El cauce del río Orinoco del presente es el producto de una serie de procesos geomorfológicos complejos, difíciles de ser verificados, tales como: levantamientos de cadenas montañosas que hicieron las veces de barreras que desviaron el curso de un antiguo río caudaloso (Preorinoco), que desembocaba en el mar Caribe. También el actual Orinoco fue objeto de una serie de capturas encadenadas, que favorecieron que el antiguo río terminara desviándose hacia el este, hasta desembocar en el Atlántico. Una de las evidencias que atestiguan que este río posiblemente desembocaba en el Caribe son los fósiles encontrados en el estado Falcón, restos de animales propios de los ambientes fluviales de la Amazonia.
La curiosidad y el libre albedrío del individuo carecen de límites a la hora de averiguar la naturaleza de los fenómenos naturales acaecidos muy distantes tanto en el tiempo como en el espacio. Pues la curiosidad es una virtud tan natural que comienza por ser una cosa tan simple como el hecho de escudriñar cada mañana los cielos con el solo fin de pronosticar si irá a llover o no. Las indagaciones sobre el pasado geomorfológico de un lugar determinado quizás no tengan mayor importancia para muchas personas. Sin embargo, los sucesos de un pasado remoto afectan enormemente el presente de las comunidades humanas.
El presente artículo no persigue clausurar las ideas sobre la evolución del recorrido del río Orinoco, el propósito es el de presentar algunas variantes a algunas de las teorías más modernas sobre su historia, lo cual enriquece y, a su vez, complica la explicación del proceso evolutivo. Lo complicado del proceso de formación de la actual cuenca orinoquense, donde una serie de subcuencas se conectaron como los eslabones de una cadena, hace pensar a científicos como el Dr. Galo Yánez (comunicación personal), que aquellos supuestos ríos del pasado formaban parte de una realidad distinta a la del presente; por lo cual, a ninguno se le debe llamar "Orinoco". En sí, el estudio aquí presentado puede ser sólo un punto de vista muy personal o una especulación más sobre hechos del pasado bastante difícil de ser ratificados.
Una de las evidencias más contundentes que apoya la idea de que el río Orinoco o Preorinoco drenaba hacia el noroeste y desembocaba en el mar Caribe, es el yacimiento de restos fósiles de múltiples especies encontradas en la zona de Urumaco, estado Falcón. Dentro de esas especies de animales se encontraron restos de toninas o delfines de agua dulce; restos del bagre conocido como cajaro; y caparazones de un antepasado de la tortuga matamata (Prof. Omar Linares, comentario en documental de CORAVEN). Todas estas especies han sido propias de la Amazonia, y de no ser llevadas hasta Urumaco por el Preorinoco, a lo mejor se trató de otro río caudaloso que drenaba sobre la región ocupada hoy en día por la depresión del lago de Maracaibo. Posteriormente, ese antiguo río pudo haber sido capturado por el mismo Preorinoco, el que quizás desembocaba más hacia el este en pleno mar Caribe.
La causa más importante que se le atribuye al desvío del Preorinoco es la más evidente de todas: el levantamiento del sistema montañoso andino-costero. La duda se presenta cuando se piensa en que los levantamientos no necesariamente desvían los cursos de los ríos. Si eso fuera radicalmente así, entonces no se formarían los llamados ríos antecedentes (Plummer, 1996), los cuales permanecen sobre su misma ruta a pesar de las deformaciones que se produzcan en el terreno, ya sea mediante la formación de pilares (horst) o de pliegues, creándose allí una abertura o watergap. Para que un río sea desviado por una deformación cortical, ésta deberá ser demasiado rápida o violenta, lo cual no es muy usual en la naturaleza.
Observando el croquis adjunto, más o menos paralelos al antiguo Orinoco, otros grandes ríos drenaban y desembocaban también en el Caribe. Tal es el caso del río Caura. El río Caroní quizás drenaba hacia el océano Atlántico. Al abandonar sus recorridos por el Escudo Guayanés, las aguas de estos ríos discurrían por sobre una extensa llanura costera emergida desde el fondo del mar (Oligoceno?). Después del Eoceno, una vez que las aguas del mar se retiraron, los ríos del escudo lograron extenderse hacia el norte. Para entonces, el borde septentrional de la Placa Suramericana aún no había comenzado a activarse. Pero una vez convertido ese contacto en una zona de subducción (Oligoceno?), los esfuerzos de las placas involucradas comenzaron a deformar la corteza generando las cadenas montañosas del sistema de la Costa.
