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Estrategia para mejorar el comportamiento reproductivo de cochinatas en Cuba (página 2)


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En ciertos estudios sobre cerdas nulíparas, se ha observado que los cambios, en un plazo relativamente corto, en la ingesta de alimento por parte de las hembras, están asociados a variaciones metabólicas que afectan al eje reproductivo, en ausencia de unos cambios más importante en la composición corporal (l'Anson et al., 1991; Booth et al., 1994).Siete días de una restricción alimenticia inhibe casi por completo la secreción de la hormona luteneizante (LH) Aunque el retorno a la alimentación ad libitum da lugar a una inmediata recuperación en la secreción episódica de la LH, se necesitarán siete días de re-alimentación para restaurar el desarrollo folicular ovárico.Se han llevado a cabo estudios similares sobre los efectos de la nutrición sobre la reproducción, en cerdas nulíparas cíclicas, (Britt et al., 1988) fueron los primeros que desarrollaron cuidadosamente un modelo experimental para estudiar las interacciones entre nutrición y reproducción. Estos autores estudiaron la supresión de la actividad cíclica y los cambios endocrinos asociados en cerdas nulíparas sometidas a una restricción alimentaria crónica, animales a los que luego se realimentó, permitiéndoles, así, volver a la actividad cíclica normal. A partir de los resultados obtenidos en esta experiencia, los investigadores evidenciaron el papel clave que tienen los factores metabólicos, como mediadores de los efectos nutricionales, sobre la secreción de la gonadotropina y sobre la respuesta ovárica. Subsecuentemente, (Cox, 1997 et al) utilizaron cerdas nulíparas cíclicas tratadas con progestágenos así como cerdas diabéticas como modelos experimentales excelentes, para, en ellas, describir la importancia de la insulina como reguladora de la función ovárica.

Almeida et al (2000) establecieron, el impacto negativo de una restricción alimenticia moderada durante la segunda mitad de la fase luteal de ciclo sobre la supervivencia embrionaria en cerdas nulíparas. Estos efectos no afectaban, en modo alguno, a los niveles de ovulación, lo que parecía demostrar que el período de re-alimentación iniciado el día 16 del ciclo y concluido cuando aparecía el celo, provocaba un efecto "flushing" suficiente para que las cerdas alcanzaran unos niveles de ovulación similares a los observados en sus compañeras de camada a las que no se las restringió el alimento, que constituían el grupo control en esta experiencia.

Desde un punto de vista práctico, los trabajos realizados con restricción alimenticia a corto plazo y re-alimentación han demostrado que:Algunas de las respuestas a la ingesta de alimento y al estado metabólico pueden ser muy rápidas. Pueden aparecer importantes efectos sobre la función reproductiva a las pocas horas del inicio de los cambios en el manejo nutricional.También existen mecanismos que actúan a más largo plazo, lo cuales pueden ser particularmente importantes para determinar los efectos, dependientes del ovario, sobre la supervivencia embrionaria Debemos tener en cuenta ambas respuestas para diseñar una estrategia de utilización de una elevada ingesta de alimento (flushing alimenticio) para maximizar los niveles de ovulación y el tamaño de la camada. Las cerdas nulíparas deben recibir un flushing alimenticio desde, al menos, diez días entes de ser cubiertas, con el fin de maximizar el tamaño de la camada.

Se han realizado experimento para probar los efectos que tiene utilización de mieles de caña de azúcar o maíz como fuentes de energía para cochinatas en crecimiento y su influencia sobre el primer tercio de gestación y se llego a la conclusión de que no se observaron cambios negativos en los rasgos de la canal, al utilizar las dietas de mieles en comparación con el maíz sin embargo en nuestras condiciones se sugiere utilizar la miel B en sustitución del maíz, como fuente energética de la dieta para el crecimiento de las cochinatas.

Falta la opinión de la ciclicidad en Cuba

Ubicación de las cerdas cíclicas

Homogeneizar lotes de nulíparas según la época de salida a cebo proporciona las mayores ventajas para: 

  • El desarrollo de un adecuado programa de sincronización de nulíparas asegurará de que se han localizado las cerdas susceptibles de cubrir.

  • El uso de técnicas que incrementen la fertilidad y el tamaño de las nulíparas cubiertas.

  • Logrando estos dos objetivos conseguiremos cubrir cerdas de alrededor de 125Kg y 15mm o más de grasa dorsal.(Aherne, 1996; Aherne et al., 1998).

Es importante no llevar a cabo prácticas de manejo que eviten todo esto. Por ejemplo, mezclar cerdas nulíparas en grupos extraños o trasladar dichas cerdas a unos alojamientos nuevos poco de después de la cubrición. Ello daría lugar a interacciones agresivas, a situaciones de estres y a una caída drástica de la ingesta de alimentos en el momento menos oportuno.

