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Te acorralaré hasta matarte


Partes: 1, 2, 3

    1. El mejor verso del mundo
    2. El reloj
    3. De la bala de mi fusilamiento
    4. Yo no los había visto nunca
    5. Las habitaciones del insomnio
    6. El escudo
    7. Muerto para siempre
    8. Algún idiota que sea como yo
    9. La pasión de la calle Güemes
    10. Algo sobre derrumbes
    11. Alpedismo
    12. Definible
    13. Salame yogui
    14. Te acorralaré hasta matarte
    15. Música insónica
    16. Pepe en Asgard
    17. Demasiado muerto
    18. Un hombre siniestro pasa
    19. En una escalera del subte
    20. Los clavos crucifican las familias
    21. Etcétera
    22. El pájaro magnífico del beso
    23. Babieca
    24. Cuando los veo a los dos juntos
    25. El juguete del delirio
    26. El mal de todos
    27. Muerte – agonía
    28. Impacto
    29. La Tierra no tiene perdón de Dios
    30. Yo vivo solo
    31. Surf and ski
    32. Tan tu marido
    33. Diario del infierno
    34. Que el fuego se queme
    35. El deformado
    36. Toda la noche besados
    37. Las flores de ella
    38. El rosal
    39. Introvertidos como una tortuga
    40. Cien mil años de sueño
    41. Una niebla para mí solo
    42. Nariz siria
    43. Chiquita de boca
    44. La duda infinita es estática alrededor de mí hecho punto
    45. Mi adorada azul

    (CUENTOS)

    ¿Quién resistirá cuando el arte ataque?

    ¿CUÁNTO FALTABA?

    Entonces me preguntó que cuánto faltaba y yo le dije que dos años y me dijo que bueno, que gracias porque era feo quedarse con esa ansiedad indefinida de no saber cuándo. Entonces no volvimos a hablar, y yo no vine a escribir esto para verlo después.

    Hoy es después y atravesé un largo olvido y ahora estoy ante mi precaución de hace… ¿cuánto tiempo hace? ¿Cuánto faltaba? ¿Para esto? ¿Para esto faltaba?

    ¿Cuánto faltaba para qué?

    El mejor verso del mundo

    Libro: "Cuentos absurdos o de por qué todos ustedes son idiotas".

    Cuento del mejor verso del mundo o de por qué la felicidad es estar convencido de uno mismo y no tener la más mínima idea.

    Yo no tenía la menor sospecha que me habría de enterar después, al desatarse la lluvia, que había estado nublado. Que había estado todo el día por llover. Como que me enterara de que podría haberme muerto, por ejemplo, porque un hecho de mi costumbre ya no contase con las mismas circunstancias, y al llegar yo la casualidad lo volviera a las características que eran mi normalidad. Supongamos una canilla de agua que tiene electricidad por un cable de la azotea roto en una tormenta producida después que yo me fui y que al llegar yo a lavarme, para sorpresa de los que podrían estar viendo esta película, no me electrocuto por un fortuito corte de luz.

    Enterarme de eso sería medir la ineficacia de la vida, como, y al fin y al cabo esto es lo que importa, enterarme con la lluvia que estuvo nublado el cielo.

    Partes: 1, 2, 3
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