El mundo es infinitamente pequeño
El mundo es más pequeño que el átomo: El universo es ese infinito origen que surgió de la nada; origen que se transformó en la primera esencia de la existencia o partícula subatómica; origen que no pudo engrandecerse ni expandirse porque las esencias de la existencia no se pueden engrandecer ni expandir. Tampoco el universo podría expandirse ni engrandecerse en la nada, ni cuando surgió de la nada ni después; ya que en la nada, nada se puede engrandecer ni expandir porque la nada no existe…
La existencia es una saturación de esencias o de partículas subatómicas entre espacios de vacío o de inducciones de las propias esencias. Por lo tanto, la existencia es una mezcla esponjosa de esencias de la existencia y de vacío, que satura constantemente de existencia al propio universo; existencia que continuamente se vuelve a saturar de cada vez más existencia en un mismo pequeño espacio como el del universo. La totalidad de la composición del universo no puede ser otra cosa que existencia, porque o se es existencia o se es la nada; y la nada no puede ser porque no puede existir ni siquiera mezclada con la existencia…
Cuando me refiera a la saturación de esencias, espero que se me sobreentienda que me refiero a las propias partículas subatómicas mezclada con el vacío o inducciones provocadas por dichas partículas. La mezcla de vacío o inducciones y las propias partículas subatómicas o esencias de la existencia saturan constantemente de existencia a la propia existencia; ya que dichas esencias nacen continuamente en nuestro minúsculo universo, y por muchas que naciesen, nunca podrían ocupar un espacio ni una dimensión en el universo, porque las esencias, individualmente no poseen espacios ni dimensiones reales, ya que surgen directamente de la nada. Gracias a que las esencias de la existencia no ocupan espacios ni dimensiones reales, la misma saturación de existencia sólo podría ocupar un minúsculo espacio ficticio como el que ocupa en el mismísimo minúsculo espacio que ocupa nuestro propio universo. El cual tampoco podría ocupar un espacio real, puesto que dicho universo nació como minúscula esencia surgida infinitamente de la nada. Además, fuera de ese pequeño espacio ficticio del universo, la propia existencia tampoco podría ocupar ningún espacio, porque fuera está la nada, y como ya he dicho antes, dónde está la nada, nada puede engrandecerse, expandirse ni ocupar espacios, porque la nada no existe…
Al no poseer las propias esencias espacios ni dimensiones reales; la misma existencia, que está formada por dichas esencias y sus inducciones, tampoco podría poseer espacios ni dimensiones reales. Todo lo existente que satura constantemente de existencia al propio universo está compuesto de existencia ficticia; por eso mismo, la propia existencia puede saturar infinidad de veces de existencia al mismo diminuto universo, sin que éste pueda crecer o expandirse…
Al estar la existencia comprimida por la nada, la misma existencia no tendría más remedio que amoldarse al mismo diminuto espacio de dónde surgió, que es el mismo espacio que ocupa el mismísimo minúsculo espacio ocupado por el universo. Y así, de esa manera, el origen de la existencia en forma de esencia, las propias esencias y la existencia continuarán siempre existiendo, acumuladas en un mismo minúsculo espacio irreal llamado universo…
Por lo tanto, esas esencias que nacían sin cesar en el propio universo, se acumularían constantemente, formando una mezcla de existencia, en el mismo pequeño espacio de nuestro universo sin que ocuparan espacios ni dimensiones reales. Y así, de esa manera, las esencias se multiplicarían constantemente produciendo cada vez más esencias dentro de un mismo pequeño universo…
Ni nuestra existencia, ni la de la materia ni la de todo lo que nos rodea es real, ya que constantemente todo se mueve, todo se transforma. Por eso mismo, la existencia no puede ocupar un espacio real en el universo; por eso mismo, el universo siempre se mantendrá así de pequeño como lo que es. Esa expansión o engrandecimiento que parece poseer constantemente nuestro universo, no es otra cosa que el dinamismo que provoca la propia constante acumulación y multiplicación de esencias que se reproducen continuamente en nuestro universo, el cual ha llegado a acumular tantas esencias en tan minúsculo espacio, que parece que el universo sea cada vez más enorme sin serlo realmente…
