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Fotón y onda partícula: masa y energía


  1. La masa fotónica
  2. Velocidad de campo
  3. Energía según amplitud y frecuencia
  4. El fotón renormalizado
  5. Polarizaciones lineal y circular
  6. Giro no polarizado de los campos
  7. Energía comparativa entre onda circular y o. plana estándar
  8. Los campos como vórtices del "vacío"
  9. Tiempo y longitud de Planck
  10. Onda partícula
  11. La generación del espín
  12. Masa energía del electrón supuesto de componentes fotónicos

En este estudio, obtenemos, sin la tediosa demostración habitual, la ecuación de la energía a partir de la onda fotón, y la energía-masa relativa según la frecuencia, mediante el supuesto, más que probable, de una velocidad curva de la onda pues va de acuerdo con los principios de la energía y la naturaleza de los campos.

Consideramos los campos como vórtices en el "vacío" y la interrelación en ellos de subvórtices como los verdaderos artífices de la onda fotón. Transgredir de esta forma el concepto clásico viene justificado por la obtención de la longitud y tiempo de Planck que son consecuentes a estas consideraciones de una manera obvia y simple. Por otra parte cualquier elemento masivo también ha de obedecer al concepto de onda y por tanto al de vórtice.

A partir de ahí, fotón y onda partícula se confunden, sin más distinción que un uso distinto de la matemática según dos formas equivalentes.

La masa fotónica

La masa de un objeto es la variable que cuantifica la presión del medio sobre él, lo que constituye su inercia. Como oposición a la fuerza o la presión de inercia, la masa o barrera másica es la reacción o impedimento para el avance, lo que depende de la velocidad del objeto y de su geometría o trayectoria. Esto último, que para masas macro constituye un efecto mínimo, cobra valor para la dimensión cuántica.

Así, para una onda, el efecto de masa relativista depende de la velocidad interna adquirida o velocidad efectiva de su campo, que es proporcional a la frecuencia. A su vez, ésta le proporciona el ángulo de ataque, o de inclinación de la curva-onda, respecto del avance.

Sabido es que para un mismo medio, en el avance, los perfiles rectos presentan más dificultad para moverse que los agudos. Esto, algo tan común en aeronáutica ha de presentarse también a nivel cuántico, según sus propias características. A mayor ángulo de ataque corresponde mayor efecto de masa o presión del medio ya sea macro o cuántico. En principio, para una masa esférica única su simetría no le permite modificar el ángulo de ataque. Sí puede ocurrir para cadenas de elementos y para las ondas, que en su movimiento combinan dos velocidades: la de traslación, c para onda electromagnética, y la de dirección trasversal, velocidad de oscilación, variable con la frecuencia.

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Ondas armónicas sinusoidales

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Puede suponerse que las ondas teóricas, como curvas, son las envolventes de los campos y como tales se les puede suponer o asignar un movimiento a lo largo de sus trayectorias.

En el caso de esta envolvente redonda exacta de f = 1 la velocidad del campo vc es tal que el diámetro de la circunferencia del movimiento armónico simple que la genera es igual a media longitud de onda.

En cualquier otro caso, la forma sinusoide es más o menos achatada longitudinalmente en proporción a la frecuencia, y la velocidad del campo Vc será distinta de la estándar.

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Onda unitaria estándar

Supongamos un fotón de frecuencia f = 1, es decir que su longitud de onda sea:

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Representemos las ondas sucesivas de frecuencias f = 2, f = 3, f = 4…

Para f = 1 el fotón abarcaría la longitud recorrida por c en 1 segundo, es decir 299.792.458 km/sg. Como se ha dicho, su forma sería circular, y sus valores los de inicio para el resto de frecuencias.

Ésta onda sería nuestra base unitaria, pues f = 0 no existe y f fracción de 1 tampoco, al considerar periodos completos.

En este ciclo origen definiremos la minima energía h, y la masa minima correspondiente mh.

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Según las sucesivas frecuencias, se observa un incremento de la inclinación de la onda respecto al eje de avance y una contracción o concentración.

La tangente del ángulo de la inclinación media viene a coincidir con la frecuencia, en el caso de nuestra onda unitaria estándar (A= c/4).

