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Contracción Muscular


Partes: 1, 2

    1. Concepto de músculo
    2. Función del músculo
    3. Clases de músculo
    4. Tipos de músculo
    5. Anatofisiología del músculo esquelético
    6. Mecanismo de la contracción muscular
    7. Tipos de contracción muscular
    8. Patologías por contracción muscular

    INTRODUCCIÓN

    La observación de las diferentes formas de movimiento ha despertado la curiosidad del hombre desde épocas remotas y ha estimulado en él, el deseo de conocer y comprender los mecanismos que lo hacen posible.

    La motricidad es un atributo esencial de los organismos vivos que puede expresarse de formas muy diversas.

    La diversificación de la maquinaria contráctil para el desarrollo de funciones especializadas se produjo ya en las etapas iniciales de la evolución.

    Los músculos tienen una propiedad de contraerse y relajarse, es decir, pueden modificar su longitud y dar lugar así a cientos de efectos mecánicos.

    En el cuerpo humano se puede presenciar 640 músculos diferentes, los cuales cada uno realizan una función específica.

    Unos son los músculos lisos, que están controlados por el sistema nervioso autónomo y cuya acción no depende de nuestra voluntad. Son los que se hallan en la mayoría de las vísceras y hacen posible, por ejemplo, modificar el diámetro de las arterias, vaciar la vejiga urinaria o los movimientos del estómago y de los intestinos.

    Otros son los músculos estriados, que se llaman así porque, observados por un microscopio electrónico, presentan unas estrías características. Uno de los más especiales es el músculo estriado cardiaco, el músculo del corazón cuya acción es involuntaria y automática. El resto corresponde a los músculos estriados esqueléticos, también llamados voluntarios o somáticos, porque están controlados por el cerebro y se contraen y se relajan según sea nuestra voluntad.

    Alrededor del 40% de nuestro organismo esta compuesto por músculo esquelético y quizás el otro 10% por músculo cardiaco y liso.

    CAPÍTULO I

    CONCEPTO DE MÚSCULO

    El músculo es uno de los tejidos del cuerpo humano y de otros animales de naturaleza contráctil, es decir, caracterizado por su capacidad para contraerse, por lo general en respuesta a un estímulo nervioso.

    La palabra músculo proviene del diminutivo latino musculus, mus (ratón) culus (pequeño), porque en el momento de la contracción, los romanos decían que parecía un pequeño ratón por la forma.

    La unidad funcional y estructural del músculo es la fibra muscular. Estructura filiforme muy pequeña formada por proteínas complejas.

    Cada célula muscular o fibra contiene varias miofibrillas, compuestas de miofilamentos de dos tipos, gruesos y delgados, que adoptan una disposición regular. Cada miofilamento grueso contiene varios cientos de moléculas de la proteína miosina. Los filamentos delgados contienen dos cadenas de la proteína actina. Las miofribrillas están formadas de hileras que alternan miofilamentos gruesos y delgados con sus extremos traslapados.

    Durante las contracciones musculares, estas hileras de filamentos interdigitadas se deslizan una sobre otra por medio de puentes cruzados que actúan como ruedas. La energía que requiere este movimiento procede de mitocondrias densas que rodean las miofibrillas.

    Los músculos realizan el trabajo de extensión y de flexión, para aquello tiran de los huesos, que hacen de palancas. Otro efecto de trabajo de los músculos es la producción de calor. Para ello regulan el funcionamiento de centros nerviosos. En ellos se reciben las sensaciones, para que el sistema nervioso elabore las respuestas conscientes a dichas sensaciones.

    Los músculos gastan mucho oxigeno y glucosa, cuando el esfuerzo es muy fuerte y prolongado, provocando que los músculos no alcancen a satisfacer sus necesidades, dan como resultado los calambres y fatigas musculares por acumulación de toxinas musculares, estos estados desaparecen con descanso y masajes que activen la circulación, para que la sangre arrastre las toxinas presentes en la musculatura

    CAPÍTULO II

    FUNCIÓN DEL MÚSCULO

    • Produce movimiento.
    • Generan energía mecánica por la transformación de la energía química (biotransformadores).
    • Da estabilidad articular.
    • Sirve como protección.
    • Mantenimiento de la postura.
    • Es el sentido de la postura o posición en el espacio, gracias a terminaciones nerviosas incluidas en el tejido muscular.
    • Información del estado fisiológico del cuerpo, por ejemplo un cólico renal provoca contracciones fuertes del músculo liso generando un fuerte dolor, signo del propio cólico.
    • Aporte de calor, por su abundante irrigación, por la fricción y por el consumo de energía.
    • Estimulante de los vasos linfáticos y sanguíneos, por ejemplo la contracción de los músculos de la pierna bombean ayudando a la sangre venosa y la linfa a que se dirijan en contra de la gravedad durante la marcha.

    El músculo liso se encuentra en órganos que también están formados por otros tejidos, como el corazón e intestino, que contienen capas de tejido conjuntivo. El músculo esquelético suele formar haces que componen estructuras musculares cuya función recuerda a un órgano. Con frecuencia, durante su acción retraen la piel de modo visible.

    Tales estructuras musculares tienen nombres que aluden a su forma, función e inserciones: por ejemplo, el músculo trapecio del dorso se llama de este modo porque se parece a la figura geométrica de este nombre, y el músculo masetero (del griego, masétér, 'masticador') de la cara debe su nombre a su función masticatoria.

    Las fibras musculares se han clasificado, por su función, en fibras de contracción lenta (tipo I) y de contracción rápida (tipo II). La mayoría de los músculos esqueléticos están formados por ambos tipos de fibras, aunque uno de ellos predomine. Las fibras de contracción rápida, de color oscuro, se contraen con más velocidad y generan mucha potencia; las fibras de contracción lenta, más pálidas, están dotadas de gran resistencia.

    La contracción de una célula muscular se activa por la liberación de calcio del interior de la célula, en respuesta probablemente a los cambios eléctricos originados en la superficie celular.

    Los músculos que realizan un ejercicio adecuado reaccionan a los estímulos con potencia y rapidez, y se dice que están dotados de tono. Como resultado de un uso excesivo pueden aumentar su tamaño (hipertrofia), consecuencia del aumento individual de cada una de las células musculares. Como resultado de una inactividad prolongada los músculos pueden disminuir su tamaño (atrofia) y debilitarse. En ciertas enfermedades, como ciertas formas de parálisis, el grado de atrofia puede ser tal que los músculos quedan reducidos a una parte de su tamaño normal.

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