La energía, la velocidad, la materia, la vida y todo lo demás que componen la existencia están adaptados a ese diminuto espacio de nuestro minúsculo universo. Es como si todo lo existente fuese una esponja que no para de crecer dentro de un mismo pequeño espacio. Esponja que está obligada a adaptarse a ese pequeño espacio porque fuera está la nada y porque la propia existencia carece de existencia real, y por mucho que crezca siempre será la misma diminuta esponja con cada vez más volumen esponjoso. Ese cada vez mayor crecimiento esponjoso de la existencia adapta instantáneamente, de una manera progresiva, a todo lo existente adecuándolo siempre a unos constantes mismos tamaños, dimensiones y constituciones; ya que como la existencia no es real, todo se puede adaptar instantáneamente según las necesidades, sin que nada de lo existente pueda sufrir lo más mínimo. Por mucho que se presione dicha esponja de la existencia no podría conseguirse nunca que se solidificase; el final de tal presión sería la desintegración total de la existencia llegando a la infinitud de la nada de dónde surgió…
Las esencias de la existencia tienen la facultad de nacer infinidad de ellas en un mismo instante, porque nacen en la nada y de la nada, y la nada no posee ese transcurrir del tiempo que pueda impedir que infinidad de esencias nazcan en el mismo tiempo, porque el tiempo no existe en la nada. Además, gracias a que las esencias se atraen entre sí, porque la propia saturación de esencias y la propia nada les obliga a ello, las esencias no cesan de multiplicarse constantemente produciendo cada vez más esencias en un mismo diminuto espacio como el del universo…
La prueba de que la existencia no ocupa espacios, tal vez, podría ser demostrada microscópicamente observándose con un microscopio muy potente un trozo de existencia; observación que no podría lograr que ni una sola de las infinidades de esencias microscópicas que saturan ese trozo de mezcla de existencia permaneciesen quietas ni siquiera el más mínimo tiempo posible. Así de esa manera, con ese permanente dinamismo que poseen individualmente cada esencia, ninguna esencia nunca podría ocupar un minúsculo espacio en ningún mínimo tiempo posible; ni como simples esencias ni como saturación de esencias constituidas en existencia. Esa prueba, quizás demostraría que las esencias de la existencia que saturan de existencia cualquier trozo de existencia y la propia existencia, no podrían ocupar espacios ni dimensiones. Por eso mismo, la misma existencia, que es una saturación de existencia esponjosa, no podría ocupar un espacio ni una dimensión real. La existencia nunca podrá ocupar un espacio fijo o un lugar permanentemente quieto, pues hasta la existencia material más dura sufre una continua transformación o desgaste, aunque éste sea lento; lo cual no le permitiría a ninguna de sus esencias ocupar un espacio fijo. Todo en la existencia es una constante transformación dinámica; una constante transformación transformativa; una constante transformación del tiempo y una constante transformación evolutiva…
La existencia al no poder ocupar ni espacios ni dimensiones reales, sólo podría ocupar el mismo diminuto espacio ficticio del universo, espacio que ocupará siempre mientras exista como existencia, porque el universo es en sí mismo una esencia de la existencia que permite que en ella se acumulen todas las demás esencias de la existencia. Sea el propio universo formado por una única esencia o por infinidad de ellas, al ocupar todas juntas el mismo pequeño espacio del universo, es como si todas fuesen una sola esencia unidas en una única saturación de existencia. Por eso mismo, ese origen de la existencia que se originó como esencia de la existencia es a la vez esencia, existencia y universo, todo en una misma diminuta esencia de la existencia llamada universo…
