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Guía de interacciones positivas entre padres y educadores y niños y adolescentes en situación de riesgo


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Disciplina efectiva
    3. Intervenir en conflicto ajeno
    4. Referencia

    Guía de interacciones positivas entre figuras de autoridad -padres y educadores- y niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo

    INTRODUCCIÓN

    Disciplina significa aprendizaje, y es el medio por el cual padres, educadores y cuidadores  pueden conseguir que los niños, niñas y adolescentes, aprendan a comportarse bien.

    Amar a nuestros hijos no solo es dar y recibir caricias, es también mostrarle con el ejemplo de nuestro comportamiento, la forma como nos comunicamos y formas de comportamiento y hábitos  que los queremos y que nos preocupamos porque crezcan como personas autónomas, felices  de que se desarrollen con valores positivos, sanas, independientes y adaptadas a la sociedad.

    Los padres ejercen autoridad sobre sus hijos con el  ejemplo, al comunicarse con ellos, con una disciplina adecuada.

    Para lograr una socialización eficaz en el niño, niña y adolescente se realiza a través de interacciones positivas y prácticas parentales, de docentes y cuidadores que, como  figuras de autoridad intervienen en sus comportamientos. Esta intervención requiere de:

    1. La participación de adultos (padres, educadores y cuidadores) con valores pro sociales interactuando con el niño, niña o adolescente,  en un largo período de tiempo.
    2. Un ambiente familiar y/o institucional adecuadamente estructurado. Esto supone: roles, límites, reglas, costumbres, hábitos, rituales, rutinas. Un ambiente inestructurado es vulnerable al conflicto y al estrés entre sus miembros.

      • aceptación: capacidad cognitiva y emocional de los padres, educadores y cuidadores para establecer diferencias entre la persona que es el niño, niña o adolescente y  su conducta, de crear nuevos hábitos antes de criticar los antiguos  y  tolerar y distinguir  aquellos aspectos del comportamiento que resultan desagradables y que invitan a una intervención innecesaria. 
      • contención: habilidad para limitar con firmeza, el comportamiento del niño, niña o adolescente, de manera selectiva, fiable y específica, mientras se le da la suficiente seguridad de que  la relación se conserva.
    3. La adquisición por parte del adulto, de las habilidades de:

    4) Intervenciones que deben practicarse con  energía, firmeza, fuerza y compromiso.

                Con la práctica de interacciones positivas y  la aplicación de una disciplina asertiva estamos promoviendo en el niño, niña y adolescente, formas apropiadas y responsables de actuar y controlar sus emociones y sus conductas, sin menoscabar su autoestima. Estamos procurando que en la toma de decisiones, razone sus elecciones y guíe  sus propias acciones hacia la solución apropiada a los conflictos. Se relacione adecuadamente con habilidad y asertividad con las otras personas y asuma sus responsabilidades y las consecuencias de sus acciones.

    El padre, educador y/o cuidador que utiliza una comunicación eficaz, enseñará con el ejemplo, la forma más efectiva de comunicar los pensamientos, sentimientos, emociones y conocimientos. Con la práctica del diálogo y la negociación, el niño, niña y adolescente aprenderá a resolver sus problemas en forma diferente a la negación o la confrontación

    Sirva esta Guía de instrumento de orientación para el fomento de interacciones positivas entre padres, educadores y niños, niñas y adolescentes que bajo un  sistema  valores y normas de convivencia estimulen la integración y el respeto por los derechos individuales y grupales. Motive al educador a que se encamine hacia el aprendizaje de habilidades útiles para su crecimiento personal, y a través de conductas resilientes, se constituya en MODELO REFERENCIAL POSITIVO que favorezca  el desarrollo bio-psico-social saludable de los niños, niñas y adolescentes que hoy son vulnerables al riesgo y la adversidad.

    Sirva además de introducción  a la adquisición de habilidades de resolución asertiva de los conflictos y preámbulo a la instalación de un programa de mediación entre pares -mediación escolar- con el fin de promover en nuestras nuevas generaciones, una cultura de paz social.

    DISCIPLINA EFECTIVA

    Para intervenir en los comportamientos de niños, niñas y adolescentes y fomentar su socialización, el factor más importes lo constituyen  las prácticas parentales y aquellas que corresponden a docentes y cuidadores. Esta intervención requiere de:

    1. La participación de adultos con valores pro sociales interactuando con el niño, niña o adolescente,  en un largo período de tiempo.
    2. Un ambiente familiar y/o institucional adecuadamente estructurado. Esto supone: roles, límites, reglas, rituales, rutinas. Un ambiente inestructurado es vulnerable al conflicto y al estrés entre sus miembros.

      • aceptación: capacidad cognitiva y emocional de los padres, educadores y cuidadores para establecer diferencias entre la persona que es el niño, niña o adolescente y  su conducta, de crear nuevos hábitos antes de criticar los antiguos  y  tolerar y distinguir  aquellos aspectos del comportamiento que resultan desagradables y que invitan a una intervención innecesaria. 
      • contención: habilidad para limitar con firmeza, el comportamiento del niño, niña o adolescente, de manera selectiva, fiable y específica y con la seguridad de conservar la relación.
    3. La adquisición por parte del adulto, de las habilidades de:
    Partes: 1, 2
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