La investigación psicopatológica: Consideración general y conceptos
Enviado por Joel Fortunato Reyes Perez
- La exploración psicopatológica
- El contacto con el padecimiento mental
- Lugar y circunstancias de la exploración
- Conceptos y consejos prácticos
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
Cuando hablamos de investigación de las actividades mentales de una persona, pensamos que es una labor muy sencilla o demasiado compleja,y que solo basta con una mirada, interrogatorio y unos cuantos conocimientos básicos de psicología y medicina. Esto no es, ni una ni otra cosa, para ello se requieren conocimientos especiales, experiencia, y tener una idea clara de lo que significa la exploración psicopatológica. Aquí trataremos de presentar un conjunto de consideraciones y recomendaciones, desde el campo de la experiencia personal, tanto en el estudio, como en el tratamiento de personas con enfermedades mentales, y con la intención de facilitar el abordaje y manejo del paciente.
La exploración psicopatológica
Esta se refiere básicamente, a la búsqueda y observación de los fenómenos psíquicos anormales, el estudio de las funciones mentales alteradas, así como a identificar y aislar las vivencias personales patológicas en las personas afectadas de su salud mental.
Es importante tener siempre en cuenta, que ningún fenómeno, síntoma o signo psicopatológico, es valorable por sí mismo, autónomamente, es decir, éste tiene que verse dentro del conjunto total de la personalidad. Asi también, deben ser apreciados en su justa medida, las circunstancias y entorno del sujeto, su cultura, sociedad e historia biográfica individual, la cual es específica en cada persona. Y como en todo caso, la interpretación clínica debe ser siempre relativa a cada caso particular, irrepetible y único en si mismo.
Por ejemplo; fácilmente podríamos tener la imprudencia de calificar un síntoma aislado, como la "transmisión del pensamiento", considerándolo como indicativo de un trastorno psicótico, es decir, como un síntoma que forma parte de la demencia o locura de esa persona. Sin embargo, al llevar a cabo una minuciosa y adecuada investigación clínica del sujeto, puede por otra parte, ser fácilmente explicada, si se recurre al estudio cultural, mágico o supersticioso de la persona en cuestión.
En otras circunstancias, este mismo dato, puede ser una manifestación de enfermedad mental, pero los juicios acerca de estos fenómenos, solo deben hacerse, después de profundas y amplias evaluaciones de la persona afectada, y de contar con su historial clínico completo.
En otro orden de ideas, es un hecho verificado, el que no existe ningún síntoma o manifestación psicopatológica, que dependa de una sola función cerebral, es decir, de la actividad mental , que es un conjunto vitalmente integral. Tomemos como ejemplo una "percepción delirante", que puede falsear las respuestas a nuestro interrogatorio, tanto como un trastorno del afecto o de la memoria. El fin de la exploración psicopatológica, consiste esencialmente en una acuciosa búsqueda, la cual deberá estar dirigida a captar imágenes tan fieles y plásticas como sea posible.
Es recomendable seguir un plan exploratorio, mantener una guía hacia el interior del mundo del sujeto, es decir, que permita penetrar al psiquismo e intimidad del paciente. Es así, que se debe intentar interesar al sujeto en el diálogo, y se le motivara a expresar sus pensamientos. También se le pedirá que manifieste sus experiencias, ya sean estas, vergonzosas, absurdas o dolorosas. En este sentido, es de la mayor importancia el modo de interrogar. Es un hecho frecuente, que una misma pregunta , según la ocasión, puede ser útil para fomentar la confianza. En tanto que en otros casos, y sobre todo, cuando se hace la misma pregunta precipitadamente, o de forma inadecuada, el diálogo se entorpece. Obvio es que todo lo anterior, requiere de práctica, pero sobre todo exige prudencia, sensatez y cautela, e indudablemente una buena apreciación de la situación particular del individuo. Se da el caso, de que a muchos pacientes, cuando se les pregunta directamente sobre la presencia de alucinaciones, frecuentemente las niegan, a pesar de tenerlas. Así como en otros casos, y particularmente en las ideas delirantes, el clínico principiante o ingenuo, quedara sorprendido por la buena elaboración y verosimilitud de las ideas, y pase por alto los errores de juicio.
Cuando es el caso, y es evidente lo delirante de una idea, se discute a fondo sobre ella. De esta manera se puede alcanzar a captar una certeza delirante, y así mismo, localizar que en su base está una alucinación, que no hubiera sido encontrada y aislada convenientemente, si se hubiese actuado de otra manera.
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