Lo que parece un enorme universo es una enorme acumulación de existencia que no ocupa espacios, acumulación de existencia ocupando siempre un mismo diminuto universo. Existencia que no cesa de aumentar acumulándose y saturándose en el mismo minúsculo espacio del universo…
Nuestro pequeño universo al verse constantemente comprimido por la propia nada, estaba forzado a partirse o a dividirse continuamente en cada vez más pequeños universos semejantes, o llámense esencias semejantes, dentro del mismo espacio del universo; ya que en la nada, nada se puede partir, dividir ni multiplicar. Dichas esencias al no poderse escapar hacia la nada, inevitablemente se atraerían entre sí, saturando constantemente de esencias al propio cosmos; esencias, que como ya he dicho antes, no poseen espacios ni dimensiones, y por eso mismo, todas juntas, por muchas que sean, podrán saturarse continuamente en un mismo espacio tan diminuto como el ocupado por el propio cosmos. De esa manera, la propia existencia, por mucha que se acumulase, siempre ocuparía un mismo espacio ficticio, el del cosmos; por eso mismo, los espacios y las dimensiones de la existencia son ficticias; por eso mismo, pueden existir infinidad de dimensiones, las cuales no son dimensiones reales…
Seguramente, el origen de la existencia surgió minúsculamente de la nada como algo inevitable, porque era inevitable que surgiese algo, sino no hubiese surgido. Lo de decir que de forma diminuta surgió algo es un decir, porque en ese pequeño origen no existieron realmente dimensiones; por lo tanto, a lo largo de todo este ensayo cuando me refiera a ese origen como algo pequeño; lo haré para dar a entender que era pequeño ese surgimiento, pero no porque considere a ese pequeño origen como si fuese algo que tuviese tamaño o dimensiones…
Lo que a nosotros nos parece un engrandecimiento o una expansión universal, no lo es; es el dinamismo producido por la constante multiplicación de esencias en un mismo diminuto universo. Lo que a nosotros nos parece lo grande y lo pequeño, no existen realmente, sólo son dimensiones ficticias originadas por las constantes acumulaciones de esencias que se reproducen constantemente dentro de la misma pequeñez del propio universo. Los seres vivos, la materia y cualquier cosa que exista en el universo forman una especial saturación de esencias, más o menos saturadas de mezcla de existencia, adaptadas a una forma adecuada de poder existir; esencias que forman parte y dependen de la propia saturación de existencia que compone la totalidad de la existencia…
Por no existir lo grande ni lo pequeño, tampoco podría existir nada geométrico; la cuadratura del círculo podría ser una realidad, ya que la saturación de esencias al no tener espacios ni dimensiones tampoco podría originar espacios reales que tuviesen dimensiones reales. Y según se saturasen en la lejanía (entendiendo la lejanía como una acumulación de esencias mezclada con existencia) esas saturaciones de esencias en cada espacio de saturaciones de esencias, podrían por ejemplo, permitir que un cuadrado se detectase como cuadrado desde un lugar, y desde otro lugar contrario detectarse como circulo. Por lo tanto, ese cuadrado podría haberse formado como un cuadrado en su propio espacio, y realmente no ser un cuadrado ni ninguna otra opción geométrica, y todo gracias a que las propias esencias no poseen espacios reales que puedan ofrecer formaciones geométricas reales, dado que las propias esencias individualmente disponen cada una de su propio espacio eternamente dinámico, que por ser eternamente dinámico no es un espacio quieto ni fijo; o sea que no es un espacio real…
