Descargar

Compras y fusiones mediáticas a nivel mundial (página 2)


Partes: 1, 2

La leyenda cuenta que en su lecho de muerte, Clarence W. Barrow preguntó "¿Qué noticias hay?" justo antes de expirar. No en vano Barrow había sido periodista de profesión. Desde 1902 detentaba la propiedad de Dow Jones, empresa que había comprado a sus fundadores, los también periodistas Charles Dow, Edward Jones y Charles Bergstresser.

El credo profesional de Dow Jones bajo la égida de Barrow difería de aquel de sus competidores y antecesores. La reportera Cynthia Crossen resume esa diferencia elocuentemente: "en vez de colaborar con compañías e inversionistas para manipular los mercados financieros -recibiendo una parte de las ganancias mal habidas- trataron de distinguir de manera imparcial los hechos de los rumores." Tal punto de vista convertiría a The Wall Street Journal en el periódico financiero más importante de los Estados Unidos y, se puede argüir, del planeta.

Luego del fallecimiento de Barrow, la propiedad de Dow Jones pasó de modo ininterrumpido a sus descendientes, individuos y beneficiarios de fideicomisos. Cuando en 1963 las acciones de la compañía se empezaron a cotizar en la bolsa de valores, la familia, referida en general bajo el apellido Bancroft, conservó su primacía y su control. En los años subsiguientes el mismo se incrementaría, gracias a maniobras destinadas a tornar imposible una adquisición sin el asentimiento de sus miembros. La vulnerabilidad de Dow Jones y por extensión de The Wall Street Journal era por tanto directamente proporcional a la voluntad de los Bancroft en conjunto.

Como en el caso de The New York Times, controlado a su vez por la familia  Sulzberger y de The Washington Post, controlado por los Graham, The Wall Street Journal no se diversificó de modo exitoso frente a la ascensión del Internet y de las cadenas de cable financieras. Una serie de transacciones destinadas a crear nuevos espacios de influencia y de ganancias terminaron en pérdidas. A ello debe sumarse que, a pesar de que su preeminencia periodística proseguía, Dow Jones no dejó de estar amenazado por las suertes contrarias que afectan en la actualidad a la prensa, sometida al dual peligro del descenso de circulación y de ingresos de publicidad. Era solo cuestión de tiempo para que la firmeza y cohesión de los Bancroft fuese puesta a prueba.

La victoria de Murdoch

La estrategia de Rupert Murdoch en su avance para adquirir Dow Jones fue de una sencillez obnubilante. La suma que ofreció era casi imposible de rechazar. Cada acción de Dow Jones bordeaba los 35 dólares. Murdoch pagaría 60 dólares. A la fuerza de ese precio le agregaba dos tipos de consideraciones. La primera apuntaba a resaltar lo generoso de su posición, tomando en cuenta la crisis de la prensa escrita. La segunda estaba destinada a asegurar que no modificaría el venerable y muy celebrado tipo de periodismo ejercido por The Wall Street Journal.

La reacción de los Bancroft fue contradictoria, marcada por matices emocionales y, finalmente, por percepciones claramente financieras. Reportajes de primera plana en The Wall Street Journal siguieron de cerca la saga, a medida que se desarrollaba. Algunos miembros de la familia, decididamente opuestos a la venta, intentaban buscar alternativas que permitiesen que el legado de Barrow continuase. Otros aceptaban el trato como inevitable.

Entre estos últimos, un heredero de nombre Crawford Hill escribió un texto de cuatro mil palabras apoyando la venta, principalmente en razón del poco o ningún interés de la familia en involucrarse en las operaciones de Dow Jones. "Estamos pagando el precio de nuestra pasividad durante los últimos 25 años", anotaba Hill, puntualizando que, a diferencia de los Sulzberger y de los Graham, la mayoría de los Bancroft se limitaba a cobrar los dividendos de sus acciones.

Eventualmente, luego de negociaciones mantenidas durante tres meses, la familia decidió que la venta era el camino más apropiado. Antes de hacerlo, sin embargo, insistió en incluir en los términos de la misma una condición que, a su criterio, preservaría los estándares de excelencia periodística de The Wall Street Journal. Un documento intitulado Convenio Entre News Corporation, Dow Jones & Company, Inc., y el Comité Especial, creaba un comité editorial que supervisaría la continuidad del periodismo independiente de The Wall Street Journal.

El primero de agosto de 2007 un titular de primera plana confirmaba la venta: "Murdoch gana con su oferta por Dow Jones". En la página 14, en una carta del editor L. Gordon Crovitz se leía que "nuestros lectores pueden contar con esto: los mismos estándares de precisión, imparcialidad y autoridad se aplicarán en esta publicación, sin importar a quien pertenezca." A pesar de esa y otras declaraciones en tal sentido, así como del comité editorial ya mencionado, el futuro de Dow Jones y The Wall Street Journal bajo la égida de Murdoch dista mucho de ser claro.

