Este artículo pretende contestar la siguiente pregunta, basada en los estudios del Génesis: ¿Es nuestra Luna un simple accidente cósmico afortunado?
El doctor Jack Lissauer, científico planetario que trabaja para la NASA, comenta: "Dado que la casualidad es un aspecto muy importante en el crecimiento de los planetas, la Luna se considera un símbolo de la suerte. Si en los inicios de la formación planetaria, una partícula diminuta de polvo se hubiera movido muy ligera y diferentemente a como realmente lo hizo, con un desplazamiento divergente de la anchura de un cabello humano, podría haber provocado una colisión diferente millones de años más tarde. De esto depende el que Orfeo llegara a colisionar con la Tierra o no. De algún otro modo, quizás, se hubiera precipitado sobre Venus, produciendo un sistema muy similar a nuestro actual binomio Tierra-Luna, pero con la excepción de que sería Venus el que tendría una luna grande y no la Tierra". Aquí "Orfeo" se refiere a un hipotético planeta que, según la Teoría del Gran Impacto (la más aceptada actualmente), colisionó con la Prototierra (Tierra inicial) y dio como resultado el sistema Tierra-Luna.
El doctor William Hartmann, elaborador de la Teoría del Gran Impacto, expone: "Ahora que hemos descubierto que hay planetas alrededor de otras estrellas, ¿qué nivel de importancia tiene la existencia de una luna para que sean posibles unas condiciones de vida como las de la Tierra?". La doctora Robin Canup, matiza: "Hace poco que hemos comenzado a preguntarnos: ¿Qué posibilidades hay de que se forme un planeta como el nuestro en otros sistemas solares, con una enorme Luna como la nuestra? Ésta es una pregunta difícil de contestar, porque parece que la Luna es un elemento vital para las condiciones de habitabilidad y estabilidad del clima en nuestro planeta. Entonces, para poder contestar a la pregunta "¿qué posibilidades hay de que existan otras Tierras?", tendríamos que contestar la pregunta: ¿Qué posibilidades hay de que existan otras Lunas?".
Hasta la fecha se han descubierto más de 20 planetas alrededor de otras estrellas, pero ninguno es como la Tierra. Tal vez algún día no muy lejano, la ciencia del futuro, que reemplazará a la actual, comprenderá claramente que no es posible encontrar en todo el universo otro plácido planeta azul como el que nos alberga, alrededor del cual gira una enorme Luna.
Ajuste cósmico.
Las reflexiones acerca de las condiciones ambientales necesarias para que la vida sobre la Tierra sea posible, han llevado a la noción de "Ajuste Fino Cósmico". El concepto está relacionado con una característica única de nuestro universo material por la cual las constantes físicas y leyes fundamentales de la naturaleza se encuentran situadas en un estrechísimo margen de valores aceptables, como si estuvieran balanceándose sobre el "filo de una navaja", de cara a permitir el surgimiento de la vida compleja. El grado en que las constantes físicas deben igualar criterios precisos es tal que varios científicos agnósticos han concluido que ciertamente debe existir algún tipo de propósito trascendente detrás de la fría escena cósmica. El astrofísico inglés Fred Hoyle, en la década de los años 1980, escribió: "Una interpretación juiciosa de los hechos nos induce a pensar que un superintelecto ha intervenido en la física, la química y la biología, y que en la naturaleza no hay fuerzas ciegas dignas de mención. Las cifras obtenidas a partir de los hechos me parecen tan rotundas que convierten esta conclusión en casi incuestionable".
Nuestro universo está bañado por una radiación cósmica de fondo o CMB, reliquia de sus comienzos explosivos o Big Bang. Estas ondas CMB son perceptibles en la proporción de una parte en 10 5. Si este factor fuera siquiera ligeramente más pequeño, el cosmos existiría exclusivamente como una colección de gases; no habría estrellas, planetas ni galaxias. A la inversa, si este factor fuese aumentado ligeramente, el universo sólo consistiría en grandes agujeros negros. De cualquier manera, el universo sería inhabitable.