Las galaxias y sus respectivas estrellas no se mueven expansivamente, nunca se han movido expansivamente desde sus sitios de siempre; tampoco se mueven expansivamente ninguna esencia de la infinidad de esencias que saturan continuamente la existencia. Eso es así, porque no existe la expansión, lo que existe es una multiplicación constante de esencias, las cuales al multiplicarse constantemente entre los espacios libres entre galaxias, saturan permanentemente de esencias esos lugares, modificando continuamente sus espacios saturados de cada vez más saturaciones de esencias; lo cual hace parecer que se produce una expansión. Sin embargo, eso no quiere decir que las mismas esencias o sus posibles saturaciones como las formadas por las galaxias, las estrellas, los planetas, la vida, etc. permanezcan siempre completamente quietas; supongo que algo se moverán; como prueba estamos nosotros, los seres vivientes, los cuales nos movemos como saturación evolutiva de esencias que somos…
Esas mismas saturaciones de esencias que saturan constantemente de existencia los espacios entre galaxias, son las que hacen parecer que unas galaxias se expanden más deprisa que otras; lógicamente las galaxias más lejanas parecerán que se expanden más rápido porque el espacio que nos separan de ellas es mucho mayor, por lo tanto, en esos espacios, al ser mayores, se reproducirán mayores acumulaciones de esencias que harán parecer que dichas galaxias más lejanas se alejan aún más de nosotros…
Esas constantes multiplicaciones de esencias de la existencia o partículas subatómicas a lo largo de la existencia del universo, seguramente habrán podido formar infinidad de grandes y pequeños espacios de saturaciones de dichas partículas dentro del mismo minúsculo espacio del universo, aunque todas esas partículas subatómicas dependan lógicamente de la misma saturación de partículas subatómicas del propio universo. Por eso mismo, podrían existir, en el mismo universo, infinidad de espacios diferentes entre sí; con mayores o menores saturaciones de partículas subatómicas equivalentes a espacios con mayores o menores densidades de partículas subatómicas. Espacios que podrían determinar con sus saturaciones, las lejanías y las velocidades de las galaxias producidas por las acumulaciones de partículas subatómicas, entre galaxias…
La nada por ser nada, nada podría separar; pero tampoco nada podría juntar. Supongo que, quizás, lo mismo que nuestro universo ha podido surgir de la nada; también podría ser posible que otros universos, de la misma manera que el nuestro, surgiesen de la nada, en otros lugares de la nada. Como la nada no existe, ésta no podría separar nada; pero quizás, si se produjese el nacimiento de otro diminuto universo en otro lugar de la nada, esto podría obligar a la propia nada a tener una separación que posibilitase la adecuada separación entre ese universo y el nuestro. Con lo cual, se produciría una contrariedad: la de que la nada no podría ser la nada si existiese algo en dos sitios diferentes de la nada, porque eso obligaría a la propia nada a separar algo de algo. Por eso mismo, quizás, esa separación entre universos no podría ser posible, dado que la nada no puede separar nada en su propia nada. Con lo cual, supongo que sólo podrá existir un sólo universo, una sola inevitabilidad que hiciese posible el origen de un único universo…
Aunque, existe otra posibilidad: Si la nada no existe, no solamente no podría separar nada porque no exista; sino que ni siquiera se podría pensar en la nada como algo que pueda o no pueda separar algo. Por lo tanto, al no existir la nada ni siquiera existiría dicha separación; por eso mismo, podría surgir otro universo en algún otro lugar de la nada, lugar que no podríamos concebir, ni nunca llegar a conocer, porque todo lo que rodea a nuestro universo no existe; con lo cual nunca nadie ni nada podría salir de nuestro propio universo para comprobar si existe otro universo, con lo cual supongo que nunca se sabrá si existen más universos…
El origen de la existencia sólo pudo producirse porque era inevitable que se produjese; por lo tanto, a dicho origen de la existencia se le podría denominar "inevitabilidad de la existencia"…
