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Trastorno por estrés post-traumático (TEPT) y sus “curas”…

Enviado por Felix Larocca


  1. Manifestaciones
  2. El rol incierto de los llamados "consejeros de trauma"
  3. En Resumen
  4. Bibliografía

Tras ser víctima de una catástrofe, adultos y niños pueden desarrollar un disturbio de ansiedad conocido como trastorno por estrés post-traumático (TEPT).

Se trata de un problema psicológico que resulta de ser víctima, testigo, o estar cerca de un suceso traumático muy intenso (generalmente con riesgo de muerte) que produce una respuesta de temor penetrante.

En el caso del niño la respuesta depende de su estado de desarrollo, de la dimensión de destrucción y muerte que hayan presenciado durante y después de la catástrofe, y de la cercanía de la tragedia a su familia. También impacta más si un amigo o conocido ha muerto o ha sido herido seriamente y si ha habido daños importantes en su colegio o en su casa. (Véase mi artículo: La autoestima, la dignidad, el auto-respeto y lo que arruinamos cuando los comprometemos… en Psikis y monografías.com).

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Londres, julio 7 del 2005

Pero hay "traumas" y traumas

La diferencia está contenida en la historia sórdida que trazaran en Norteamérica los "consejeros de trauma", quienes, hace unos años se armaron con muñecos que apodaran "anatómicamente explícitos". Y con ellos someterían a niños muy jóvenes a la exploración de "traumas" sexuales que éstos, supuestamente habían sufrido a manos de sus padres y maestros.

Con ello arruinaron muchas vidas, destruyeron muchos inocentes y devastaron muchas reputaciones. (Véase mi ponencia: La reacción y la secuela postraumática).

Manifestaciones

Frecuentemente, las personas que sufren de TEPT tienen recuerdos persistentes y pensamientos aterradores de su experiencia y se sienten emocionalmente paralizadas, e indefensos especialmente con personas allegadas. El TEPT (conocido antiguamente como "shell shock" o "fatiga de batalla") fue traído a la atención pública por los veteranos de Vietnam, pero puede ser el resultado de otros incidentes traumáticos, que incluyen secuestro, violación, graves accidentes como choques de trenes o caídas de aviones. Como asimismo lo son desastres naturales como inundaciones o sismos, ataques violentos tales como asaltos, raptos o tortura.

Lo esencial es que el evento que desata este trastorno sea algo que amenace la vida de esa persona o la vida de alguien cercano a ella, entre otras. En casos severos, los afectados pueden tener dificultad para trabajar, estudiar o para socializar. Los síntomas pueden ser peores si el evento que los ocasiona fue obra de una persona, como en el caso de violación o acto terrorista, a comparación de uno natural como es una inundación, por ejemplo la tragedia del maremoto o sutnami de Laos. Es igualmente peor donde la demanda psicológica fue mayor y es sumamente importante por las posibles secuelas de indefensión.

Luego que se establece el TEPT los eventos ordinarios pueden traer el trauma a la mente e iniciar recuerdos retrospectivos o imágenes intrusas. Un recuerdo retrospectivo puede hacer que la persona pierda contacto con la realidad y vuelva a vivir y revivir el evento durante un período de unos segundos o por horas o, muy raramente, por días. Muchos, en esta fase, abusan alcohol o drogas prescritas o no, para mitigar la angustia.

Aquí debemos de recordar las reacciones de aniversario, en otras ponencias discutidas, como más arriba indicáramos).

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Una persona que tiene recuerdos retrospectivos que pueden presentarse en forma de imágenes, sonidos, olores o sensaciones, generalmente cree que el evento traumático está repitiéndose… Un ejemplo de esto es el de las imágenes apocalípticas de aviones explotando contra edificios, personas lanzándose a su muerte desde rascacielos, así como las noticias de guerra que son pesadillas que asustan igualmente a adultos y a niños.

Este tipo de catástrofe, igual que otras como un terremoto, huracán, incendio y actos de violencia o de terrorismo puede afectar a cualquier familia de forma cercana o a distancia. Los padres de niños que hayan sufrido una calamidad o que hayan presenciado algún acto violento deben estar alerta ante posibles cambios en el comportamiento del niño, como rechazo a volver al colegio, alteración del sueño o pérdida de concentración — no confundiéndolo con diversos cuadros clínicos descriptos anteriormente.

Ambos investigadores: John Bowlby durante los bombardeos de la Luftwaffe en Londres y Mara Selvini-Palazzoli en Milán apreciaron los efectos causantes del trauma bélico en la juventud. Bowlby en los trastornos del apego y la separación y Selvini-Palazzoli en la Anorexia. (Véanse: Attachment and Loss por J. Bowlby y Self Starvation por M. Selvini-Palazzoli).

Los antropólogos culturales por todas partes del mundo han estudiado el duelo del ser humano con todas sus características únicas y especiales — ya que se toma como hecho establecido que miembros de otras especies se muestran asimismo acongojados en la presencia de la pérdida de un ser querido.

