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El cardo lechoso: un remedio herbolario contra las enfermedades del hígado

Partes: 1, 2

    El cardo lechoso es una planta medicinal alta con ramas espinosas y una savia lechosa. Sabemos que es nativa de la región del Mediterráneo en Europa. Dentro de la Botánica, esta planta es conocida como Silybum marianum, un miembro de la familia Asteraceae. Durante varios años algunas otras plantas han sido llamadas "cardo lechoso" pero las autoridades en fitoterapia ahora reservan ese nombre común para esta especie. Es bueno hacer notar aquí que tampoco debe de confundirse con el cardo santo o bendito, el cual es Cnicus benedictus una planta totalmente diferente, aunque la similaridad de los nombres comunes religiosamente insipirados, es confusa.

    Hemos visto que otra área de confusión con respecto al cardo lechoso es la parte que se usa de la planta. La parte usada son pequeñas frutas duras conocidas técnicamente como aquenios; de los cuales se extrae un vilano. La mayor parte de la literatura de la herbolaria incorrectamente llama a estas frutas, semillas, las cuales sí parecen, pero no lo son. Las frutas del cardo lechoso han sido utilizadas durante muchos años para una variedad de enfermedades, pero especialmente para problemas hepáticos.

    Si hace una revisión sobre la evolución de los conocimientos sobre esta planta, veremos que hace algunos años, los científicos alemanes hicieron una investigación química de las frutas y tuvieron éxito en aislar una mezcla cruda de principios antihepatotóxicos (protectores del hígado) designados en conjunto como silimarina. La silimarina está contenida en las frutas en concentraciones que van del 1 al 4 %. Subsecuentemente, la silimarina demostró consistir en un número de compuestos, incluyendo principalmente de silibina, acompañada de isosilibina, dehidrosilibina, silidianina, silicristina y otros.

    Estudios en animales pequeños han demostrado que la silimarina ejerce un efecto protector hepático contra una variedad de toxinas incluyendo las falotoxinas de la Amanita mortal. Por otro lado, varios estudios clínicos humanos también han sido promisorios para las enfermedades hepáticas incluyendo la hepatitis y la cirrosis de diferentes orígenes. Los resultados de numerosos estudios sugieren que la silimarina tiene un potencial terapéutico considerable protegiendo a las células hepáticas intactas o a las células dañadas todavía no irreversiblemente al actuar sobre las membranas celulares para prevenir la entrada de substancias tóxicas. También es estimulada la síntesis de proteínas, por eso, se acelera de la misma manera, el proceso de regeneración y la producción de células hepáticas.

    Como resultado de este conocimiento, las autoridades Alemanas de Salud han respaldado el uso de la hierba como un tratamiento de apoyo para las enfermedades inflamatorias hepáticas y la cirrosis.

    Dentro de sus características físicas, desafortunadamente, la silimarina es muy poco soluble en agua, así que la hierba no es efectiva en forma de té. Los estudios demuestran que tales bebidas contienen menos del 10 % de la actividad inicial en el material de la planta. Esta pobre solubilidad aunada al hecho de que la silimarina es relativamente poco absorbida (20 al 50 %) en el tracto gastrointestinal, hace obvio que los principios activos son mejores administrados parenteralmente, es decir por inyección, en algunos casos. El uso oral requiere un producto concentrado. El cardo lechoso se vende como un complemento alimenticio en forma de cápsulas. En estudios clínicos realizados en el Programa de Estudios de Medicinas Alternativas de la Universidad de Guadalajara, no hemos encontrado efectos tóxicos que resulten del consumo del cardo lechoso. Inclusive a largo plazo.

    Gracias a los estudios de investigación básica farmacológica, ahora sabemos que la silibina es el componente de la silimarina que rinde el grado más grande de actividad biológica. Tal vez el uso folclórico más dispersado de esta planta ha sido el de ayudar a las madres lactantes en la producción de leche. De la misma forma, se ha usado ampliamente en Alemania para curar la ictericia y los desarreglos biliares. Es interesante notar que el descubrimiento del compuesto protector del hígado, la silimarina en el cardo lechoso no fue el resultado de una búsqueda farmacológica cara, sino de la investigación de efectos empíricos del sibylum en los problemas del hígado.

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