Por lo pronto, es de anotarse que el periodista Tunku Varadarajan, acerbo crítico de Murdoch, ha salido del diario sin que se explique bajo qué circunstancias. Adicionalmente, la cobertura dada por The Wall Street Journal a la apertura del canal financiero Fox Business Network, destinado a competir con CNBC,  ha sido considerada excesiva y sin precedentes en los anales de The Wall Street Journal.

Fusión Thomson-Reuters

Casi al mismo tiempo que Rupert Murdoch hacía pública su arremetida por el control de Dow Jones, otro gigante mediático se hallaba empeñado en una transacción igualmente determinante. The Thomson.Corporation había establecido las bases para una fusión con el venerable Reuters Group plc. Las implicaciones de una unión tal apenas si han comenzado a percibirse en todo su impacto.

The Thomson Corporation es uno de los ejemplos más espectaculares de una visión de negocios dirigida a aprovechar las oportunidades presentadas por la ascensión de la información digital. Su creador, Roy Thomson, adquirió su primer periódico en Canadá en el año 1934.  En 1976, cuando entregó su posición a su sucesor e hijo Kenneth Thomson, sus propiedades abarcaban publicaciones internacionales como The Times de Londres, así como también intereses en televisión, agencias de viajes y explotación petrolífera.

Kenneth Thomson, fallecido en 2006, poseía una agudeza intelectual poco común. La misma le permitió comprender muy temprano la crisis de diarios y revistas, así como las posibilidades abiertas por la información digital. Durante sus años a la cabeza de The Thomson Corporation implementó un programa tendiente a abandonar los intereses que no estuviesen relacionados a su negocio principal, la información. A más de ello, paulatinamente, vendió los diarios y revistas que habían constituido el núcleo de sus negocios. Conservó aquellos relacionados a la publicación de libros y adquirió un grupo selecto de compañías dedicadas a la provisión de información profesional, financiera y científica online.

Con el transcurso de los años, esa iniciativa se comprobó genial. Hoy por hoy, Thomson es el líder de las bases de datos en el campo jurídico, tanto en los Estados Unidos como en Europa y en países como Argentina y Australia. Sus acervos de información científica tienen pocos competidores, y aquellas de datos financieros son asimismo formidables, aún si todavía no están a la par con los del líder del mercado en ese sector, Bloomberg LP.

El valor de Reuters

Como Dow Jones, Reuters Group plc es probablemente uno de los nombres mediáticos de mayor prosapia y respeto a nivel mundial. Las actividades de su fundador, Paul Julius Reuters, estaban dirigidas a transmitir datos relacionados a los mercados bursátiles de Londres.

Con el tiempo, el tipo de información ofrecida se amplió hasta incluir todo tipo de noticias, por intermedio de la agencia de noticias homónima, empleando a miles de reporteros en un contexto geográfico mundial. Sin embargo, el énfasis original jamás ha desaparecido. Mientras que el público en general percibe a Reuters como un proveedor de contenido noticioso general, la vasta mayoría de sus actividades está centrada en la información financiera de uso profesional.

Reuters, con 23 por ciento del mercado informativo financiero, está considerada uno de los proveedores de contenidos financieros más importantes del mundo, compitiendo directamente con Bloomberg LP -líder indiscutido con 34 por ciento-, The Thomson Corporation -11 por ciento-, y Dow Jones NewsWires, parte de Dow Jones y por tanto actualmente en poder de Rupert Murdoch. Como esas empresas, no ha cesado de procurarse nuevas y mejores maneras de explotar las capacidades de la informática para ampliar y preservar su preeminencia.

Obstáculos a la fusión

Con los detalles citados, es simple el apreciar que una fusión entre The Thomson Corporation y Reuters Group plc crearía una entidad capaz de competir casi en el mismo nivel con Bloomberg LP. Al mismo tiempo, restringiría el número de competidores, ya muy limitado, dentro de un mercado clave, tornando casi en una imposibilidad la aparición de nuevos proveedores capaces de intervenir en el mismo.

No es extraño entonces que la Comisión Europea haya, en octubre del 2007, decidido iniciar una investigación a fondo sobre las posibles consecuencias negativas de tal transacción. Una investigación similar por parte de las autoridades antimonopolistas de los Estados Unidos tampoco está descartada.

 

 

 

 

Autor:

María Helena Barrera-Agarwal

Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla Ecuatoriana, abogada especialista en Propiedad Intelectual, investigadora y ensayista residente en EEUU.

Revista Chasqui Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL) Email:       Weblog: www.revistachasqui.blogspot.com Web: www.chasqui.comunica.org Web institucional: www.ciespal.net Quito – ECUADOR

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente