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Estrategia Educativa para contribuir al logro de una conducta sexual responsable en los estudiantes


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Métodos
    3. Resultados
    4. Propuesta de estrategia educativa
    5. Conclusiones
    6. Recomendaciones
    7. Bibliografía
    8. Anexos

    Resumen

    Después de más de 20 años y 20 millones de personas fallecidas tras el primer diagnóstico de SIDA en 1981, cerca de 38 millones de personas están viviendo con el VIH. El papel que desempeña la escuela en la promoción de cambios de conductas que favorezcan la prevención de ITS/VIH/SIDA es fundamental. Más de la mitad de los infectados en la actualidad son adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años de edad, representando la mayor generación de jóvenes de la historia, y para que aporten su parte crucial en la lucha contra la pandemia, necesitan un entorno protector y escolarización en condiciones de regularidad, y acceso a los servicios de salud y de apoyo.

    Se realizó un Estudio Descriptivo de Corte o Transversal, utilizando la Línea de Investigación Descriptiva Propositiva, con el objetivo de elaborar una Estrategia Educativa, para contribuir al logro de una conducta sexual responsable en los estudiantes de Licenciatura en Enfermería en la Unidad Docente Dr. Mario Muñoz Monroy de Colón. El Universo estuvo conformado por 56 estudiantes del Nuevo Modelo de Formación Escalonada (NMFE) de dicho centro y los diez docentes que trabajan con ellos en Febrero 2006, coincidiendo con la Muestra, por un Muestreo probabilística intencional. Se aplicó encuestas a los mencionados estudiantes y se entrevistaron a los docentes. Muchos de los estudiantes encuestados a pesar de tener un conocimiento adecuado y poseer percepción de riesgo de contagio por ITS/VIH/SIDA; realizan prácticas sexuales de riesgo. Todos los especialistas aprobaron la propuesta, recomendando su generalización.

    PALABRAS CLAVES:

    . Estrategia Educativa

    . Conducta Sexual Responsable

    . TIC

    Introducción

    En 1981 una nueva enfermedad denominada Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se reconoció por primera vez en Estados Unidos de América, propagándose rápidamente por todo el mundo, exterminando diariamente un gran número de personas, incluyendo niños que nacen con el VIH. (Ochoa Soto, 2003). La organización Mundial de la Salud asegura que: El SIDA es actualmente la principal causa de muerte entre adultos en el mundo. Los avances tecnológicos de los últimos años han permitido el estudio del agente causal de esta enfermedad y de las formas de controlar el mismo, sin embargo, no se ha podido comprobar que exista una terapia más eficaz que la prevención. [1]

    A pesar del aumento de la financiación, el compromiso político y los progresos realizados en la ampliación del acceso al tratamiento del VIH, la pandemia de SIDA sigue adelantándose a la respuesta mundial. No hay ninguna región del mundo a salvo. La pandemia mantiene su gran dinamismo, su crecimiento y su carácter cambiante mientras el virus aprovecha nuevas posibilidades de transmisión. En muchos países, las tasas de infección por el VIH mantienen aún su ritmo ascendente.

    La situación del SIDA en Cuba no alcanza los alarmantes niveles de infección del resto del mundo. Esto responde al minucioso control con que se trabaja no solo en la detección de nuevos casos, sino además, de forma permanente en la prevención., existiendo programas nacionales para la prevención y control de las ITS/ VIH / SIDA y una enorme voluntad política para enfrentar este fenómeno.

    En Cuba, desde el propio triunfo de la Revolución, ha sido una prioridad la salud integral de cada uno de los ciudadanos. Desde 1986 se inició el Programa de Prevención y Control de las ITS / VIH / SIDA. Uno de sus componentes es el educativo, con el propósito de promover conductas sexuales, actitudes y prácticas saludables en la población.

    Los jóvenes de 15–24 años constituyen la mitad de todas las nuevas infecciones por el VIH en el mundo. Son la mayor generación de jóvenes de la historia, y si queremos que aporten su parte crucial en la lucha contra la epidemia necesitan un entorno protector: escolarización en condiciones de regularidad, y acceso a los servicios de salud y de apoyo. [2]

    El papel que desempeña la escuela en la promoción de cambios de conductas que favorezcan la prevención de ITS/VIH/SIDA es fundamental si se tiene en cuenta que, en el mundo, más de la mitad de las nuevas infecciones por VIH que se producen en la actualidad afectan a adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años de edad.

    Partes: 1, 2
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