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Si la frecuencia es causa para la cuantificación de la energía, su aumento o disminución, no es menos cierto que, según E = mc², la velocidad c se supone constante, y ha de ser por tanto la masa o energía interna la que varíe. Así pues, el factor f para la energía equivale a la tangente del ángulo de inclinación de onda estándar, y ambos se engloban en el término masa para la ecuación de equivalencia. Frecuencia e inclinación de la onda van de la mano. A cada frecuencia corresponderá una inclinación distinta, de forma que con la primera se cuantifican ambas

La variación de masa vendrá dada por efecto de la inclinación de la barrera másica (Una línea curva para la onda teórica) lo que le supone el incremento o decremento de la velocidad de oscilación. La oposición al medio dependerá de la rapidez de barrido csegún la velocidad de campo que es proporcional a la frecuencia de oscilación, número de veces que el ciclo de onda se repite en 1 segundo, que será como incrementar la masa puesta en juego en 1 segundo, y el ángulo con que incide respecto del avance de la onda (Ángulo de ataque).

Partiremos de la base, por lo general, que cualquier onda es el resultado de la interacción o superposición de otras, de manera que la forma simple en que se estudian vendría a ser como su compendio. Las polarizaciones, producto de unas circunstancias, también representan los efectos resumidos.

Velocidad de campo

Definiremos ahora la velocidad de los campos o velocidad interna Vc. Para ello también nos valdremos de la onda primaria estándar de f =1.

Considerar o no una velocidad de curva para la perturbación parcial de campo no es constatable, pero sí que cumple con la teoría energética si se la supone. Parece lo más lógico, la onda eléctrica o campo eléctrico, y el magnético, vendrá a ser como cualquier campo, la envolvente de un vórtice que gira y se transmite en su avance cambiando sus elementos constitutivos con los disponibles del medio "vacío". Un contagio de su movimiento por el espacio.

La energía mínima del fotón, h, ha de corresponder a la frecuencia f =1, pues, como ya hemos indicado, por debajo de f =1 no hay fotón. La correspondiente masa mínima también será la menor, ya que una masa en reposo no podría darse pues en tal supuesto el fotón como tal no existe. En sí misma la onda es algo dinámico.

Tal vez pudieran darse en lo subcuántico ondas incompletas, cuando la distancia entre la generación y el obstáculo fuese tal que el tiempo de recorrido fuese menor a un periodo, pero en tal caso la perturbación no se ajustaría con la definición de onda.

Cuando el fotón interacciona, la onda va recorriendo transversalmente la materia interaccionada según una oscilación. Sería como decir que "sacude" los elementos interaccionados (Varilla vertical en la figura) a una velocidad media que llamamos V0: la velocidad de oscilación.

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La velocidad de oscilación siempre es un valor medio y por consiguiente también la Vc de campo.

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Como se ha visto, con la velocidad curva onda se obtiene sin dificultad la ecuación de la energía, la cual como valores mínimos implica el cuanto h y la masa mínima correspondiente mh.

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La onda actúa sobre el obstáculo con velocidad transversal variable pero de forma continua.

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Energía según amplitud y frecuencia

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Amplitud y frecuencia

A mayor amplitud mayor inclinación de la onda y mayor efecto másico. Más energía.

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Esta última ecuación no parece muy adecuada para la onda viajera de cualquier parámetro.

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Donde se han obtenido las fórmulas de variación de la energía con la frecuencia para onda estándar.

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1) por la velocidad de la luz al cuadrado. Y salvo que fuesen posibles frecuencias fracciones de 1 o partículas menores, estos son los mínimos de masa y energía que podrían darse.

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Se hace precisa una ecuación de la sinusoide en función de sus elongaciones, para obtener la energía de una onda cualquiera:

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El fotón renormalizado

Hacerse una idea de la energía h como una superficie consecuente a la integración matemática será difícil como representación según los tipos de onda, su cuantificado y sus polarizaciones. Por eso recurrimos a las variables simples de amplitud, frecuencia, longitud de onda y ángulos de inclinación, más sencillas y primarias, las que derivan del concepto de energía mínima y las maneras de ondulación esenciales. Así consideramos longitudes y superficies estándar a escala relativa, exentas de los factores potencia de diez.

Los valores de frecuencia idóneos para la representación en el ámbito de un ciclo han de partir de la onda estándar para valores de longitud de onda convertibles en términos de c.

El valor a escala relativa de la longitud h (6.6260), se puede obtener a partir de una circunferencia de radio 1 que se estirase según la superficie de un cilindro de igual radio en 2? (2,109114). Este resultado sería el equivalente para onda polarizada circular.

Igual puede obtenerse para la curva ciclo de onda plana y f = 1, en que hL (h como longitud) coincide con la largura de la curva onda.

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Nos olvidaremos de estas constantes y de los factores de exponente diez, para quedarnos con los valores simples, como longitudes o superficies.