En su artículo, Mourning and Melancholy (1915), Freud establece las diferencias existentes entre el duelo normal y la melancolía como manifestación depresiva y de pérdida narcisista. Distinción que algunos aplican cuando se refieren al duelo prolongado como "el duelo patológico". Donde los aspectos vegetativos como el insomnio y los psicosomáticos priman.

En mis varios artículos acerca del Apego y Pérdida en el ser humano, en todas las edades, hemos hecho hincapié y descrito las varias etapas de este fenómeno, incluyendo los trabajos de Bowlby y de Kübler-Ross en el proceso del duelo asociado con la muerte. (Véanse las ponencias respectivas).

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Muñecos anatómicamente correctos…

Aquí cabe una descripción concisa de lo qué es el duelo patológico

En líneas muy generales podemos decir que el proceso de duelo oscila entre dos meses y un año, un período superior de tiempo ya sería considerado como duelo patológico.

Éste suele caracterizarse por las siguientes manifestaciones:

  • Sentirse inútil y desamparado tras la pérdida del ser querido.

  • Sentirse culpable por la herencia o beneficios recibidos de la persona fallecida.

  • Tener pensamientos obsesivos con la muerte, y sentir deseos de morir.

  • Tener experiencias alucinatorias con el fallecido, como sentir su voz o incluso ver su imagen (aunque sea de manera fugaz).

  • Aferrarse a la idea de que la persona fallecida aún permanece entre los vivos de forma permanente, negando la realidad o no queriendo aceptar la idea de que el ser querido ha muerto.

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Consejeros de trauma en Laos

Tristemente existen personas con tendencia a culpabilizarse inconscientemente y que reaccionan ante la pérdida con auto-reproches injustificados. En estos casos el duelo patológico puede prolongarse durante años, e incluso no llegar a concluir.

El duelo patológico postergado puede considerarse un equivalente de depresivo y debe de ser tratado como si tal fuese.

El rol incierto de los llamados "consejeros de trauma"

En el principio, se creyó que la intervención temprana de profesionales de las ciencias del comportamiento humano asistiría a los circunstantes a disminuir los efectos psicológicos del trauma de la separación y muerte, pero investigaciones recientes han demostrado que no solamente no fue así, sino que tuvieron el efecto paradójico de hacer que las cosas empeoraran en un número apreciable de los casos. Concluyendo que el proceso natural de reducir el impacto a solas, o rodeados de seres cercanos, es preferible, a menos que no existan indicaciones contrarias.

Aquí describimos en qué consiste el entrenamiento básico de estos consejeros:

Los consejeros de trauma son profesionales de salud mental certificados que han tenido entrenamiento religioso, de terapia y/o teológico extenso. Un consejero pastoral certificado típicamente tiene:

  • Un título de licenciatura de un colegio o una universidad acreditada

  • Un título de tres años de práctica supervisada

  • Un título de maestría especializado en el campo de salud mental

Los consejeros de trauma también tienen una cantidad significativa de entrenamiento clínico. Esto incluye al menos 1,375 horas de experiencia clínica supervisada (en terapia individual, grupal, matrimonial y familiar) y 250 horas de supervisión directa aprobada en crisis y situaciones a largo plazo.

Al igual que otros profesionales de salud mental, los consejeros pastorales trabajan con una variedad de temas, dependiendo de su entrenamiento y formación. Pueden especializarse en terapia matrimonial y familiar, adicción, pena, y otros temas, incluyendo enfermedades mentales serias. Además de la asesoría a corto y largo plazo, pueden proporcionar programas educativos en preparación para el matrimonio, adaptación al divorcio y enfrentar la pérdida y la pena.

Sabemos que el matrimonio, puede percibirse como traumático en situaciones especiales.

En muchos casos, psiquiatras y médicos generales recetan a las víctimas del duelo medicinas antidepresivas, lo que es totalmente inapropiado. (Véase: Mourning Sex por P. Phelan).

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Vudú

En Resumen

El duelo y la reacción del estrés post-traumático son partes esenciales de la vida. Y, como la muerte misma, debe de ser considerada como otra condición para ser reducida utilizando los instrumentos de homeostasis con los cuales casi todos fuéramos dotados al nacer.

La riqueza de los aspectos del ser humano para enfrentar las vicisitudes de la vida con sus realidades y sus traumas es muy amplia; para soterrarlas bajo condiciones de rutina establecida o con la ayuda — a veces inoportuna e intrusiva — de seres extraños.

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Caído. Víctima de un desgobierno…

Los haitianos, echan fiestas cuando alguien muere — para ellos significa no más corte de caña en los infiernos que se llaman ingenios dominicanos.

Sin embargo, también lamentan el nacimiento de un niño, por razones obvias.

Sus brujos, en el vudú, adoran el dios de los cementerios (Papa Cimetière) a quien le adscriben poderes extraordinarios sobre el destino de los vivos. Ellos no interfieren "explicando" el dolor — porque explicación no requiere.

Está claro que el duelo normal no debe de ser "auxiliado", por profesionales, como rutina y que casi todo trauma se resuelve por sí sólo sin intervención alguna.

Bibliografía

Suministrada por solicitud.

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca