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La Psicoterapia del comportamiento suicida: Fundamentos


Partes: 1, 2

    1. El Problema
    2. Aspectos preventivos
    3. Psicoterapia. Generalidades
    4. Psicoterapia de la persona en crisis suicida
    5. La crisis suicida infantil

    El Problema

    El suicidio se encuentra entre las 10 principales causas de muerte en la mayoría de los países. Según estimados de la Organización Mundial de la Salud, en el 2020 morirán por suicidio no menos de 1 530 000 seres humanos y por cada uno de ellos lo intentarán entre 15 a 20. Esto representa un suicidio cada 20 segundos y una tentativa de autoeliminación cada 1 a 2 segundos, a pesar de ser una causa de muerte evitable en la mayoría de los casos. Esta causa de muerte supera las ocasionadas por conflictos bélicos y son superiores o comparables a las muertes provocadas por accidentes de tránsito.

    En términos de años de vida perdidos por incapacidad (DALYs – disability-adjusted life years), la OMS atribuye al suicidio 1,8% de las pérdidas de DALYs en todo el mundo en 1998.

    Este impacto fue igual al causado por las guerras y los homicidios y prácticamente el doble del ocasionado por la diabetes.

    Clasificación

    Toda clasificación es un proceso por el cual se reduce la complejidad de los fenómenos, agrupándolos en categorías según los criterios establecidos en relación con determinados fines. Por ejemplo, una primera clasificación de la conducta suicida es aquella que diferencia el suicidio del intento suicida: en este caso se entiende por suicidio, según Durkheim, "Todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto positivo o negativo, realizado por la victima misma, sabiendo ella que debía producir este resultado". Por otro lado, el intento suicida se definiría como "Una conducta que no tiene un desenlace fatal, en la que se incluye cualquier daño auto infligido ejecutado deliberada o cuidadosamente planeado, intentando, mediante esta conducta o sus actuales o futuras consecuencias, inducir ciertos cambios deseados".

    Esta clasificación conlleva necesariamente, a la diferenciación de dos poblaciones de pacientes: los que se suicidan y los que intentan el suicidio. Dentro de este primer grupo, se considera que las personas que cometen suicidio tienen algunas de las siguientes características:

    • Pertenecer al sexo masculino
    • Edad comprendida entre los 35 a 44 años
    • Recurren a métodos mortales como las armas de fuego, la defenestración y el ahorcamiento.
    • Predominio de enfermedades psiquiatritas como el alcoholismo, la dependencia de otras sustancias, los trastornos esquizofrénicos y los trastornos del humor en forma depresiva.

    . Si se trata de individuos jóvenes, puede ser el debut de una esquizofrenia, un trastorno de conducta o una depresión.

    En el segundo grupo, los que intentan el suicidio estarían caracterizados por:

    • Pertenecer al sexo femenino
    • Ser adolescentes o jóvenes
    • Los intentos de suicidio adquieren el significado de llamada de atención, socorro o ayuda y pueden tener un componente impulsivo y ambivalente.
    • Predominio de enfermedades psiquiátricas como los trastornos de la personalidad, la dependencia de sustancias, los trastornos de ansiedad y situacionales.

    Esta clasificación aunque útil, no debe aplicarse dogmáticamente, por tanto, se debe tener presente que ambas conductas suelen sobreponerse. Por ejemplo, 1% de las personas que intentan el suicidio lo consuman en el transcurso del primer año en que se realiza el intento, y entre el 10% y 20% terminan sus vidas por suicidio en algún momento ulterior.

    El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los EE.UU. desarrolló un sistema tripartito para clasificar la conducta suicida, la cual se divide en ideación suicida, intento suicida y suicidio.

    La ideación suicida incluye los pensamientos y planes suicidas, los impulsos suicidas y deseos de morir, calificándose la intención como elevada, media, baja y nula.

    El intento de suicidio al igual que el suicidio, se califican de acuerdo con la intención y el método.

    Esta clasificación hace que aparezca una nueva categoría, la de los individuos con ideación suicida, los cuales admiten tener dichas ideas, representaciones, deseos de terminar con su vida y pueden, o no, hacer planes reales o fantásticos de un acto suicida, diferenciándose de los que intentan el suicidio en que no realizan ningún acto que pudiera resultar en un daño físico.

