Agresividad infantil
Junto a la desobediencia, la agresividad infantil es uno de los problemas de los que más se quejan los padres y educadores; muchas veces aparecen unidos ambos tipos de problemas, pero ¿qué es la agresividad?, es el hecho de provocar daño a una persona o cosa (animada o inanimada), es decir, son conductas intencionales que pueden causar daño físico y/o psicológico (pegar a otros, burlarse de ellos, ofenderlos, tener rabietas, usar palabras inadecuadas para llamar a los demás…)
La mayoría de veces en que aparece una conducta agresiva es debida es una reacción a una situación conflictiva, que puede resultar de:
- Problemas de relación social con otros niños o mayores (Pedro quiere el juguete de Juan y éste no se lo da; o quiere que su madre le compre un helado y ésta no lo hace…).
- Problemas con los adultos por no querer cumplir sus órdenes (no querer ir a la cama, o recoger los juguetes, o lavarse las manos en el momento adecuado…).
- Problemas con los adultos cuando les castigan por haberse comportado mal, o con otro niño cuando éste le agrede…
Sea lo que sea, el conflicto provoca en el niño un sentimiento de frustración o cualquier otra emoción negativa a la que responderá.
Observando las reacciones de muchos niños, de multitud de niños, vemos que:
- algunos realizan conductas de retirada y resignación;
- otros se hacen dependientes y buscan ayuda;
- otros se esfuerzan por superar constructivamente el obstáculo;
- y otros responden agresivamente.
Su reacción dependerá de cómo ha aprendido a reaccionar, ¿pero cómo aprende a reaccionar agresivamente en lugar de constructivamente?, hay que distinguir entre 2 momentos:
- la adquisición de la conducta agresiva
- el mantenimiento de la misma.
El niño puede aprender a comportarse agresivamente mediante el MODELAMIENTO que los padres, otros adultos, hermanos o compañeros les ofrecen. Al castigar al niño mediante violencia verbal o física, se convierten en MODELOS de conductas agresivas. El niño, se da cuenta de que con esta actitud, el padre consigue sus propósitos, al menos momentáneamente, y puede imitarlo en otras situaciones que le surjan (tener en cuenta también otros modelos agresivos como TV, cine, videojuegos, etc.).
El niño tiende a imitar los modelos de conducta que se le presentan. Si vive rodeado de modelos agresivos irá adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas.
Imaginemos que siempre hemos bebido agua, sólo agua, y de repente un día nos dicen que expliquemos cómo sabe la cocacola… Es imposible si antes no la hemos probado ¿no?, pues es lo mismo, los niños aprenderán a comportarse de acuerdo a los patrones que les presentemos, según los modelos que tengan oportunidad de observar y según las consecuencias de las conductas que observan. Si no les mostramos ejemplos adecuados no podrán aprenderlos. No esperemos que por castigarles o regañarles sepan automáticamente cómo deben actuar.
Página siguiente |