En la sociedad contemporánea los avances de la ciencia y la tecnología son magnos, diversos y complejos, y afectan positivamente a diferentes áreas de la vida social de los individuos. Sin embargo, el conocimiento científico que hoy viene alcanzando la humanidad tiene un efecto directo en el sistema educativo, y creo que sobre todo en la educación a nivel superior o universitario.
Es así que, los nuevos paradigmas de la educación universitaria viene cambiando conforme pasa el tiempo y a la medida de los avances de la ciencia y la tecnología, para lo cual sin embargo necesitamos una libertad académica.
En este escenario entra a tallar la importancia del perfil que debe tener el docente universitario para estar a la altura, si se puede decir así, de los conocimientos, competencias y responsabilidades que le exige la educación contemporánea. Ahora bien, para poder abordar esta cuestión es necesario primero entender la función que debe tener la universidad, ya que el perfil del docente esta determinado por la visión de universidad que se tiene.
Para explicar este tópico hemos decido recoger los aportes de uno de los intelectuales más reconocidos de América Latina, nos estamos refiriendo a Atilio Boron quien tiene diversos trabajos sobre la problemática actual de la educación universitaria y la libertad académica.
Históricamente se ha tenido la idea de que la educación es una de las claves más importantes para el progreso, desarrollo y la mejora de la calidad de vida de las personas, familias, comunidades, pueblos y ciudades, no obstante esta aseveración es bien genérica. La cuestión es que tipo de educación debemos desarrollar para mejorar las condiciones de vida de las personas, ya que cuando más específicos somos más efectivos llagaremos hacer. Así también es relevante entender como enseñamos, quien dirige la enseñanza, a quien le enseñamos y que objetivo tenemos con el proceso educativo. Se trata entonces de metodología y de alcanzar resultados esperados.
Ahora bien, nos vamos a enfocarnos en la educación superior o universitaria. La universidad como bien sabemos tiene como visión primaria formar profesionales que con su preparación puedan aportar en ciencia y tecnología a su comunidad, ciudad o sociedad. Es así que, para este objetivo busca en sus estudiantes el desarrollo de la creatividad, la investigación científica y una posición critica sobre las cosas.
En otras palabras, la universidad es o debe de ser un ente o matriz para la ciencia, la tecnología y como consecuencia de ello el desarrollo social; esa fue históricamente el génesis de su gestación, que hoy quizás no sea así es un asunto socioeconómico, político, ideológico y cultural.
A propósito de esta problemática en la educación superior quien ha hecho un análisis profundo es Atilio Boron, politólogo, sociólogo, escritor, reconocido investigador argentino y experto en educación universitaria a nivel de América Latina.
Es bajo los planteamientos de este autor que queremos explorar el problema de la universidad y seguido a eso el perfil del docente universitario, ya que creemos que no podemos entender la función docente sin antes ver el propósito de la universidad.
El problema de la universidad según Boron debe entenderse a partir de los cambios estructurales que viene atravesando la sociedad contemporánea latinoamericana, porque el modelo económico y social adoptado por la región afecta directamente el trabajo universitario.
Bajo esta lógica, el modelo político, social y económico que desde hace muchos años atrás se viene aplicando en nuestros países en básicamente neoliberal, en donde el mercado y comercio a nivel mundial tiene la dirección de la vida social.
Con esta plataforma es que se vienen dando reformas o cambios en la educación, en términos de Boron " mucho de lo que actualmente es considerado como reforma fue llevado a cabo bajo la incontestable inspiración de las ideas neoliberales de acuerdo con su principal objetivo: acelerara el proceso de mercantilización de la educación superior " (Boron, 2005). En efecto, estas supuestas reformas universitarias son en realidad "reformas pro-mercado" en donde la educación se convierte en una mercancía.
Con este precedente de cambios en la educación superior se ha alterado también la función docente universitaria a tal punto de que su labor es limitada en muchos sentidos y por lo mismo ya no hay lo que en antaño quizás era más evidente y positivo, nos estamos refiriendo a la "libertad académica" (Boron, 2005). Claro esta entonces que hoy la universidad en su constitución interna obedece a la lógica del mercado internacional y las demandas del mismo.
No se promueve la investigación científica y se ha dejado a tras el componente critico de las cosas; no se desarrolla un pensamiento complejo sino más bien encapsulado, en donde el pensamiento único es el derrotero a seguir. Como diría el educador guatemalteco Junior Zapata "nos enseñan que pensar y no a pensar" (Zapata, 2012).
Bajo los principios ideológicos del neoliberalismo la educación no solo es una mercancía sino también un servicio al servicio del sistema socialmente establecido por el mercado internacional, los intereses empresariales y las políticas económicas de tendencia mundial mas no contextualizadas a las realidades de las regiones, países y ciudades particulares.
En palabras de Boron "Hoy, bajo el clima ideológico predominante, la educación es tratada como cualquier otro bien o servicio que se intercambia en el mercado" (Boron, 2005). La educación más que un servicio es un derecho y componente para el progreso de las personas, comunidades, pueblos y sociedades; pero si está el servicio de la oferta y demanda del mercado entonces no tiene libertad y no puede desarrollarse conforme las necesidades, requerimientos y aspiraciones de las mayorías sociales.
