Indice1. Los Ojos 2. Métrica 3. Temática 4. Recursos Expresivos 5. Algunos Poemas De Machado
Cuando murió su amada pensó en hacerse viejo. En la mansión cerrada solo,con su memoria y el espejo donde ella se miraba un claro día.
Como el oro en el arca del avaro, pensó que guardaría. Todo un ayer en el espejo claro. Ya el tiempo para él no correría. Más pasado el primer aniversario, ¿cómo eran-preguntó-, pardos o negros, sus ojos? ¿Glaucos?…¿Grises? ¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?…
Salió a la calle un día de primavera, y paseó en silencio su doble luto, el corazón cerrado…
De una ventana en el sombrió hueco vió unos ojos brillar. Bajó los suyos y siguió su camino… ¡ Cómo ésos!.
Nos encontramos con una poesía no muy perfecta, ya que esta compuesta por tres estrofas, y en las cuales ninguna tiene la misma cantidad e versos.-
En la primer estrafa hay nueve versos En la segunda estrofa hay cuatro versos En la trecer estrofa hay seis versos
Análisis
Cuando murió su amada pensó en hacerse viejo.
El autor al nombrar la muerte de su esposa interpreta que en ese momento lo único que él quería era que el tiempo transcurriera lo más rápido posible, para volverse viejo, y tratar de no recordar tanto a su esposa.-
En la mansión cerrada
solo, con su memoria y el espejo
donde ella se miraba un claro día.
El autor desea envejecer rápidamente encerrado en su mansión, porque es allí donde, junto a los recuerdos y al espejo donde su esposa se miraba, él se siente refugiado.-
Como el oro en el arca del avaro,
pensó que guardaría.
Todo un ayer en el espejo claro.
El autor en estos versos nos quiere transmitir, que su deseo de guardar el recuerdo de su mujer en el espejo, lo compara con el de un avaro que guarda su oro en un cofre, de esta manera nos demuestra lo significativo que es para él, el amor de su mujer.-
Ya el tiempo para él no correría.
Al morir su mujer, el tiempo se detendría con su muerte, porque sin ella él no tiene ganas de vivir.-
Más pasado el primer aniversario, ¿cómo eran-preguntó-, pardos o negros, sus ojos? ¿Glaucos?…¿Grises? ¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?…
El autor en esta estrofa entra en duda del color de ojos de su esposa, pasado el tiempo es como si buscara en su memoria algo que él cree haber olvidado.-
Salió a la calle un día
de primavera, y paseó en silencio
su doble luto, el corazón cerrado…
El autor con el doble luto se esta refiriendo, a que su esposa no esta al lado de él ni físicamente, ni en sus recuerdos, por esto también tiene su corazón cerrado y completamente dedicado a buscar a su mujer.-
De una ventana en el sombrió hueco vió unos ojos brillar. Bajó los suyos y siguió su camino… ¡ Cómo ésos!
Aquí nos esta demostrando que en su caminata, encontró los ojos de su mujer los cuales reconoció por su brillo (ya que los ojos de las personas no brillan siempre igual).-
Al reconocerlo bajo su mirada y en vez de continuar con su camino, siguió los ojos de su mujer, lo cual demuestra que la ama con toda su alma y la sigue reconociendo a pesar del paso del tiempo.-
Tema
Muerte: El narrador toma la muerte como tema principal, mencionándolo al comienzo del poema y trabajándolo, de forma muy sutil en todas las estrofas
Subtemas
Olvido Y Recuerdo: El narrador utilizó muy bien el sentido de estas palabras, realizando un juego muy interesante en el cual desorienta al lector, haciéndole creer que él se olvida de su mujer y en un final sorpresivo nos demuestra todo lo contrario.-
Rima
En la primer estrafa nos encontramos con una rima perfecta
La segunda estrofa no posee rima
En la trecer estrofa encontramos una rima asonante
Tiempo – memoria
Él quiere que el tiempo pase, muy rápido para poder olvidar, pero no puede soportar seguir viviendo y formando un camino, sin su esposa. Por esta razón no quiere que el tiempo corra (a pesar, de que el tiempo, todo lo cura…).-
Los Ojos
Cuando murió su amada pensó en hacerse viejo. En la mansión cerrada solo, con su memoria y el espejo donde ella se miraba un claro día.
Como el oro en el arca del avaro pensó que guardaría.
Todo un ayer en el espejo claro. Metáfora: Guardar Los Recuerdos
Ya el tiempo para él no correría. Más pasado el primer aniversario, ¿cómo eran-preguntó-, pardos o negros, sus ojos? ¿Glaucos?…¿Grises? ¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?… Interrogacion
Salió a la calle un día de primavera, y paseó en silencio su doble luto, el corazón cerrado…
De una ventana en el sombrío hueco vió unos ojos brillar. Bajó los suyos y siguió su camino… ¡ Cómo ésos!
Los Ojos
Cu-an-do mu-rió sua-ma-da Pen-só en ha-cer-se vi-e-jo. En la man-sión ce-rra-da so-lo, con su me-mo-ria y el es-pe-jo don-dee-lla se mi-ra-ba un cla-ro dí-a. Co-moel o-ro en el ar-ca del a-va-ro, pen-só que guar-da-rí-a. To-do un a-yer en el es-pe-jo cla-ro. Ya el tiem-po pa-raél no co-rre-rí-a.