Sólo se pudo producir una sola inevitabilidad que hiciese posible el origen de la existencia; ya que si se produjesen otras inevitabilidades que originasen otros posibles orígenes de la existencia, estaríamos hablando de varios orígenes de la existencia distintos y no del primer origen de la existencia que es el que realmente originó la existencia; estaríamos hablando de varias inevitabilidades que pudiesen originar varios orígenes de la existencia y no de la inevitabilidad principal que originó la existencia. El origen de la existencia se originó infinitamente en la nada sin que en ese origen pudiese existir el tiempo. Por lo tanto, no pudo existir ningún tiempo que pudiese posibilitar varias posibles orígenes de la existencia en un mismo tiempo ni en diferentes tiempos. Con lo cual, no se pudo producir nada más que un origen de la existencia; nada más que una sola inevitabilidad que originase la existencia…
Esas constantes multiplicaciones, saturaciones y acumulaciones de esencias que se reproducen en todo el universo, se reproducen constantemente en porciones de instantes, si se pueden llamar así, porque en las propias esencias no existe el tiempo. Por eso mismo, al no existir el tiempo en las esencias, y al ser el tiempo una irrealidad en la propia existencia; el tiempo, en toda la saturación de esencias del universo se podría distorsionar infinidad de veces, según estén de saturadas las propias saturaciones de esencias en cada porción de espacio del universo…
Los propios agujeros negros podrían ser espacios de saturaciones de esencias muy poco densos; en los cuales, por estar tan poco saturados de esencias, posiblemente no podría transcurrir el tiempo en ellos; o, tal vez, transcurriese de una manera lenta, manteniendo una sincronización de esencias muy lenta. Por eso mismo, ni la materia ni la energía podrían evolucionar en dichos agujeros negros, o evolucionarían muy lentamente. Con lo cual, cualquier materia, energía o incluso la luz que se adentrase en uno de esos agujeros negros, instantáneamente se podría desintegrar integrándose en la misma saturación de esencias de esos mismos espacios negros; puesto que, al transcurrir muy lentamente el tiempo en dichos espacios negros, apenas se podría evolucionar en ellos. Quizás, los propios agujeros negros pertenezcan a una etapa anterior o posterior del nacimiento o de la extinción de un sistema solar…
El tiempo es la transformación del pasado al futuro más inmediato, el presente no existe. El tiempo comenzó a existir en el mismo instante en que la primera esencia de la existencia posibilitó su primera duplicación de esencias. Desde entonces, ambas esencias originaron la primera saturación de esencias llamada existencia; obligadas después nuevamente por la nada a duplicarse nuevamente, posibilitando así, una cada vez mayor saturación de esencias. Tal vez, esa sincronización de esencias llamada existencia, sea al mismo tiempo la sincronización de la evolución de la existencia y del tiempo; o quizás, el tiempo y la evolución sean la misma cosa. Tal vez, los grandes espacios siderales se dividan en espacios de más o menos acumulaciones de esencias, en dónde sus respectivas sincronizaciones de esencias podrían ser más lentas o más rápidas; haciendo posible que sus correspondientes evoluciones y tiempos fuesen más lentos o más rápidos, según sean sus respectivas saturaciones de esencias…
El tiempo se puede adaptar a la existencia lo mismo que la existencia se puede adaptar al tiempo, ya que la existencia y el tiempo pertenecen a un mismo orden evolutivo. Un ser viviente microscópico está adaptado al tiempo que ha de vivir, que para ese ser, podría ser la misma prolongación de tiempo que el que vive una persona o cualquier otro ser viviente, puesto que el tiempo está adecuado a las inducciones inducidas por el propio orden evolutivo, el cual, dentro de nuestro espacio de existencia obliga a que todo evolucione conforme a dicho orden. Por eso mismo, una persona no podría vivir más tiempo que el adaptado a su evolución. Si por ejemplo, en el futuro, la humanidad pudiese llegar a vivir 200 años, esos 200 años se corresponderían a los 80 o 90 años que suele durar la humanidad actualmente, ya que el tiempo de todo lo existente, inevitablemente, está inducido a adaptarse conforme al propio orden evolutivo, que es el mismo orden que permite que todo evolucione ordenadamente. Aunque, supongo que existirán dos tipos de ordenes evolutivos diferentes: el viviente y el material. Todo