Con respecto a esta realidad educativa hace algunos años atrás el ex presidente de la Universidad de Harvard Derek Bok manifestó su preocupación y lo denomino "comercialización de la educación universitaria" (Bok, 2003).
Si la educación, en este caso la educación superior, es considerada un servicio y mercancía entonces no se permiten excepciones y menos hay libertad en el estudio. Así el rol o la función del docente universitario no puede desarrollarse hasta su máximo potencial; esta conformado al pensamiento único, a principios ortodoxos y derroteros tradicionales; sin investigación científica, poca creatividad y ninguna posición critica en ninguna parte.
Lo que hoy el profesor de educación superior necesita es libertad académica.
Siguiendo con los planteamientos de Atilio Boron "El personal docente de la enseñanza superior tiene derecho al mantenimiento de la libertad académica, es decir, la libertad de enseñar y debatir sin verse limitado por doctrinas instituidas, la libertad de llevar a cabo investigaciones y difundir y publicar los resultados de las mismas, la libertad de expresar libremente su opinión sobre la institución o el sistema en que trabaja, la libertad ante la censura institucional y la libertad de participar en órganos profesionales u organizaciones académicas representativas" (Boron, 2005).
Conforme con esta explicación el perfil del docente más que ser solo una función técnica, de competencia y contenidos estrictos a la asignatura, los planes y requerimientos académicos de cada universidad, implica también la investigación, el debate, presentar propuestas, la creatividad y criticar las teorías hasta aquí producidas en su campo de conocimiento científico.
Tradicionalmente se ha abordado el perfil del docente universitario como el desarrollo de nuevas competencias, con la preparación académica correspondiente, con el conocimiento de metodologías de enseñanza y el principio de ser un facilitador del aprendizaje.
Sin embargo, bajo las premisas de Boron podemos ver que el perfil ideal y más correcto acorde con la realidad social actual es que este debe desplegar su libertad académica, ya que "Un desempeño adecuado -dice Boron- requiere tanto de la pericia científica, profesional y técnica, cuanto de la libertad académica, permitiendo a los docentes la ilimitada creación y diseminación del conocimiento a las generaciones más jóvenes" (Boron, 2005). Entonces, creemos nosotros que hoy un profesor universitario tiene un perfil correcto cuando tiene libertad académica.
Es así que, podemos afirmar que el perfil del docente universitario del siglo XXI dadas las circunstancias actuales va más allá de lo intelectual, lo metodológico y competitivo, es también lo propositivo, la capacidad de hacer investigación científica contextualizada a su realidad específica y tener un pensamiento critico de las cosas sin importar la oposición y los ajustes estructurales del sistema neoliberal educativo socialmente establecido y aceptado.
Por lo tanto, necesitamos docentes universitarios con un perfil que busque la libertad académica en su complejidad; solo así afectaremos positivamente, en el ámbito de la ciencia y la tecnología, a las generaciones futuras, esperando de esta forma desarrollo y progreso para nuestras sociedades contemporáneas.
Definitivamente la libertad académica es un requisito para los docentes universitarios de hoy, como diría Boron; "En otras palabras, la libertad académica es un prerrequisito para una educación de excelencia y, como tal, no sólo los profesores, sino también los estudiantes, deberían estar preocupados por el mantenimiento de una libertad académica irrestricta ( ) la libertad académica es un derecho, y una necesidad, tanto para los académicos cuanto para los estudiantes" (Boron, 2005).
Habiendo explicado un poco sobre el perfil del docente universitario en la sociedad contemporánea y la libertad académica bajo las premisas del intelectual Atilio Boron, quisiéramos terminar con algunas conclusiones bien puntuales para tener una idea clara y precisa sobre esta cuestión. La educación es quizás el componente más importante para el progreso de un país, y dentro de este campo la educación superior o universitaria juega un papel determinante.
Ahora bien, hay que entender que antes de abordar el perfil del docente universitario debemos estudiar el problema de la universidad en sus condiciones actuales.
Para Atilio Boron hoy la universidad en América Latina esta constituido en función a los cambios estructurales que le exige el modelo neoliberal; de tal manera que la educación es vista como una mercancía y un servicio al servicio de la lógica del mercado internacional.
Como consecuencia de ello no hay libertad académica en la función docente; lo cual se traduce en escasa investigación, ausencia de creatividad y ningún componente crítico. Por tanto, el perfil del docente universitario va más allá de las competencias, de lo intelectual y lo metodológico es sobre todo que el profesor dirija la enseñanza y facilite el aprendizaje con libertad académica.
BORON, ATILIO: (2005), "La Libertad Académica en América Latina" CLACSO Argentina.
LAZO LÓPEZ, LUIS: (2015), "Hoy hemos dejado de pensar" en 30 MINUTOS Huancayo.
MAS TORELLÓ, ÓSCAR: (2011), "El profesor universitario; sus competencias y formación" en PROFESORADO Barcelona.
Autor:
Lazo López Luis Miguel
ASIGNATURA: Ciencia, Universidad y Desarrollo
DOCENTE: Dra. Dolly M. Pimentel Moscoso