- Evolución sectaria
- En pecado concebidos
- Indiferencia social
- La muerte del delfín: un cataclismo
- La respuesta organizada
- El salvaje se mira en el espejo
- La juventud consciente
- Normas laxas
- Los disidentes
- La figura y el destino del "fundador"
El Sodalitium en crisis
Hay sectas cuyo accionar provoca un profundo daño en la sociedad, lo cual aún no ha sido materia del estudio imprescindible de quienes se jactan de "analistas" y "exégetas" de la realidad social. Por el flagrante desconocimiento del problema sectario en el Perú tenemos la obligación de promover el abordaje de esta problemática entre los periodistas, sociólogos, antropólogos, médicos, psiquiatras, psicólogos, abogados y demás profesionales involucrados y comprometidos con el desarrollo democrático del país y dispuestos a condenar cualquier acto que viole los derechos humanos de toda persona y, en especial, su derecho a la libertad de consciencia.
Este trabajo, producto de múltiples horas de trabajo en Lima, Arequipa y otras partes del país y Latinoamérica pretende cumplir un papel pedagógico al denunciar al Sodalitium Christianae Vitae, grupo fascista por convicción y temperamento, y su cancerosa acción al interior de la sociedad peruana. Puédese discrepar de él, de pronto suscita opiniones violentamente contrarias, pero lo que sí va a ser imposible es ignorarlo.
Pocos meses atrás en El totalitarismo católico en el Perú, tesis que en su edición príncipe incluyó menciones a las baladronadas que acostumbra impulsar el Sodalitium, denunciamos cómo, a partir del Concordato, vínculo internacional no sancionado por ningún Congreso, la Iglesia Católica vive a expensas del no pago de tributos y además de los miles de dólares que sus principales funcionarios se embolsican cada mes, sin trabajar, sin merecerlo y en una constante expoliación del pueblo peruano, que no tiene cuando terminar porque se hace en nombre de una "fe" tradicional y que en realidad ha constituido la continuación de un robo que ya supera los 500 años de permanencia insolente en el país. Este mismo Concordato es el que, amparando a la Iglesia Católica, favorece legalmente el expansionismo sodálite y es el que utiliza esta secta para proteger sus inversiones.
Lea pues, amigo lector, estas procelosas páginas con ojos críticos, compulse fuentes, acuda a testimonios, revise materiales, proponga una refutación científica, orgánica. A una idea se la combate con otra. Al sectarismo difundido por el Sodalitium le denunciamos en la comisión de múltiples actividades que son fácilmente comprobables en diarios y publicaciones. A las sectas hay que enfrentarlas con decisión y valentía indómitas. El fanático sabe que cuando tiene a adversarios de ese jaez sólo tiene una opción: luchar o morir. Y puedo anunciar, sin jactancia, pero premunido de la verdad verdadera, que habemos muchos dispuestos a erradicar la presencia de estos disociadores y su prédica retrógrada, exaltadora de principios antidemocráticos y profundamente racistas.
La importancia de la secta destructiva Sodalitium Christianae Vitae en la vida nacional no puede soslayarse más. Sus desproporcionadas expectativas de crecimiento afectan directamente nuestros derechos constitucionales y humanos y amenazan la integridad de nuestras familias. Hoy, primer aniversario de la muerte de Germán Doig Klinge, Ex-Vicario General del Sodalitium, sale a luz este escrito. En él hacemos una revisión de los acontecimientos acaecidos durante los últimos dos años y avizoramos con optimismo y con convicción detener la agresividad y radicalidad de este grupo fanático que tanto dolor social ha venido causando en el Perú y en varios otros países durante las últimas tres décadas.
Evolución sectaria
En un análisis de la evolución histórica de las sectas se ve que todas siguen un proceso de crecimiento relativamente semejante que se puede sistematizar en tres fases: nacimiento, consolidación y transformación.
En la primera etapa el grupo surge a instancias de un conjunto de circunstancias culturales, sociales y religiosas que generan una cantidad de ansiedades y expectativas insatisfechas en un sector de la población. La pequeña comunidad se agrupa en torno a la figura de un líder que elabora no tanto la doctrina cuanto directivas concretas en orden a obrar e insertarse en el conjunto de la sociedad. En este período la secta está básicamente devorada por su ansia de expansión y utiliza abierta e indiscriminadamente las técnicas de control mental.
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