lo vivo constituye un orden evolutivo viviente en el que cada ser vivo tiene que adaptarse a vivir los años que evolutivamente le correspondan, según lo inducido por dicho orden evolutivo. Con lo cual, el ser humano tendría que adaptarse a esas nuevas edades, al igual que todos los seres vivos que microscópicamente posee el propio organismo humano; también se tendrían que adaptar a dichas edades, las propias evoluciones genéticas y las herencias que le corresponden al propio ser humano. Diferente sería que a una persona, como experimento, posiblemente de manera artificial, le pudiesen prolongar la vida hasta los 200 años o más. Con esto quiero dar a entender que el orden evolutivo viviente forma parte de un sólo orden evolutivo, que es el mismo orden evolutivo viviente del que forma parte todo lo viviente, sin excepción; y que el tiempo y la evolución de todo lo viviente se tiene que corresponder con dicho orden evolutivo viviente. O sea que el ser humano no es un proceso evolutivo viviente separado de los demás seres vivos, porque entonces el tiempo no se correspondería con todo lo viviente, empezando por los seres vivos que viven en el ser humano. Todo lo viviente de nuestro orden evolutivo es un único orden evolutivo al que pertenece todo lo vivo; y en el que el tiempo entra dentro de ese mismo orden evolutivo. Con lo cual aunque algún día la humanidad pueda llegar a vivir 200 años o más, esos años representarían los mismos años que vivimos actualmente; porque un ser vivo no se puede separar del propio orden viviente y originar otro orden evolutivo propio en el que pueda vivir los años que quisiera sin que eso pudiera influir en el propio orden evolutivo viviente de todos los demás seres vivientes…
2. La aritmética de la existencia: La única gran diferencia que tenían las propias esencias, o partículas subatómicas, para que se las pudiesen diferenciar entre sí, sería su propia inevitable ubicación ocupando un lugar matemático en una saturación de esencias. Ya que cada esencia poseía una inducción atractiva inducida por la propia saturación de esencias; y a la vez poseía la inducción repulsiva que le obligaba a unirse en dicha saturación de esencias. Con lo cual cada esencia por sí misma no tenía diferencias con respecto a otras esencias, eran todas iguales, porque sino no podrían ser esencias de la existencia.
Al unirse cada esencia o partícula subatómica irremediablemente en la saturación de esencias llamada existencia, esa unión les haría representar un número dentro de la aritmética de la existencia. Las esencias por sí solas no son números, no pueden memorizar ni transportar información; pero al unirse en una saturación de esencias, como grupo de esencias que son, ya sí que representan un número, una información.
Por ejemplo, un pequeñísimo trozo de existencia que lógicamente portaría infinidad de esencias, o partículas subatómicas saturadas o unidas entre sí, podría ser la constitución de infinidad de información, la que posibilitaría que esa acumulación de esencias fuese un pequeñísimo trozo de existencia. Un bit por sí sólo no es nada, pero infinidad de bits podrían posibilitar mucha información.
Las propias esencias de la existencia o partículas subatómicas, libremente, por sí solas, solamente son una simple inducción atractiva y repulsiva; más nada que existencia. Por eso mismo, dichas esencias si se encuentran libres pueden traspasar un mundo o duplicarse infinidad de veces; ya que nuestro mundo no posee espacios ni dimensiones reales; y dichas partículas al ser más nada que existencia y al encontrarse libres pueden actuar como la nada, en un mundo como el nuestro compuesto totalmente de la nada hecha existencia.
Si dichas esencias o partículas subatómicas no se encuentran libres, es decir que están sujetas a una saturación de esencias llamada existencia, entonces están sujetas a una aritmética, que también se podría llamar evolución. Dado que existen infinidades de esencias unidas en una saturación de esencias llamada existencia; la aritmética de la existencia se ha hecho muy compleja, es el propio orden evolutivo de todo lo existente.
