Análisis formal de tipo estructuralista aplicado a la novela, basado en el método de Gerard Genette
Enviado por Agustín Madrigal Cruz
- Material previo al análisis
- Las otras voces de Gabriel. Crítica general en torno a la genialidad de un escritor
- Las otras voces del coronel: dos críticas, dos perspectivas
- El coronel no tiene quien le escriba, en corto
- Algunas peculiaridades temáticas o significativas
- Análisis formal de tipo estructuralista de El coronel no tiene quien le escriba
- Los modos de contar
- El punto de vista en El coronel no tiene quien le escriba
- La voz en El coronel no tiene quien le escriba
- Conclusiones al análisis formal
- Bibliografía
Análisis formal de tipo estructuralista basado en las categorías de análisis del crítico francés Gerard Genette, aplicado a la novela El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez
Material previo al análisis
I. Vivir para contárnosla. Biografía de Gabriel García Márquez.
Gabriel José García Márquez llegó al mundo en la " calurosa mañana olorosa a plátanos" [1] del seis de marzo de 1927, en Aracataca, municipio del departamento de Magdalena, Colombia.
Hijo de Gabriel Eligio García Martínez, telegrafista, y Luisa Santiaga Márquez Iguarán, fue en realidad criado por sus abuelos maternos, Nicolás Márquez, coronel retirado, y Tranquilina Iguarán.
En 1936, el coronel Nicolás Márquez falleció, acontecimiento que desplazó al ya naciente escritor -sus primeros versos fueron publicados por la revista del bachillerato del colegio jesuita de San José, en Barranquilla, en el cual estudiaba- a Sucre. Poco después, se trasladaría al Liceo Nacional de Varones, en Zipaquirá, para terminar su bachillerato, siendo becado hasta 1946.
En 1947, con la intención de estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia, " Gabito" , como era apodado cariñosamente por sus familiares y amigos, se trasladó a Bogotá, la capital de su país natal. Ahí, Gabriel estudió los cinco años de la carrera, pero no se graduó.
Es en Bogotá donde Gabriel comenzaría a publicar sus primeros trabajos. " La tercera resignación" , su primer cuento propiamente dicho, apareció publicado en el suplemento literario del diario El Espectador el 13 de septiembre de 1947.
Unos meses después, ya en 1948, un primer acontecimiento político en la vida de García Márquez se presentaría, cambiando, sus planes y su concepción de la realidad: el llamado Bogotazo, sangrientos disturbios acaecidos el 9 de abril de aquel año, causados por el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán. Y es que además de vivir el suceso en carne propia, Gabriel sufrió en dicho incidente el incendio de la pensión dónde residía, y con éste la quema de varios de sus escritos.
Cierta necesidad periodística surge en él. Así, decide irse a Cartagena de Indias y trabajar como reportero para El Universal. Comenzaría entonces para Gabriel un largo recorrido, de casi cuarenta años, como reportero de distintas publicaciones como El Heraldo, en 1949, y El Espectador, en 1954.
En 1955, como corresponsal de El Espectador, García Márquez viajó por primera vez a Europa. El diario de Bogotá para el que laboraba Gabriel lo envió a dicho viaje para librarlo de los problemas gubernamentales provocados por la publicación de " Relato de un náufrago" , un escrito de alta carga de crítica política. Es también en 1955 cuando García Márquez publica su primera novela, La hojarasca, " que marca el inicio de la senda mítica y de la primera opción estética que lo conduciría a Cien años de soledad" [2].
Así, lo que debía ser un viaje corto, se convierte en una estancia multinacional de más de cuatro años: Ginebra, Roma -donde cubre la nota de la enfermedad de Pío XII y se inscribe en el " Centro Sperimentale de Cinematografia" -, y París. Tras su llegada a Francia, recibe un cheque del Espectador para su pasaje de regreso: el diario había sido clausurado.
Sin embargo, Gabriel no abandonaría su estancia en Europa de manera tan sencilla. Así, durante su estancia en París, escribe dos novelas, El coronel no tiene quien le escriba, en 1957, y La mala hora, que se publicaría en 1961.
Finalmente, tras una estancia de dos meses en Londres, el escritor decide regresar a América. Instalado a su regreso en Caracas, Venezuela, y trabajando como redactor en la revista Momentos, es testigo del ataque aéreo al Palacio presidencial nacional, que llevaría al derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez.
Página siguiente |