Estrofa Incompleta Más pa-sa-do el pri-mer a-ni-ver-sa-rio, ¿có-moe-ran –pre-gun-tó- , par-dos o ne-gros, sus o-jos? ¿Glau-cos?…¿Gri-ses? ¿Có-moe-ran, ¡San-to Dí-os!, que no re-cuer-do?…
Estrofa Incompleta Sa-lió a la ca-lleun dí-a de pri-ma-ve-ra, y pa-se-óen si-len-cio su do-ble lu-to,el co-ra-zón ce-rra-do… De una ven-ta-naen el som-bri-ó hue-co vi-óu-nos o-jos bri-llar. Ba-jó los su-yos y si-gui-ó su ca-mi-no… ¡ Có-moé-sos!
Estrofa Incompleta
Antonio Machado (1875 – 1939)
Poeta y prosista español, perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98. Probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Vida Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, que morirá en 1912. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua. Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa de Benamejí, de 1931. Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero.
Obra
Su primer libro es Soledades, de 1903, unos poemas de carácter modernista, en los que destaca la emoción del momento y el sentido oculto de lo que le rodea. Campos de Castilla, de 1912, supone, aparte de una indagación sobre sí mismo, una consideración poética de un paisaje castellano humanizado de "la España que bosteza" junto con la emoción del amor perdido, y constituye uno de sus libros más conocidos y populares. En 1917 se publicaron Páginas escogidas, y la primera edición de Poesías completas. De esa época queda una importante obra en prosa, de tipo filosófico, Los complementarios, publicada póstumamente, que constituye un conjunto de impresiones, reflexiones acerca de lo cotidiano y esbozos. Nuevas canciones, de 1914, continúa la línea sentenciosa y filosófica donde cada vez destaca más la crítica social, sin que desaparezca la resonancia lírica. Hubo nuevas ediciones de Poesías completas, en 1928 y 1933, con la aparición de dos apócrifos, "Juan de Mairena" y "Abel Martín", más un tercero que se llama como el poeta, que son autores de los nuevos poemas y de comentarios en prosa. También pertenecen a esta época algunos sugerentes desarrollos poéticos del surrealismo. En 1936, publicó un libro en prosa, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo, que constituye una colección de ensayos que le presentan como uno de los prosistas menos convencionales del siglo XX. La Guerra Civil le impulsó a escribir poemas de tipo circunstancial y político, como ocurre en La guerra, de 1937, que no desdicen de su producción anterior.
A un olmo seco . Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido. . El olmo centenario en la colina… Un musgo amarillento le lame la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. . Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero te convierta en malena de campana, lanza de carro o yugo de carretera; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas de alguna mísera caseta. . Antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
A la muerte de Rubén Darío
Si era toda en tu verso la armonía del mundo, ¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar? Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares, corazón asombrado de la música astral, ¿te ha llevado Dionisos de su mano al infierno y con las nuevas rosas triunfante volverás? ¿Te han herido buscando la soñada Florida, la fuente de la eterna juventud, capitán? Que en esta lengua madre la clara historia quede; corazones de todas las Españas, llorad. Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro, esta nueva nos vino atravesando el mar. Pongamos, españoles, en un severo mármol, su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más: Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo, nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan. .
Parábola
Erase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero. Estaba el jardín en flor y el marinero se fué por esos mares de Dios. . La España de charanga y pandereta cerrado y sacristía devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta ha de tener su mármol y su día, su infalible mañana y su poeta . Erase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero. . Estaba el jardín en flor y el marinero se fue por esos mares de Dios.
En el discurso pronunciado en la sesión de clausura del II Congreso Internacional de Escritores, Machado insiste en los temas de 1934-1936: Entre nosotros, españoles, nada señoritos por naturaleza, el señoritismo es una enfermedad epidérmica, cuyo origen puede encontrarse, acaso, en la educación jesuítica, profundamente anticristiana y –digámoslo con orgullo– perfectamente antiespañola. Porque el señoritismo lleva implícita una estimativa errónea y servil, que antepone los hechos sociales más de superficie –signos de clase, hábitos e indumentos– a los valores propiamente dichos, religiosos y humanos. El señoritismo ignora, se complace en ignorar –jesuíticamente– la insuperable dignidad del hombre. El pueblo, en cambio, la conoce y la afirma, en ella tiene su cimiento más firme la ética popular. «Nadie es más que nadie» reza un adagio de Castilla. ¡Expresión perfecta de modestia y de orgullo! Sí, «nadie es más que nadie» porque a nadie le es dado aventajarse a todos, pues a todo hay quien gane, en circunstancias de lugar y tiempo. «Nadie es más que nadie», porque –y éste es el más hondo sentido de la frase–, por mucho que valga un hombre, nunca tendrá valor más alto que el valor de ser hombre. Así habla Castilla, un pueblo de señores, que siempre ha despreciado al señorito [Hora de España, n.º VIII, agosto 1937].
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Trabajo enviado y realizado por: Micaela Carolina Barroca
Polivalente de Arte de Ushuaia 4to. año Bellas Artes Tierra del Fuego Argentina