Efecto de los hongos micorrizógenos arbusculares (HMA) y la fertilización nitrogenada sobre las variables morfológicas de tomate
Enviado por Pedro Miguel Alvarez Kile
- Introducción
- Condiciones experimentales generales
- Características de la variedad VYTA
- Resultados y discusión
- Conclusiones
Efecto de los hongos micorrizógenos arbusculares (HMA) y la fertilización nitrogenada sobre las variables morfológicas de tomate (Licopersicon esculentum Mill) en dos localidades de la provincia Granma. Cuba.
Resumen
Con el objetivo de evaluar la participación de los hongos micorrizógenos arbusculares y la fertilización nitrogenada en el crecimiento, la nutrición y el rendimiento del tomate (Lycopersicon esculentum Mill) Variedad Vyta, en el período comprendido de Enero / 2007 a Mayo /2007 utilizando un suelo Fersialítico Pardo rojizo. Se empleó un diseño en bloque al azar con ochos tratamientos y cuatro réplicas. Se evaluó el efecto del hongo micorrizógeno arbuscular (Glomus fasciculatum) asociado a la aplicación de un 60 % y un 75 % del nitrógeno con fondos fijos de fósforo y potasio. Se evaluaron las variables de altura de las plantas, diámetro del tallo, masa fresca y seca a los 60 días de trasplantadas, flores y frutos por plantas; así como el rendimiento en t / ha-1, se determinaron además los coeficientes de aprovechamientos del fertilizantes para el nitrógeno, fósforo y el potasio. Los resultados mostraron la efectividad del hongo micorrizógeno arbuscular (Glomus fasciculatum) en este tipo de suelo para este cultivo, pues los tratamientos que reflejaron altos porcentajes de colonización y ocupación fúngica fueron determinantes en el crecimiento de las plantas logrando además mayores extracciones de N, P y K. Se garantiza la optimización del sistema con la reducción de un 25 y un 40 %del nitrógeno a aplicar en conjunto con los HMA incrementando los rendimientos respectivamente por encima de las dosis tomadas como referencia. Los tratamientos inoculados que garantizaron una mayor producción alcanzaron beneficios superiores al testigo. Los resultados obtenidos demuestran la factibilidad, práctica y económica, de utilizar como alternativa nutricional para la obtención de altos rendimientos en el cultivo del tomate.
Introducción
El tomate, es considerado como uno de los cultivos hortícolas de mayor importancia en el mundo, ocupa una producción global de más de 100 millones de toneladas métricas y una superficie alrededor de 3.7 millones de hectáreas con un rendimiento promedio de 27t/ha; de las cuales solo el 10% se produce en América Latina y el Caribe. (FAOSTAT, 2001; Amor, Martínez y Cerda, 2001; FAO, 2002).
En Cuba ocupa el 36% del área destinada a la siembra de hortalizas, se cultiva en todas las provincias del país, siendo las más productoras: La habana, Pinar del Río y Villa Clara; aunque su producción se ha diversificado en todas las provincias del país, con un rendimiento promedio de 7t/ha, uno de los más bajos de Centro América (22t/ha) y del mundo (27t/ha) INIFAT, 2000 y Gómez O. et al. 2000.
Los fertilizantes químicos sintéticos utilizados para la producción de alimentos, han estado cumpliendo su función hasta cierto límite. Han sido fundamentales en el abastecimiento de la demanda alimenticia de nuestra creciente población nacional, sin embargo, en la última década nuestra sociedad reclama mayor producción de alimentos de alta calidad proteica, pero, producidos sin agroquímicos. Esta nueva aptitud ha favorecido el desarrollo de tecnologías de producción menos contaminantes y ecológicamente más racionales ( Martínez, 2004).
Dentro de los numerosos factores que determinan el desarrollo y producción del tomate, la nutrición es unos de los fundamentales. Este cultivo es exigente en niveles de nutrición mineral apropiados debido al gran valor de frutos producidos por unidad de superficie. La cantidad de nutrientes encontrados en los frutos cosechados es relativamente superior a otras hortalizas especialmente K. (María y Maritza, 2001). Unos de los retos tecnológicos que enfrenta la agricultura es conseguir alternativas que permitan reducir las aplicaciones de fertilizantes químicos, sin afectar los niveles de productividad y rentabilidad de los mismos. Actualmente existe un concepto de agricultura basada en sistemas biológicos, en el cual se consideran la producción y conservación de los recursos de una manera sustentable. (Quilombo, 2003; Bashan y Olguín, 1977; Bashan, 1998).
En este contexto, se encuentran los biofertilizantes, los cuales son microorganismos que viven en el suelo asociados directamente o indirectamente a las raíces de las plantas, capaces de fijar nitrógeno ya sea en forma simbiótica o libre, solubilizar el fósforo, producir estimuladores del crecimiento y reducir las enfermedades fungosas. (Martínez, 2004; Olalde y Rosalinda, 2004).
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