    Por otro lado, la clasificación de la conducta suicida según el método empleado, se divide en métodos duros o violentos y suaves y no violentos. Con esta clasificación existe la tendencia a considerar los métodos suaves como inocuos o a lo sumo, poco letales, y los métodos duros como mortales, lo cual no refleja la realidad y puede constituirse en un error estratégico que puede conllevar en los profesionales de la salud y personas no familiarizadas en el tratamiento de los sujetos suicidas, a la minimización de los intentos de suicidio realizado con los mal llamados métodos suaves y a la magnificación de los que lo realizan por métodos calificados de violentos. La ingestión de venenos agrícolas es un método suave y ocupa junto al ahorcamiento, los primeros lugares en los suicidios de los países del Tercer Mundo. La inhalación de monóxido de carbono es un método suave y ocupa un lugar predominante entre los elegidos por los suicidas en los países desarrollados.

    Recuerde siempre lo siguiente: ahorcarse, pegarse un tiro en la sien, ingerir altas dosis de fármacos, dejar el motor del automóvil en un garaje cerrado son, simplemente, cuatro modos diferentes de quitarse la vida. No lo olvide.

    Otra clasificación de la conducta suicida es aquella que tiene en cuenta la letalidad del método, la gravedad de las circunstancias y la seriedad de la intención.

    Según esta clasificación los métodos se clasifican en:

    Métodos inocuos son los que no implican peligro para la vida o la salud del sujeto, por ejemplo, ingerir diez tabletas de ácido acetil salicílico o aspirina, o medicamentos sin propiedades tóxicas como los antibióticos, o hacerse excoriaciones superficiales que no requieran sutura

    Los métodos riesgosos no letales incluyen aquellos que sin ser capaces de provocar la muerte, pueden ocasionar síntomas de intoxicación y alteraciones en el funcionamiento del organismo como la ingestión de más de diez tabletas de sustancia tóxica, excoriaciones en la piel o tejido celular subcutáneo sin interesar vasos sanguíneos y que requieran sutura, traumatismos o contusiones de la superficie corporal o ingestiones de cantidades mínimas de una sustancia tóxica (pesticidas, raticidas).

    Los métodos riesgosos potencialmente letales agrupan los que son capaces de provocar la muerte en circunstancias agravantes como el corte de las muñecas que interese vasos sanguíneos y requieran de tratamiento quirúrgico, la ingestión de una sustancia tóxica en cantidad limítrofe con la dosis letal, arrojarse de un segundo piso o frente a un vehículo en movimiento a baja velocidad en una calle de poco tránsito.

    Los métodos letales son los que necesariamente conducen a la muerte sin o mediante la intervención terapéutica oportuna y eficaz. Entre ellos se encuentran el disparo de arma de fuego, el uso de explosivos, la ingestión de una dosis letal de cualquier medicamento o sustancia tóxica, el ahorcamiento, el degollamiento, el corte profundo de antebrazos que interese vasos sanguíneos de ambos antebrazos, las heridas penetrantes en tórax y abdomen que comprometan los pulmones, el hígado o el corazón, arrojarse desde un tercer piso o más, proyectarse frente a un vehículo de motor de rápido movimiento en una avenida de mucho tránsito, arrojarse a un estanque, laguna, río o cualquier corriente de agua sin saber nadar, incinerarse, etc.

    Ya hemos señalado que: cualquier método suicida puede ser mortal. Recuérdelo siempre.

    Con relación a las circunstancias en las que se realiza el acto suicida han sido clasificadas de la siguiente manera:

    1.- Gravedad nula cuando el acto suicida ocurre en circunstancias que de ninguna manera pueden contribuir al suicidio y que de muy frecuentemente impiden que se realice de forma efectiva. Por ejemplo, lugares públicos o en presencia de personas interesadas en impedirlo por el anuncio previo y la disponibilidad inmediata de los medios terapéuticos

    2.-Gravedad baja cuando el acto se realiza en circunstancias que usualmente contribuyen a la consumación del suicidio, aunque existen posibilidades de evitarlo. El acto suicida se realiza en ausencia de familiares, amigos o personas interesadas en impedirlo, pero es perpetrado frente a desconocidos, con posibilidades que lleguen al lugar y lo encuentren o le descubran en breve plazo. Se consideran como tales aquellos actos suicidas que se realizan bajo los efectos del alcohol y los que intentan suicidarse en ausencia de los seres queridos pero recurren a ellos inmediatamente que el método comienza a surtir sus efectos.

    3.- Gravedad alta cuando todas las circunstancias favorecen siempre y de manera significativa la consumación del suicidio, como realizar el acto suicida en un lugar solitario con muy pocas posibilidades de ser descubierto o sin disponibilidad de medios de comunicación o asistencia médica inmediata.

    En relación a esta clasificación, la práctica ha demostrado que no es confiable, ya que se continúan reportando suicidios en pacientes hospitalizados en instituciones psiquiátricas, en las que supuestamente, existen las condiciones idóneas para impedirlo. Por otra parte han ocurrido intentos de suicidio y suicidios consumados ante las cámaras de televisión y una buena cantidad de observadores in situ y a distancia.

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