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La cultura alimentaria y nutricional. Mayor calidad de vida

Enviado por Medardo La Rosa


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El conocimiento que se posea sobre la cultura alimentaria y nutricional es una necesidad lo cual refleja estilos de vidas más sanos, se hace necesario dotar a los actores educativos de conocimientos sólidos para que puedan enfrentar la problemática que se presenta en las escuelas y centros asistenciales que ofertan alimentos, por lo que se trazaron actividades teóricas, metodológicas y prácticas a desarrollar con el Consejo de Dirección, promotor de salud, enfermeras y tecnólogos y se aprovecharon las potencialidades y fortalezas que brinda la estrategia de superación, los diferentes textos y medios científicos y visuales, para elevar conocimientos y estos a su vez los trasmitan a su radio de acción.

Introducción

A nivel mundial existe una amplia preocupación por garantizar la alimentación humana como un derecho humano básico que potencia la calidad de vida, al dotar de los nutrientes necesarios para el desarrollo. Ella en sí misma es un medio de prevención de enfermedades y anomalías en el funcionamiento biológico y psicológico del hombre. En este empeño una de las más importantes batallas es alcanzar una dieta balanceada que garantice una sostenibilidad en su utilización pero esta depende del conocimiento que se posea.

A pesar de los intentos de organizaciones mundiales por lograr una justicia social en materia alimentaria, se muestra hoy una pérdida de las culturas autóctonas y la proliferación de comidas poco nutritivas y que ponen por encima de su poder alimenticio sus dividendos en el mercado.

Existen múltiples experiencias en el tratamiento con una dieta adecuada y balanceada de alimentos. A pesar de ello, algunos autores opinan que el hombre a través de la historia ha contado con una nutrición donde generalmente los alimentos se seleccionan por su paladar y se ha olvidado que la mal nutrición afecta la vida y la salud de los pueblos.

Pocos temas despiertan tanto interés académico y han llegado a producir publicaciones científicas en los últimos años como el tema de la cultura alimentaria. Se revalora al alimento como un elemento de funcionalidad, dado que establece la sociabilidad,  además de que representa valores, costumbres y tradiciones, y en algunos grupos o sociedades se distingue como un símbolo que conlleva una carga de significados espirituales y religiosos.

En el campo de la alimentación: comida, dieta y cultura son dimensionados a diferentes campos para su análisis; el histórico, biológico, económico, político y social. El hecho radica en que la humanidad por tener una relación con la alimentación se convierte en el actor principal y es ahí donde la comida, dieta y cultura ocupan un lugar relevante por la función que desempeña y que mucho tiene que ver con el conocimiento y el equilibrio de una sociedad o comunidad saludable en toda la extensión de sus instituciones.

Al transformarse  los nuevos escenarios y contextos de donde provienen los nuevos alimentos que son accesibles para el consumo del ser humano, hay una conformación de su nueva cultura alimentaria. Estos cambios se ponen de manifiesto en países muy pobres y en las sociedades de consumo.

Desde el siglo pasado en nuestro país ha aumentado el conocimiento de integrar a la dieta alimentos de todos los grupos básicos que han permitido diseñar metodologías más adecuadas en su procesamiento y conservación, con el objetivo de diversificar la ingestión de los mismos. En este sentido y con el triunfo Revolucionario de 1959 se iniciaron profundas transformaciones económico-sociales que permitieron el desarrollo de un amplio trabajo político-cultural en el que se desarrollaron como concepción elemental la necesidad de educar a la población para asumir su propia dieta.

Uno de los sectores donde el tema de la cultura alimentaria tuvo una especial atención fue el Ministerio de Educación y en el de la Salud, en ellos se desarrollaron importantes programas dirigidos a garantizar un correcto trabajo con la alimentación, pero no se contaban con herramientas que permitieran dar una uniformidad al trabajo, aspecto que limitó en estos años los resultados.

Con el derrumbe del campo socialista en los albores de los 90 se agudizó la crisis económica y con ello el tema de la alimentación tomó un importante espacio. A pesar de la dura crisis, el país no cerró ningún centro y se vio obligado a buscar alternativas, especialmente en la búsqueda de soluciones locales. Para ello se implementaron programas alimentarios especiales y de producción que abarcó a toda la población.

Es cierto que los hábitos alimentarios fueron conformados como parte de la historia, modificar los hábitos de conducta, los modos de actuación en cuanto a la alimentación es necesario. Existen personas que poseen cierta cultura, pero no la practican y otras no lo hacen por desconocimiento. A pesar de su promoción, en ambas prevalece la costumbre. Para que esa modificación sea verdadera, profunda y duradera debe partir del conocimiento de los factores y los cambios que pueden hacerse en aras de una mejor salud.

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