Aunque operemos en escala 1:1 relativa, el resultado real de cualquier cálculo para la onda estándar podrá obtenerse sin más que sustituir por los valores antes dichos.

Polarizaciones lineal y circular

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Si las ondas, eléctrica y magnética, están desfasadas en p/2 es posible la polarización circular.

Giro no polarizado de los campos

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En la figura anterior puede observarse el cambio de sentido en las rotaciones, lo que supone cargas opuestas antes y después de la intersección con el eje, que quedan compensadas, haciendo que el conjunto sea neutro. Igual ocurre en la configuración clásica en planos oscilantes, sólo que en aquella los giros son incompletos (medios giros).

Representación de h. Equivalencia para ambas polarizaciones

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Sólo en relatividad estos dos valores son equivalentes.

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La superficie barrida por la onda en un ciclo es aquella que recorre en el periodo T, que para frecuencia 1 es igual a 1sg en el fotón estándar.

Como se ha visto, desarrollando la superficie cilíndrica, o considerando la acción para onda plana hemos obtenido el mismo valor para la superficie barrida.

Energía comparativa entre onda circular y o. plana estándar

Según vimos para la velocidad de campo:

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Según este resultado, a igualdad de frecuencia, la energía de la onda polarizada circular viene a ser más del doble de la energía de la onda polarizada plana.

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Hemos supuesto una densidad de energía lineal, no superficial

Los campos como vórtices del "vacío"

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Un campo puede considerarse como una perturbación en el seno de la espuma cuántica o energía del "vacío". La gran incógnita de su corroboración experimental deriva del inconveniente para acceder a unas dimensiones tan pequeñas. Pero es posible una aproximación al comparar con los medios materiales y energéticos constatables de mayores dimensiones, como las atmósferas, los océanos, los medios energéticos propios de las estrellas… o de moléculas y átomos… etc.

El hecho de los vórtices (ciclones, huracanes, tornados, pequeños remolinos en fluidos…) es transplantable a la cuántica o la subcuántica si se tienen en cuenta las peculiaridades del medio "vacío" o aquellos similares más próximos a lo micro. Así, los rozamientos en ese medio libre o casi libre han de ser ínfimos. Cualquier movimiento en el ambiente subcuántico también gozará de los dos componentes fundamentales, rotación y traslación. No obstante los desplazamientos serán relativos al grado de dimensión hacia lo pequeño. La movida de los elementos del campo no supondrán largos traslados sino que se tratará en esencia de una concatenación de rotaciones o vórtices que sólo transmitan giros oscilantes a los sucesivos elementos que les sirven de transito entre un punto y otro.

Como queremos expresar en la figura que sigue, cada vórtice crea por contacto o interacción otro idéntico o similar y así sucesivamente, de sentido alterno de giro con la oscilación consecuente a transmitir la roto-traslación, a su paso, en los elementos del medio. Si se considera que los vórtices de campo eléctrico y magnético se ensamblan o correlacionan mutuamente como dos engranajes mutuamente transversales, y que, además, por su naturaleza no pueden confundirse en uno solo, el efecto se contagia o induce de uno a otro, lo que asegura al fotón su estabilidad permanente de "espacio", la doble aportación que lo mantiene invariable en la línea de desplazamiento, salvo interacciones. Realmente, sería el equivalente al de un sólo vórtice el que avance, conjugados ambos, eléctrico y magnético, de forma que al aumentar uno el otro diminuye al ritmo de las oscilaciones.

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La configuración transitoria, como resultado de los vórtices, puede verse de esta otra manera:

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Ambos campos coexisten, de tal manera que por inducción mutua se trasvasan entre sí.

Cuando el uno es máximo el otro se minimiza, y viceversa.

Que el campo electromagnético se desplace nos está indicando que la conjunción magnético-eléctrica se comporta de manera autónoma. En todo campo hay algo que se mueve. No puede tratarse de ondas puras (Matemáticas), cuyo alcance, incluso en el "vacío", es limitado, pues se amortiguarían con rapidez. El flujo de campo es real, y no exento de masa, entendiendo la masa como un efecto de presión sobre el medio o un obstáculo para moverse en él. El fotón en reposo no puede poseer masa porque en reposo no existe, dejaría de serlo.

Los campos viajeros más se adecuan a desplazamientos materiales localizados de los elementos del campo en el "vacío", corrientes o turbulencias y verdaderos torbellinos según campo eléctrico o magnético, o su movimiento en conjunto.

