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La Alimentación y la Energía (página 2)

Enviado por Ali Van


Partes: 1, 2

Garbanzo

363

Cacahuates tostados

565

Pollo

169

Carne de Vaca

243

Carne de Cerdo

215

La economía de mercado y sus organismos financieros promotores de la globalización[3]tienen una manera muy peculiar de medir la "pobreza" refiriendo los alimentos consumidos en un hogar a la variable dinero y como en sus sociedades gastan más dinero son "ricos".

Mientras que las economías rurales son "pobres" y subdesarrollados, pero eso no es lo peor, la parte más cruel del asunto es que los "investigadores" de las Universidades más famosas del Tercer Mundo, el mundo subdesarrollado, lo creen a pie juntillas y nos dictan conferencias al respecto. El dinero no es una buena unidad de medida para la mayoría de los procesos de la naturaleza en donde el ser humano está incluido, pues causa muchas distorsiones como lo demostraré enseguida.

La alimentación de subsistencia de los seres humanos primitivos y la de los hombres y mujeres actuales ha variado poco, pues las necesidades internas se han mantenido casi constantes, mientras las condiciones externas han variado enormemente, por un lado el hombre primitivo gastaba grandes cantidades de energía interna para conseguir su alimento, el cual podía ser poco variado, mientras los hombres actuales, gastamos poca energía interna, para obtener nuestro alimento y podemos obtener mayor variedad de ellos.

De alguna manera las necesidades de alimento en los seres humanos dependen de variables internas que tienen que ver con su metabolismo[4]y, en promedio, cambian poco con las condiciones económicas. Podemos tener dinero para comprar varias raciones de alimento, pero nuestra salud puede verse afectada si nos dejamos llevar por la voracidad.

Sin importar nuestra condición económica los seres humanos comemos aproximadamente las mismas cantidades de vitaminas, proteínas, minerales, grasas, azucares, etc., que las podemos obtener de una gran variedad de alimentos que pueden variar enormemente de una cultura a otra. Los mexicanos por ejemplo, somos los hombres de maíz, por ser éste nuestro principal alimento.

¿Bueno, entonces, por qué varía tanto el costo en dinero gastado para alimentación de un país desarrollado a uno subdesarrollado?

Ver la tabla siguiente:

Porcentaje del Gasto anual destinado a la Alimentación en los Hogares

 

 

 

País

Gasto de los Hogares por habitante

Gasto destinado a alimentación

Gasto en Alimento

 

USD*

%

USD*

Tanzania

375

67

251

Madagascar

608

61

371

Tayikistán

660

48

317

Líbano

6,135

31

1,902

Hong Kong

12,468

10

1,247

Japón

13,568

12

1,628

Dinamarca

16,385

16

2,622

Estados Unidos

21,515

13

2,797

* USD paritario

Un ser humano de EEUU gasta más de 11 veces que un ser humano de Tanzania, ¿podrá vivir un ser humano comiendo once veces menos que un norteamericano? Es decir, casi alimentado por aire, dadas las desproporciones. Y no necesite ir tan lejos para analizar una desproporción igual de grande dentro de la misma ciudad de México, entre una cocina económica dónde una ración de comida cuesta $27.00 incluida el agua de sabor tamarindo, horchata o jamaica y un restaurante de clase media (Samborn"s), dónde una ración del menú del día cuesta en promedio $108.00, es decir, cuatro veces más. Cabe aclarar que en los dos lugares pedí los mismos platillos: Consomé de pollo con verduras; sopa de arroz; milanesa con papas y verduras y agua de jamaica. ¿Me dieron una ración cuatro veces más grande? No, la ración fue exactamente igual. Este es el grado de distorsión en que se puede medir el gasto de alimentación en la misma ciudad, ahora imaginen que sucede cuando comparamos el medio rural con la ciudad y entre diferentes países.

Dentro de la misma ciudad de México puede haber diferencias en el costo de una ración de comida hasta 12 veces o más, si escogemos una comparación más extrema en cuanto a los lugares, y puede llegar a 50 veces si ensayamos con un lugar rural, pues entonces intervienen otros factores que tiene que ver con la manera en que los habitantes rurales se apropian de los elementos naturales y el grado de desarrollo del mercado y los flujos de dinero existentes en un pueblo en particular.

Las diferencias no tienen que ver tanto en referencia al menú, ni siquiera con la calidad de los alimentos o lo saludables que éstos sean, más bien las diferencias se refieren a externalidades como son: atención, ambiente, lujo, estatus social, música ambiental, etc.

La siguiente reflexión tiene que ver con quien es más "pobre", en cuanto a alimentación se refiere, el habitante del primer mundo o el humilde habitante de un pueblo de México:

Los alimentos del habitante "pobre" son frescos, preparados el mismo día que se consumen, la mayoría provienen de su entorno, una parte importante son autocultivados con uso mínimo de fertilizantes o sin ellos, la carne proviene de animales criados en libertad (gallinas, borregos, chivos), come para vivir.

El consumidor ejemplar es el hombre quieto. Esta civilización, que confunde la cantidad con la calidad, confunde la gordura con la buena alimentación.

Según la revista científica The Lancet, en la última década la «obesidad severa» ha crecido casi un 30 % entre la población joven de los países más desarrollados. Entre los niños norteamericanos, la obesidad aumentó en un 40% en los últimos dieciséis años, según la investigación reciente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado.

El país que inventó las comidas y bebidas light, los diet food y los alimentos fat free, tiene la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa cuatro horas diarias devorando comida de plástico[5]

 

 

 

 

 

 

Autor:

Ali Van

[1] Eficiencia muscular: de la energía que consumimos en los alimentos, solamente 20% se convierte en trabajo, el 80% restante se convierte en calor que se disipa en el medio ambiente.

[2] Tonda, Juan. "El Oro solar y otras fuentes de energía". La ciencia para todos No. 119. Ed. Secretaría de Educación Pública, Fondo de Cultura Económica, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, México, 2000, p.18-20.

[3] OCDE, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo.

[4] Conjunto de transformaciones o cambios químicos que ocurren al interior del cuerpo y que tiene que ver con el aprovechamiento de las sustancias vitales contenidas en los alimentos y la excreción de sustancias no aprovechadas o excedentes.

[5] Galeano, Eduardo. "El imperio del consumo"

Partes: 1, 2
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