Debemos tener muy en cuenta dos aspectos fundamentales:

Primero, que una ingesta de alimento inapropiada en las primeras etapas de la gestación puede tener efectos negativos sobre el desarrollo embrionario precoz.

Segundo, que una parte crítica del manejo nutricional durante la gestación consiste en administrar a la cerda nulípara o a la cerda adulta un tipo de alimentación que proporcione los elevados niveles de nutrientes que la hembra necesitará durante la lactación, evitando la necesidad de movilizar una excesiva cantidad de tejido corporal. Los estudios llevados a cabo por Jindal et al. (1996, 1997) confirman que se indicaba que unas elevadas ingestas de alimento inmediatamente después de la cubrición en cerdas nulíparas, daba lugar a una disminución significativa en los niveles de supervivencia embrionaria. Además, este efecto nutricional puede ser progesterona-dependiente (Foxcroft, 1997). 

La estrategia nutricional general que debemos aplicar durante el resto de la gestación, debe proporcionar los nutrientes suficientes para conseguir un aumento de al menos 30-40 kg de peso corporal y de 5-8 mm en el espesor de la capa de tocino dorsal, diseñando esta estrategia alimenticia de acuerdo con el grado de madurez de la cerda y con su peso corporal en el momento del parto (Aherne, 1996). Asumiendo que las cerdas nulíparas tienen un peso aproximado de 135 kg en el momento de la cubrición, las ganancias de peso durante la gestación asegurarán que la cerdas, en su primera paridad, alcanzarán un peso de alrededor de 175 kg en el momento del parto. Esta ganancia controlada de peso corporal, puede ser crítica para la fertilidad subsecuente, como parece desprenderse de ciertas experiencias recientes llevadas a cabo para estudiar los efectos del catabolismo del tejido magro en cerdas en su primera paridad, con diferentes niveles de tejido magro en el momento del parto, sobre la producción láctea y sobre la función reproductiva en general (Clones, 2001). Los resultados obtenidos en estas experiencias parecen demostrar la hipótesis de que el aumento de la masa corporal protege a las cerdas contra los efectos del catabolismo tisular. Por ello, aunque una excesiva sobre-alimentación durante la gestación ha demostrado tener un impacto negativo sobre la ingesta voluntaria de alimento durante la lactación, debemos realizar los esfuerzos necesarios para conseguir que las cerdas tengan un mínimo de magro en el parto, alimentando a las cerdas nulíparas de acuerdo con su peso corporal en el momento de la cubrición.

Conclusiones

El manejo adecuado de los grupos de cerdas nulíparas juega un papel crítico sobre la productividad en la granja de reproducción. Ello requiere un cuidado especial para mejorar este parámetro en nuestros sistemas de producción. La calidad de las cerdas nulíparas que entran en la explotación reproductiva, puede mejorarse mediante un manejo cuidadoso en la estrategia de reposición de hembras desde sus edades más tempranas, especialmente en lo que se refiere al diseño de las instalaciones donde se ubicarán las cerdas. Esto permitirá el control de la nutrición y del crecimiento de las cerdas, evitando grandes diferencias entre ellas, en lo referente al tamaño corporal, lo que dificultaría mucho el manejo del grupo de hembras durante las etapas de gestación y lactación.En el momento actual, las causas más cotidianas de eliminación de cerdas en el momento de su entrada en la explotación, son el exceso o la deficiencia extrema del peso corporal de los animales en ese momento. Una adecuada estrategia de manejo en las hembras desde su más temprana edad permitirá, también, llevar a cabo una selección de la misma desde el punto de vista de su capacidad reproductiva (que alcancen su primer celo a una edad aceptable y que demuestren la consistencia de su primer estro). 

Una vez controlados los aspectos de acondicionamiento y selección de las cerdas tras su entrada en la granja, el manejo de las nulíparas antes de la cubrición y el control de los parámetros alimenticios antes y después de dicha cubrición, nos asegurarán unos niveles máximos de concepción y unos deseables tamaños de las camadas. A pesar de que para a adoptar estas técnicas de manejo tendremos, muchas veces, que modificar las instalaciones existentes y aumentar la mano de obra, las ventajas que conseguiremos en lo que se refiere a la estabilidad de los grupos de hembras y a la facilidad de alcanzar los objetivos reproductivos previstos, compensarán largamente estos esfuerzos.Mejorar el manejo del lote de reposición es un componente esencial de optimizar el manejo de las cubriciones de la granja. Los sistemas de manejo existentes no implican una ventaja en las técnicas de estimulación a la pubertad ni medios de identificar las cerdas más fértiles, ni implican incrementar el manejo precubrición de las nulíparas que acumulan días no productivos. La atención al manejo de las cerdas de reposición podrán incrementar el rendimiento durante toda la vida productiva de la granja.

Referencias bibliográficas

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Autor:

DMV. Dayami Rodríguez Companioni

Instituto de Investigaciones Porcinas

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