Difícil sería la existencia individual del campo eléctrico o magnético que subsistiese por sí mismo sin desvanecerse lejos de su origen, allá donde no tendría razón de ser sin la influencia practica de su fuente. Hemos de colegir por tanto, que la perturbación viajera electromagnética se da, a lomos de una verdadera estructura renovada continuamente, con movimiento sincopado, y repuesto energéticamente por el "vacío".

El campo ondulante que gira en el espacio equivale a paquetes de onda tridimensionales que se estructuran para el caso del fotón de la forma más simple para la consideración de "onda plana".

Si el campo se enrocase como un anillo, por efecto de una interacción con el medio (Resultado de giro traslacional), la estructura lógica mutante más sencilla será la de siete unidades: una central correspondiente al anillo magnético y seis alrededor para el eléctrico, o viceversa.

Curiosamente, del estudio de estos anillos se obtiene el valor de h sin más que considerar un pequeño margen de tolerancia o vibración fundamental entre las siete unidades.

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También ocurre que el valor de la tolerancia o vibración propia se corresponde con el margen para la longitud y el tiempo de Planck.

Hagamos referencia aquí a la llamada "Calle de Vórtices – de Von Kárma" y de cómo la oscilación en un fluido origina vórtices de sentidos alternos que se propagan.

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Estos vórtices nacro (En la atmósfera, en el mar…) se atenúan con rapidez debido a la viscosidad e interacción entre los elementos.

En el vacío, de supuestos componentes libres o casi libres (Neutros o de carga compensada), el efecto de atenuación será mínimo o casi inexistente. Para la perturbación electromagnética, además, juega a su favor el apoyo mutuo de los campos eléctrico y magnético y su compensación.

Según sentido alterno de los subvórtices y la carga rototraslacional se obtiene para el fotón un resultado análogo, en que la carga total es cero. Los subvórtices se originarían en el vórtice principal (Eléctrico en el caso de la figura).

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Ya hemos dicho que la estructura estática para el fotón no es posible, pero nos valdremos de ella como una forma virtual para su estudio.

Una conformación magnético-eléctrica estable "en reposo" sí que se da para partículas másicas normales, pero en el margen de dimensiones que nos es dado constatar al menos, no podrá hallarse un fotón inmóvil con esas características. Se trasformaría de inmediato.

Según la figura anterior, esa sería la "circulación de los subvórtices". En la consideración teórica habitual, para la interacción sobre un obstáculo se reduciría a uno sólo que en su oscilación va contagiando su movida a los elementos.

Para cada cambio de sentido de circulación aparecerá una tolerancia, o tierra de nadie, neutra, de espesor mínimo.

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La circunferencia roja posee una longitud igual al módulo de h (Sin potencias de 10)

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(La sutil tolerancia es difícil de establecer con exactitud por lo que su valor es aproximado)

Tiempo y longitud de Planck

La tolerancia o separación precisa entre los subvórtices (O el subvórtice sucesivo) significa un margen sin aprovechamiento real, cuya longitud y tiempo de recorrido para velocidad c son los mismos que los de la longitud y tiempo de Planck.

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Los valores para el tiempo y la longitud de Planck son:

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Onda y subonda

El subvórtice que se reinduce dentro del mayor según giro oscilante, daría lugar a la subonda, que avanzaría en su oscilación traslacional curva según la distancia p r/2 x 6, de media, es decir, 3pr en un ciclo de la onda principal fotón.

Para fotón estándar, la velocidad de giro-traslación de la subonda generada los subvórtices menores, sería igual a la longitud 3pr en el periodo, T= 1sg.

Recordemos que 4A = c, para el fotón estándar, A = c/4 = r

La velocidad curva de onda para el vórtice menor, en fotón estándar, será, si la velocidad interna es directamente proporcional a la frecuencia:

Vo.menor = 3p c/4 = ¾ pc ………….Para f=1

2 ¾ pc ………Para f =2

3 ¾pc ……….Para f =3

Vo.menor = f 3 /4 pc ………………. Para f cualquiera

Onda partícula

La onda fotón puede considerarse como un caso concreto de onda corpúsculo.

Demostremos por tanto que la demasía de velocidad de los internos campos fotónicos respecto a C es equivalente a la de la velocidad de las subpartículas de una partícula cualquiera respecto a su velocidad de avance, y cuyo valor total ha de ser

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para órbitas circulares en la corteza de la partícula.

Las subpartículas al fin y al cabo tambien son ondas. Se mueven y se manifiestan según trayectorias ondulantes. También constituirían de campos no exentos de carga.

