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Ernesto Laclau y El análisis político de discurso (página 2)

Enviado por Carolina Bracco


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Categorías de análisis: discurso, hegemonía y antagonismo social

Si partimos de la base –propuesta por el APD- de que toda práctica social se encuentra estructurada en un sistema de significación, entonces no hay nada en la vida social que no sea discursivo.

El discurso es la totalidad que integra el lenguaje hablado y los actos de sentido a los que está ligado. Es así que la categoría discurso se refiere a la estructuración misma del discurso social. Lo exterior al discurso es constitutivo al discurso. Lo exterior a lo social es constitutivo de lo social.

El discurso es co-extensivo con lo social, inscribe las identidades sociales "como posiciones diferenciales dentro de un horizonte de significado y acción, sin fundamento"

El discurso es una "totalidad relacional" de secuencias de significantes. Las relaciones e identidades al interior de un discurso son necesarias, están condicionadas las unas con las otras. Así, la formación de un discurso es siempre resultado de una serie de articulaciones.

Una articulación es "cualquier práctica que establezca relaciones entre elementos de manera que sus identidades sean modificadas como resultado de la práctica articulatoria"

La articulación es una práctica y una estructura discursiva, una fijación parcial de sentido, que construye y organiza las relaciones sociales. Estas fijaciones parciales son necesarias porque -dada la imposibilidad de fijación última de sentido- sin ellas el flujo mismo de las diferencias sería imposible.

Toda identidad significativa está sometida a dos lógicas distintas: la lógica de la diferencia y la lógica de la equivalencia. Es por ello que la sistematicidad del sistema es imposible. El sistema, en tanto tal, es imposible. La única condición de su posibilidad es la representación de ese objeto imposible a partir de una relación hegemónica.

Una práctica se convierte en hegemónica cuando logra subvertir las prácticas opositoras que compiten con ella por la articulación de lo social. Cuanto más abierto es lo social, más espacio encuentra la dimensión hegemónica.

Así, se define a la hegemonía como aquel intento de extender un conjunto relativamente unificado de discursos, como el horizonte dominante de lo social, a partir de la articulación de elementos –diferencias no articuladas discursivamente- en momentos parcialmente fijados, en un contexto atravesado por fuerzas antagónicas.

El antagonismo social se evidencia cuando el "otro", su presencia, me impide ser yo mismo. Implica la exclusión de identidades sociales cuya identidad diferencial se "pierde" en las cadenas de equivalencia.

Es la experiencia del límite de lo social, evidencia la imposibilidad de lo social al introducir la negatividad radical que implica la subversión de la identidad social. Esta negatividad radical es la que provee la posibilidad a las fuerzas hegemónicas de desplazar la no-sutura de lo social a su exterior constitutivo y substitutivo, la que es vivenciada como el enemigo responsable de todo mal.

En otras palabras, "…la negatividad radical introducida por el antagonismo social es también lo que en última instancia impide que lo social sea recompuesto en una totalidad cerrada y centrada"

Por qué los significantes vacíos son importantes para la política

"Un significante vacío –comienza diciendo Ernesto Laclau- es, en sentido estricto del término, un significante sin significado".

Lo que hay detrás de esta frase, es -si tenemos en cuenta lo que hemos venido desarrollando más arriba- la respuesta a la pregunta que da nombre al artículo que la enuncia.

Los significantes vacíos son importantes para la política porque, al encontrarse ellos vacíos de todo significado, dan lugar a la construcción de estructuras hegemónicas. Son, por ello, condición de posibilidad –y, a la vez, de imposibilidad- de la sociedad.

Es así que la presencia de significantes vacíos es la condición misma de la hegemonía ya que hegemonizar significa, justamente, llenar ese vacío que genera la imposibilidad constitutiva de la sociedad. Y esto no es más –ni menos- que aquello hace viable la existencia de la política.

Veamos un poco el recorrido que lleva de nuestra primera frase a esta afirmación, deteniéndonos en aquellas puntualizaciones que serán útiles para el estudio del análisis político del discurso sionista.

Un significante vacío existe en tanto en tanto se encuentra habitado por una imposibilidad estructural, siempre y cuando dicha imposibilidad "sólo puede significarse a sí misma como una interrupción (subversión, distorsión, etc.) de la estructura del signo.

Es decir, que los límites de la significación sólo pueden anunciarse a sí mismos como imposibilidad de realizar aquello que está en el interior de esos límites –si los límites pudieran significarse de modo directo ellos serían límites internos a la significación, ergo no serían límites en absoluto"

Los límites del sistema, por tanto, constituyen la condición de posibilidad y de imposibilidad de un sistema significativo. Los límites de una exclusión son siempre antagónicos y sus efectos se extienden hacia ambos lados del límite. Todo aquello que se encuentra más allá de la frontera de exclusión del sistema se reduce a pura negatividad. Es, por tanto, una exclusión radical.

Aquello que se encentra excluido del sistema lo funda, a su vez, yendo más allá de las diferencias positivas que lo constituyen mostrándolas como expresiones equivalentes del principio de positividad.

Esta cancelación de toda posible diferencia, junto con la identificación de todo lo que se encuentra más allá de la frontera de exclusión sea reducido a pura negatividad, es lo que anuncia la posibilidad de un significante vacío.

Consideraciones finales

De un lado de la frontera de exclusión, las diferencias se disuelven en sistemas de equivalencias logrando así que el sistema pueda significase en su totalidad. Del otro, la pura amenaza al sistema, la pura negatividad que, a la vez, es constitutiva al sistema.

Y de este modo volvemos a la falta constitutiva, a la imposibilidad del sistema que debe ser significado a partir de un significante vacío. De allí la relación entre significantes vacíos y política. Ya que de ello se trata la relación hegemónica que mencionábamos anteriormente, a partir de la cual un contenido "x" pasa a ser significante de la plenitud comunitaria ausente. La comunidad creada en torno a este significante vacío –y su expansión equivalencial- será la pura idea de una plenitud comunitaria.

Así, explica Laclau, en una situación de desorden radical, dónde lo que está ausente es el "orden"-por ejemplo- éste pasa a ser un significante vacío, el significante de esa falta, de esa ausencia. Hegemonizar es entonces, llenar ese vacío, completar esa falta, de manera inestable y ambigüa.

 

Carolina Bracco

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