Otro valor finamente ajustado es la poderosa "fuerza nuclear fuerte", que mantiene a los núcleos atómicos unidos interiormente, y, por lo tanto, permite que exista la materia. Nuestro Sol deriva su "combustible" de la fusión de átomos de hidrógeno. Cuando dos átomos de hidrógeno se fusionan, el 0'7% de la masa de los átomos de hidrógeno es convertida en energía. Si la cantidad de materia convertida fuera ligeramente más pequeña (digamos que igual a un 0'6%, en vez del 0'7%) un protón no sería entonces capaz de unirse a un neutrón y el universo consistiría sólo en hidrógeno. Sin la presencia de elementos pesados, los planetas no se formarían, y, por consiguiente, ninguna vida sería posible. A la inversa, si la cantidad de materia convertida fuera aumentada a 0'8%, en vez de 0'7%, la fusión ocurriría tan rápidamente que no quedaría ningún hidrógeno. De nuevo, el resultado sería que no habría ningún planeta, ningún sistema solar y ninguna vida.
La constante O (omega), que básicamente se relaciona con la densidad del universo, es muy importante en cosmología. Si bien hoy su valor es de aproximadamente 0'3, lo realmente perturbador es el hecho de que en los orígenes necesitaba haber sido muy cercano a la unidad. Si en el comienzo hubiera sido O >1, el universo se hubiese expandido demasiado rápido como para permitir que las estrellas y galaxias se condensaran; por otro lado, si O <1, éste se hubiera contraído sin dar suficiente tiempo para la formación de estrellas y galaxias. En ambos escenarios, la vida no hubiese surgido y nosotros no existiríamos.
Muchas moléculas, como por ejemplo el ADN, son esenciales para el desarrollo de la vida. Y su estructura, constituida entre otras cosas por enlaces atómicos, está íntimamente relacionada con la naturaleza del electrón y el protón. Específicamente, para que dichos enlaces sean estables, y por ende sea posible la vida, la razón entre la masa del protón y del electrón mp/me debe tomar aproximadamente el valor de 1840. De no tomar ese valor, la vida no se hubiese originado.
Se sabe que nuestro universo se expande de manera acelerada, y la constante cosmológica ? (lambda), inicialmente introducida por Einstein, es la que describe dicha aceleración. Lo realmente curioso es que los científicos estiman que su valor es extremadamente pequeño, del orden de 10 -35s-2. Pero el caso, plenamente documentado, es que de haber tomado un valor diferente, ya sea mayor o menor al indicado, hubiera sido imposible la formación de estrellas y galaxias.
Nuestro universo posee 3 dimensiones espaciales. Aún considerando la teoría de las supercuerdas, que postula más dimensiones para el cosmos, sólo estas tres predominarían en el macromundo, debido a que no estarían "enrolladas" como las otras adicionales.
¿Es particularmente especial este número D=3, que marca la cantidad de dimensiones de nuestro mundo macroscópico? Sí, lo es; pues de ser D>3, la física del átomo y de sistemas planetarios cambiaría totalmente, ya que no habría electrones (o planetas) orbitando alrededor de un núcleo (o una estrella) de manera estable. Por otro lado, si D<3, entonces sería imposible formar diversos tipos de moléculas complejas, muy necesarias para el desarrollo de la vida.
La lista que apoya al argumento del Ajuste Fino parece estar creciendo más y más a medida que los científicos hacen nuevos descubrimientos acerca del universo. Incluso ahora, esta lista se ha hecho muy larga, y contempla los siguientes aspectos:
Constante de la fuerza nuclear fuerte. Constante de la fuerza nuclear débil. Constante de la fuerza gravitacional. Constante de la fuerza electromagnética.
Proporción de la constante de la fuerza electromagnética con la constante de la fuerza gravitacional.
Proporción de la masa del protón con la masa del electrón.
Proporción del número de protones con el número de electrones. Proporción de la carga del protón con la carga del electrón. Velocidad de expansión del universo.
Densidad de la masa del universo.
Densidad de bariones (protón y neutrón) del universo.
Energía espacial o densidad de la energía oscura del universo.
Proporción de la densidad de la energía espacial con la densidad de la masa. Nivel de entropía del universo.
Velocidad de la luz. Edad del universo. Uniformidad de la radiación. Homogeneidad del universo.
