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Tratamiento acupuntural en pacientes con anemia ferripriva


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. ¿Por qué el uso de la acupuntura?
  3. Metodología
  4. Procedimientos para la aplicación de la acupuntura
  5. Evaluación de la respuesta
  6. Análisis y discusión de los resultados
  7. Bibliografía recomendada

Introducción

Algunos datos nos informan de la realidad a que está expuesta hoy la humanidad y la necesidad de hacer algo y pronto para tratar de disminuir estos indicadores negativos para nuestra condición de seres humanos, inteligentes y comprometidos con nuestra especie: 180 millones de niños están desnutridos, 30 mil niños menores de 5 años mueren cada día. Cada 6 segundos muere un niño de hambre. Al finalizar el año 2009 el número de hambrientos alcanzaba la cifra de 1 020 millones.

Muchos estadistas responsabilizan al Cambio Climático de esta situación catastrófica que viven hoy los seres humanos. Otros no se aventuran a tal aprobación. Para la mayoría, las desgracias que amenazan hoy a nuestra especie con su desaparición obedecen al egoísmo, la desequidad en la distribución de los recursos que los avances tecnológicos alcanzados pueden mostrar, como el trofeo de la inteligencia humana y al grado de deshumanización que muestran los que tienen en sus manos la mayor parte de la riqueza de los pueblos.

La desnutrición es uno de los males que afectan a muchos millones de personas y sus consecuencias son, entre otras, la presentación de varias enfermedades que disminuyen su calidad de vida, incrementa su morbilidad y conduce a un alto numero de fallecidos.

La ferropenia es una de las más frecuentes carencias nutricionales específicas, y la anemia a que da lugar, constituye un verdadero problema de salud que afecta al 25% de la población mundial (1), lo que significa alrededor de 2 000 millones de personas, particularmente mujeres en edad fértil y niños preescolares de zonas tropicales y subtropicales (10).

Esta situación es más acentuada en países de menor desarrollo por la dieta pobre en hierro biodisponible que por falta de recursos económicos están obligados a consumir.

Al igual que otras anemias, la ferropénica se presenta clínicamente con palidez cutánea y en las mucosas, astenia, manifestaciones propias del estado ferropénico como pica, glositis, mal absorción intestinal, disfagia, abulia y disminución del rendimiento, la tensión, el coeficiente de inteligencia y el desarrollo psicomotor y la conducta del niño, sin que exista la certeza de la reversibilidad de sus efectos a largo plazo (10, 11 12).

La anemia ferropénica es el resultado de una dieta con disminución del hierro, carencia del mismo, o bien por una mala absorción o una incapacidad para su transporte hasta las células o para su almacenamiento como reserva.

La depleción de hierro es una situación normal en los mamíferos jóvenes, principalmente en los lactantes, ya que la leche es deficiente en hierro, es decir los recién nacidos tienen un precario estado de las reservas de hierro y un inadecuado consumo del mismo en la dieta lo que los expone a padecer de anemia ferropriva.

También puede ser causa de anemia ferropriva una pérdida crónica de sangre, como ocurre en las mujeres durante la menstruación, el parasitismo intestinal o hemorragias por neoplasma entre algunas posibles causas.

El hierro cumple en el organismo numerosas funciones importantes. En primer lugar, como componente de la hemoglobina, tiene una misión esencial en el transporte de oxigeno; en forma de mioglobina proporciona una reserva de oxigeno al músculo. Entra también en la estructura de importantes enzimas de las oxidaciones biológicas: citocromooxidasas, citocromos, peroxidasas y catalasas. Más de la mitad del hierro que está en el organismo se encuentra en la hemoglobina y como principales depósitos de hierro se puede citar a la mucosa gástrica, el hígado, el bazo y la medula ósea.

El hierro se halla ligado a una proteína, la transferína (siderofilina). La facultad que tiene el suero para fijar el hierro se denomina capacidad ferropéxica. El hierro presente en el suero es un hierro de transporte, que es llevado desde los lugares de absorción (intestino delgado) o de almacenamiento (hígado, bazo) hasta el punto de utilización (principalmente la medula ósea, pero también a todas las células del organismo)

Esta situación de anemia cuando no es tratada conduce como hemos dicho a provocar alteraciones fisiológicas que inexorablemente originan trastornos que terminan con alta morbilidad y letalidad. En esencia la solución de la anemia ferropénica estriba en el suministro y utilización del hierro para que los procesos fisiológicos que se desarrollan con su participación se tengan lugar adecuadamente.

Existen dos tipos de hierro en los alimentos: hierro hemínico y no hemínico. Es importante la forma química en que el hierro se presenta a la célula de la mucosa intestinal. El hierro hemo se encuentra en los alimentos de origen animal (carnes rojas, pollo, pescado) en forma de hemoglobina o mioglobina, se absorbe bien, alrededor del 15 al 20 % y prácticamente no es influido por la composición de la dieta; en cambio el hierro no hemo o inorgánico se encuentra presente en los vegetales y algunos productos animales como la leche y el huevo. Generalmente se absorbe mal, menos del 5 % y es afectado por sustancias favorecedoras (vitamina C) o inhibidoras (calcio, taninos (tes) o fitatos que pueden disminuir su absorción).

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