Si el Orinoco y los ríos circunvecinos se mantuvieron al principio a manera de ríos antecedentes, la otra causa que pudo haberlos desviado hacia el noreste pudo haber sido la piratería escalonada (lo que no tiene nada que ver con los legendarios saqueadores ingleses de los mares). Dichas llanuras estaban conformadas por rellenos sedimentarios. Parte de estos rellenos poseían seguramente estratos de materiales blandos, orientados de oeste a este, lo que favorecía el desarrollo de ríos subsecuentes (Strahler, 1981), cuyas cabeceras tendían al retroceso. En consecuencia, las condiciones se hicieron propicias para la ocurrencia de capturas o piraterías llevadas a efecto por parte de los ríos tributarios que drenaban por dicha llanura. Estas capturas quizás fueron animadas por un basculamiento que se hizo sentir desde el este hacia el oeste, debido a la mayor intensidad de la orogénesis que se producía sobre la cordillera andina. Es posible entonces que uno de los tributarios del río Caroní haya capturado al río Caura; y, a su vez, uno de los tributarios del Caura haya retrocedido hasta atrapar al río Orinoco. Pensando en términos de la escala geológica, más bien no hace tanto tiempo desde que posiblemente el Orinoco dejó de desembocar en el Caribe, puesto que según lo señalado por el Prof. Linares, una especie de cocodrilo encontrada en Urumaco corresponde a una edad de unos 11 millones de años. Quiere decir entonces que el levantamiento de las cordilleras se hizo más patente a lo largo del Mioceno. En aquel entonces no necesariamente el cauce del Orinoco drenaba, como hoy en día, justo sobre el contacto entre el escudo y Los Llanos. No fue sino hasta más tarde (finales del Plioceno), cuando el exceso de sedimentos provenientes principalmente de la erosión de las nuevas cadenas montañosas, se encargó de arrimar el cauce del río hasta el lugar en donde se le encuentra en el presente.
De acuerdo con una de las hipótesis planteadas por Perfetti y Herrero (1985), el río Orinoco capturó gran parte de lo que hoy en día es su cuenca alta, en las proximidades de San Fernando de Atabapo. Dichos autores señalan que, antes de dicha captura, las aguas del alto Orinoco y del Ventuari drenaban hacia el sur por el mismo brazo del Casiquiare. El autor de estas líneas sugiere que, posiblemente, el peso de la potente sedimentación ocurrida en Los Llanos fue el responsable de crear fracturas escalonadas, como las localizadas en Atures, cerca de Puerto Ayacucho, para que, en consecuencia, el gradiente del Orinoco se incrementara y se acelerara el retroceso de sus cabeceras.
Lo complicado del proceso de formación de la actual cuenca orinoquense, donde una serie de subcuencas se conectaron como los eslabones de una cadena, hace pensar a científicos como el Dr. Galo Yánez (comunicación personal), que aquellos supuestos ríos del pasado formaban parte de una realidad distinta a la del presente; por lo cual, a ninguno se le debe llamar "Orinoco".
CORAVEN, C.A. (sin fecha). Urumaco: las huellas del tiempo. Video de la serie Expedición. Vol.V. Videorama Stereo, Caracas.
Perfetti, J. y Herrero, J. 1985. Proposición sobre la hidrografía del río Orinoco y brazo Casiquiare. Revista Geominas, Boletín de la Escuela de Geología y Minas de la U.D.O. Pág. 25-40. Ciudad Bolívar.
Plummer, Ch. y McGeary, D. 1996. Physical Geology. 7th Edition. Brown Publishers. Dubuque (USA). 553 p.
Strahler, A. 1981. Geografía Física. Ed. Omega, 5ta edición. Barcelona, 767 p.
Zinck, A. 1977. Ríos de Venezuela. Cuadernos Lagoven. Cromotip, Caracas. 62 p.
Jesús E. Santiago