Distancia promedio entre galaxias.
Distancia promedio entre grupos de galaxias.
Distancia promedio entre estrellas.
Tamaño promedio y distribución de grupos de galaxias. Números, tamaños, y ubicaciones de vacíos cósmicos. Constante de fina estructura electromagnética. Constante de fina estructura gravitacional.
Tasa de decaimiento de protones. Nivel energético inferior del helio-4.
Proporción del nivel de energía nuclear del carbono-12 con el oxígeno-16.
Tasa de decaimiento del berilio-8.
Proporción de la masa del neutrón con la masa del protón. Exceso inicial de nucleones sobre antinucleones.
Polaridad de la molécula del agua. Época de erupciones de hipernovas.
Número y tipo de erupciones de hipernovas. Época de erupciones de supernovas.
Número y tipo de erupciones de supernovas. Época de enanas blancas binarias.
Densidad de enanas blancas binarias.
Proporción de materia exótica con materia ordinaria.
Número de dimensiones efectivas en el universo primitivo. Número de dimensiones efectivas en el universo presente. Valores de masa de neutrinos activos.
Número de especies diferentes de neutrinos activos.
Número de neutrinos activos en el universo. Valor de masa de neutrinos estériles.
Número de neutrinos estériles en el universo.
Tasas de decaimiento de partículas de masa exótica.
Magnitud de las ondas de temperatura en la radiación cósmica de fondo. Tamaño del factor de dilatación relativista.
Magnitud de la incertidumbre de Heisenberg.
Cantidad de gas depositado en el medio intergaláctico profundo por las primeras supernovas.
Naturaleza positiva de presiones cósmicas.
Naturaleza positiva de densidades de energía cósmica. Densidad de cuásares.
Decaimiento de partículas de materia oscura fría.
Abundancias relativas de diferentes partículas de masa exótica.
Grado en el que la materia exótica interactúa consigo misma.
Época en que las primeras estrellas (estrellas de población III sin metales) comienzan a formarse.
Época en que las primeras estrellas (estrellas de población III sin metales) dejan de formarse.
Densidad numérica de estrellas de población III sin metales.
Masa promedio de estrellas de población III sin metales. Época de la formación de las primeras galaxias.
Época de la formación de los primeros cuásares.
Cantidad, tasa, y época de decaimiento de defectos contenidos.
Proporción de la densidad de materia exótica tibia y de la densidad de materia exótica fría.
Proporción de la densidad de materia exótica caliente y de la densidad de materia exótica fría.
Nivel de cuantización del tejido cósmico de espacio-tiempo.
La planitud de la geometría del universo.
Tasa promedio de aumento en tamaños de galaxias.
Cambio de la tasa promedio de aumento en tamaños de galaxias a través de la historia cósmica.
Constancia de factores de energía oscura. Época de máxima formación estelar.
Ubicación de materia exótica relativa a materia ordinaria. Fuerza del campo magnético cósmico primordial.
Nivel de turbulencia magnetohidrodinámica primordial. Nivel de violación de simetría CP.
Número de galaxias en el universo observable.
Nivel de polarización de la radiación cósmica de fondo.
Fecha de terminación del segundo evento de re-ionización del universo. Fecha de disminución de la producción de estallidos de rayos gamma.
Densidad relativa de estrellas de masa intermedia en la historia primitiva del universo.
Temperatura de máxima densidad del agua. Calor de fusión del agua.
Calor de vaporización del agua.
Densidad numérica de "clumpuscules" (densas nubes de gas hidrógeno molecular frío) en el universo.
Masa promedio de "clumpuscules" en el universo.
Ubicación de "clumpuscules" en el universo.
Tasa cinética de oxidación de moléculas orgánicas del dioxígeno.
Nivel de conducta para-magnética en el dioxígeno.
Densidad de galaxias ultra-enanas (o grupos globulares supermasivos) en el universo de la edad media.
Grado de curvatura y torsión del espacio-tiempo por factores relativistas generales.
Porcentaje de función de la masa inicial del universo constituida por estrellas de masa intermedia.
Fuerza del campo magnético primordial cósmico.
Argumento teleológico.
