Bauer y Stanish 2003 [2001]: 213-240). Este mismo comportamiento debió presentarse en las inmediaciones del templo del Sol en Cusco (Qoricancha), y la Kancha objeto del presente artículo debió brindar servicios de reunión y realización de fiestas, posiblemente a grupos peregrinos de diferentes partes del imperio.

En consecuencia el trazo y el tipo de acabado que se da a una estructura no es determinante para colocarla en una calificación de menor importancia o para excluirla de un periodo determinado por que no encaja con las características de la arquitectura indicada como tal, es importante reconocer el contexto que contiene y estudiar sus connotaciones en una sociedad, en este caso Inca.

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Autor:

Arqlo. Luis Enrique Verástegui Gibaja

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[2] Hayden 2001, Makoswski, Córdova, Habetler, Lizárraga 2005, Habetler 2007