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Lo espiritual en el hombre


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    Desde en épocas muy antiguas hasta el surgir de nuestros tiempos se ha preguntado y se ha vuelto en un problema el estudio acerca del entendimiento, la razón, la constitución y el surgir del hombre, veamos como el pensamiento griego abarca su filosofía en este sentido para lograr buscar una respuesta acerca de este gran enigma.

    Miremos como Demócrito consideraba al hombre como un "microcosmos de origen divino y con un alma encadenada al cuerpo"[1]. Heráclito nos dice que le hombre tiene la facultad de entender el sentido de los acontecimientos mundanos. Sócrates por otro lado concebía que la sabiduría hace bueno al hombre y de ahí sale con su famosa frase "conócete a ti mismo", hallando lo divino y lo inmutable.

    Platón ya nos muestra el alma como esencia pura, como algo perfecto en el cual radica la dignidad e inmortalidad del hombre, muestra al cuerpo como la cárcel del alma. "Aristóteles supera este dualismo platónico del alma y cuerpo, mostrando que el hombre es unidad sustancial, porque su alma es la forma que con la materia constituye al cuerpo; sin embargo como espiritual se le define por elemento cognoscitivo (racional), dejando en segundo plano otro atributos mas importantes como la libertad, el amor y la comunión personales"[2].

    Ahora miremos que influencias deja el pensamiento cristiano patrístico y medieval; San Agustín mira al hombre como un ser libre, imagen divina que trasciende a Dios, "alma y cuerpo no constituyen unidad sustancial, sino se une porque el uno actúa sobre el otro"[3].

    Ya Santo Tomás le da más importancia al alma espiritual, este es el principio interno que conforma el cuerpo pues dice que ni el alma ni el cuerpo son sustancias completas sino dos principios consecutivos, que unidos constituyen el ser único y completo.

    En esta anterior y pequeña historia sobre el recorrido y el estudio del hombre vimos como antiguamente se veía en este, unas dimensiones que lo caracterizan y lo hacen único en sí, ya sea como ser dotado de sentimientos, emociones, rasgos característicos, etc.; pero centrémonos en lo que piensa Santo Tomás y Aristóteles, en el cual le rinden mayor importancia al alma espiritual, como principio interno que conforma al cuerpo y que es aquel elemento racional e inteligible.

    En esta dimensión espiritual hay dos conocimientos muy importantes que deben estar identificados en si para así lograr conocer mejor sus relaciones con la voluntad libre, para llegar a un valor ético que culmina con el amor, estos son el conocimiento intelectual y el apetito volitivo.

    El conocimiento intelectual lo podemos entender como un juzgar de consecuencias, un razonar, un reflexionar sobre sí mismo. De aquí filosóficamente se deduce que estas operaciones se producen de un principio espiritual que psicológicamente es llamado "inteligencia".

    El apetito volitivo ya entra la voluntariedad de la persona, su valor y en especial su libertad. "Se concluye filosofando sobre la espiritualidad de la voluntad, las pruebas en favor de la libertad, la fuerza de la voluntad y el amor como culminación."[4]

    Bien sabemos que el término espiritual tiene un significado muy especial, está, en la lengua latina significa soplo, respiración, y que en griego representa el "pneuma", la fuerza vital. La palabra espiritual también se le da el significado de "noético" porque procede de "nous", que equivale en latín a "intelecto", es decir que lee lo interior, y que se asocia a la contemplación de lo divino. Ya después el espíritu tiene gran relación con la verdad y con el bien.

    Acá ya tenemos una parte clave para tratar de descifrar ese problema que ha venido revolucionando a la humanidad desde hace ya varios siglos, pues por medio de la espiritualidad, el hombre trasciende o supera esencialmente a los demás seres que hay en el mundo, se adapta a él, y toma todas las capacidades para crear, pensar, interactuar y además para ser libre en sus actos y acciones.

    El conocimiento intelectual es una de las acciones que hacen que el hombre descubra su ser, su sentido en el mundo, su espiritualidad, su misión que debe llevar a cabo, adentrarse a él mismo y así arriesgarse a entender todos aquellos problemas que existen en las diversas materias de estudio. "Es la apropiación de los objetos que no pueden sernos presentados por los sentidos, a los cuales no pueden estimular. Estos objetos son Ios modos de ser de las cosas y sus relaciones, qué son, qué valen, por qué y para qué son, etc.,"[5] pero ante todo, el conocimiento intelectual, es esa idea que consiste en saber cuál es nuestro origen y que debemos hacer.

    El conocimiento intelectual es una profunda solución ante un problema, es sumergirse en lo hondo del pensamiento y encontrar una posible respuesta o solución ante la dificultad. Miremos como está marcado en secuencia, primero se debe entender, que es comprender el problema, ir más allá, buscar posibles correcciones, ya como segundo es buscar una solución, esto se llamaría conocer.

    Como bien sabemos, la filosofía ha dejado casi en todos las campos, por decirlo así, semillas ya sembradas, que poco a poco estas crecen y cogen fuerzas, en donde el ser humano recoge sus frutos abundantes y le sirve para la alimentación intelectual, pues en este conocimiento intelectual vemos como desde los presocráticos nació este problema, pues ellos se limitaban a buscar el verdadero conocimiento que es el del ser, el de la inteligencia; ya después poco a poco este problema fue avanzando y hasta el día de hoy se sigue preguntando si se llegará a una posible respuesta, aunque esta no tenga solución, ya que este enigma cada vez va suscitando más preguntas.

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