Desde que comenzaron a unirse las esencias de la existencia formando una saturación de esencias, comenzó la inseparable evolución del edificio de la existencia o aritmética de la existencia. Dichas esencias o partículas subatómicas por sí solas no podrían formar ninguna aritmética; pero unidas podrían componer infinidad de información capaz de posibilitar una evolución como la que compone todo lo existente. Es igual que un ordenador, los números binarios por sí solos no son nada, pero unidos infinidad de ellos entre sí, podrían posibilitar infinidad de información.
Por lo tanto, la evolución de la existencia, la vida, el amor, el dolor, el bien, el mal, etc. etc., es decir, todo lo existente, incluso el alma, si existe, son compuestos informativos derivados de las matemáticas de el orden evolutivo.
Todo lo que nos sucede, lo que nos sucedió y lo que nos sucederá se basa en la información a través de las matemáticas creadas por la saturación de esencias, como si fuesen operaciones binarias, creadas con esencias, o partículas subatómicas. Y aunque todas las esencias sean semejantes entre sí, y todas posean idéntica atracción y repulsión; al unirse las esencias entre sí, actúan como números binarios, ya que ninguna esencia dentro de la existencia está situada en el mismo lugar, con lo cual un grupo pequeño de esencias puede significar un número. Y como todas las esencias se atraen entre sí y forman una inseparable unión llamada existencia; imagínense ustedes las cantidad tan enorme de información que posee la existencia; tanta información como para poder construir las galaxias, las energías, la materia, la vida, la felicidad, el dolor, el bien, el mal, etc. Con tanta información como posee la existencia, es imposible que no haya podido la propia existencia componer un orden evolutivo viviente capaz de evolucionar ordenadamente y reencarnarse a través del alma, es decir, a través de la matemática de la existencia.
Todo se puede crear a través de la información. En el caso de la existencia, es otro tipo de información diferente a la de los ordenadores, es diferente porque nos afecta a nosotros mismos. En el caso de la información mediante los números binarios, la información es artificial; no obstante, también se podría construir una especie de vida robótica, lean mi libro gratuito en la editorial electrónica Bubok titulado "las leyes de la nada y otras teorías" en la que en el apartado "cómo crear un pensamiento artificial" expongo algunas teorías sobre el pensamiento artificial a través de la información y que mediante prohibiciones y obligaciones programadas, el robot podría comportarse como si estuviese vivo.
En el mismo instante en el que surgió la primera esencia de la existencia comenzó a originarse la aritmética de la existencia; ya no podía haber marcha atrás, poco a poco se irían forjando las bases para que las matemáticas de la existencia pudiesen construir el imparable orden evolutivo de la existencia. Conforme iban naciendo infinidades de esencias, se iban acumulando cada vez más esencias, ya que todas las esencia se atraían mutuamente. De esa manera se iba formando una cada vez más compacta composición de esencias, que por muy compacta que fuese, nunca se podría constituir en algo absolutamente solido; ya que las esencias son inexistencias que no pueden ocupar ni formar espacios, ni dimensiones ni nada
consistente, sin embargo, sus atracciones mutuas las mantenían sujetas unas a otras. Es decir, las esencias eran libres porque a ser inexistencia nada las podía sujetar; pero inevitablemente se mantenían sujetas a la unión de esencias como si fuesen un número dentro de la aritmética de la existencia, la cual sería la composición de la existencia que conocemos. Dicha existencia se pudo haber compuesto de infinidad de maneras distintas formando distintas composiciones de existencias que no podemos concebir; pero la unión de esencias coincidió en unirse de esa manera, componiendo esa particular aritmética de la existencia, que compuso la existencia que nosotros conocemos; pero que, en realidad, pudo haberse constituido en infinidades de existencias muy diferentes de la que conocemos…No deseo alargarme más en este fascinante tema, que da para más de un libro, tema que espero retomar en algún otro posible futuro libro.
Más en mi libro: "El universo es infinitamente pequeño" que pueden descargar gratis en mi blog de ahí abajo.
Autor:
Salvador Sánchez Melgar
Registro de propiedad: B-2212-11