La TELEOLOGÍA (del griego TELOS, fin, y LOGOS, tratado) es un enfoque racional tradicional que presupone que los procesos que ocurren en el universo están vinculados a un destino final o último, el cual ha sido predeterminado por una inteligencia superior. Su exponente moderno más sobresaliente es la doctrina del Diseño Inteligente, con la cual se busca explicar todo lo que existe.
Respecto al Ajuste Fino Cosmológico, los científicos llevan años cavilando y no han podido encontrar ninguna ley natural (o enfoque materialista) que pueda explicarlo sin necesidad de recurrir a una mente superior. Las probabilidades en contra de que una teoría puramente materialista sea descubierta alguna vez y explique el asunto parecen ser insuperables. Hasta Stephen Hawking, quien creía originalmente en una "Teoría del Todo", a partir de la cual se hiciera deducible el Ajuste Fino, después de considerar las limitaciones formales impuestas por el Teorema de Gödel concluyó que ella no era obtenible. Entonces afirmó: "Algunas personas se van a desilusionar mucho si no existe una teoría suprema que pueda ser formulada en un número finito de principios. Yo solía pertenecer a ese campo, pero he cambiado de opinión".
Durante los últimos 35 años, poco más o menos, los científicos han descubierto que la existencia de la vida inteligente depende absolutamente del delicado y complejo equilibrio de condiciones iniciales de nuestro universo. Parece que "las circunstancias estaban escritas" en las sustancias, constantes y cantidades del Big Bang mismo, para proporcionar un universo que permitiera la vida. Pero las probabilidades de que el universo presentara por sí mismo el Ajuste Fino, y así permitiera la vida, son tan infinitesimalmente pequeñas que resultan incomprensibles e incalculables. Por ejemplo, Stephen Hawking ha estimado que si la tasa de expansión del universo un segundo después del Big Bang hubiera sido más pequeña, siquiera una parte en cien mil billones, el universo habría re-colapsado en una bola de fuego hirviendo, debido a la atracción gravitacional. El físico P.C.W. Davies ha calculado que las probabilidades en contra de que las condiciones iniciales fueran apropiadas para la formación de estrellas (sin las cuales los planetas no podrían existir) son de un uno seguido, por lo menos, de mil trillones de ceros. Davies también calcula que un cambio en la fuerza de la gravedad o de la fuerza débil de solamente una parte en 10 100 habría impedido la ocurrencia de un universo que permitiera la vida.
Como hemos visto en la lista anterior, hay docenas y docenas de esas constantes y cantidades presentes necesariamente en el Big Bang, las cuales tienen que estar ajustadas exquisitamente de esta manera para que el universo permita la vida. Además, no es sólo las cantidades o constantes individuales las que deben estar finamente ajustadas; las proporciones entre sí también tienen que estar ajustadas exquisitamente. Por lo tanto, una enorme improbabilidad es multiplicada por una enorme improbabilidad, y de nuevo por una enorme improbabilidad… repetidamente… hasta que la mente simplemente se empieza a bloquear de vértigo a causa de las probabilidades cada vez más pequeñas. Reflexionando sobre esto, el ex agnóstico P.C.W. Davies comentó: "A través de mi trabajo científico he llegado a creer cada vez más decididamente que el universo físico fue creado con una ingeniosidad tan asombrosa que no lo puedo aceptar simplemente como un hecho bruto". Robert Jastrow, jefe del Instituto Goddard de la NASA para los Estudios del Espacio, se refiere a esto como "la evidencia más poderosa a favor de la existencia de Dios que alguna vez haya provenido de la ciencia".
Conclusión.
¿Es nuestra Luna un simple accidente cósmico afortunado, como opinan algunos científicos? ¿Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que disfrutamos por azar de unas condiciones óptimas para la vida en la Tierra gracias a la casualidad ciega de tener una Luna ideal? ¿Dónde colocamos la Luna, en el contexto cósmico del Ajuste Fino? ¿No será la Luna, más bien, otro elemento que añadir a la lista de factores que engrosan el arsenal del "argumento teleológico" (es decir, la creencia de que existe una finalidad inteligente para el cosmos y todos sus componentes)?
Autor:
Jesús Castro