Ya hemos visto como los campos del fotón en movimiento adquieren masa. Para una partícula no obstante, el movimiento interno siempre existe aunque la partícula no se traslade. Es la diferencia con el fotón. El fotón es de carácter dinámico y no se le puede encontrar en un estado de reposo.

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Una vez identificada la onda partícula como pequeñas masas en movimiento interno que globalmente se trasladan a velocidad v, para definirla sólo son necesarias la longitud de onda o en su caso la frecuencia y la amplitud. La amplitud sería equivalente con el radio de la partícula en el caso más simple. La longitud de onda vendrá dada por la relación De Blogie, y la frecuencia no una cualquiera de las internas sino la del pulso o superposición, la onda práctica de la partícula.

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La partícula constituye un paquete de ondas, las de sus componentes, que se desplaza con arreglo a una longitud de onda. Ésta vendrá dada por el adelanto de la posición del paquete respecto a la posición anterior. Adelanto que se provoca sobre las propias ondas internas impulsadas, cuya trayectoria se elonga en el sentido de avance. Esta longitud de onda para grandes masas es muy pequeña.

El dibujo anterior no es muy elocuente, pues nada explica de la dicha elongación como consecuencia del impulso de avance.

Veamos como podrían ser las orbitaciones y trayectorias internas para las subpartículas de un caso particular, aunque de forma genérica, los fermiones. Para ello nos valemos y nos apoyamos en una característica definitoria, el espín.

Para fermiones, espín =1/2, en que la partícula, en aparente paradoja, da dos vueltas por cada giro, podemos establecer unas trayectorias internas para las subpartículas que cumplan con esta salvedad:

1ª forma:

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2ª forma:

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3ª forma:

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De estos modos de orbitación oscilante interna, el más simple sería el primero. Sin embargo sus dos vueltas, equivalentes a dos oscilaciones respecto al plano ecuatorial para completar un giro, no se establecen de forma simétrica pues se cruzan de un lado de la partícula.

El modo siguiente de oscilación, tres oscilaciones por vuelta, sí que es simétrico, por lo que el equilibrio fundamental es evidente.

La tercera forma de oscilación en la trayectoria, cinco oscilaciones por giro en dos vueltas, también cumple con el equilibrio aparente de la partícula.

Si hemos de compaginar la simetría para el movimiento interno y la sencillez, pensamos que el modo de trayectoria adecuado para espín =1/2, sería el de la segunda conformación y siguientes, de frecuencia impar, por ser las que cumplen con el equilibrio. Para estados energéticos mayores la velocidad interna, es decir la frecuencia, habrá de incrementarse, por lo que se consideran oscilaciones progresivas, siempre de frecuencia impar para que la doble vuelta por giro se cumpla.

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Las dos vueltas para cada giro, viendrían a ser oscilaciones opuestas entre si aunque sucesivas que partiendo de un mismo punto vuelven a él, completando un giro propio, es decir, dos vuelta concatenadas, con el mismo sentido de reintegración en la confluencia del giro global.

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En la figura, en f = 4 puede verse la incongruencia de la frecuencia par para el fermión.

La identidad de dirección y sentido se daría con una sola vuelta.

La generación del espín

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A las altas velocidades a que se mueven las subpartículas, en su distribución probabilística se podría considerar que los dos trayectos de ondas debidos a las dos vueltas se suman, obteniéndose un único anillo, de masa equivalente partícula, aunque oscilante. Así ocurre realmente, la velocidad de las ondas oscilacilantes es mucho mayor que la resultante de traslación de la partícula; a efecto externos la consideración de un anillo único es muy aproximado. De esta yuxtaposición aparecería una pequeña oscilación de igual frecuencia que la de giro.

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Pero en la práctica esta simplificación no será precisa. Vemos como la elongación longitudinal compensada de las ondas giratorias internas daría lugar a la longitud de onda:

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Sería ésta una forma general, sin distinción de órbitas para las distintas subpartículas.

Compliquemos un poco la cosa con algo más concreto, las posibles estructuras internas de protón y neutrón para que el equilibrio de masas y las orbitaciones según el espín se cumplan.

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El equilibrio para el movimiento de los quarks requeriría órbitas o niveles distintos según la masa. En el caso que nos ocupa, ésta viene a ser aproximadamente el doble para quarks dow respecto a los quarks up. Como sea, y aunque la distinción no sea exacta, lo cierto es que no habrían de moverse en la misma órbita sino en distintas y acompasadas, como les impondrían la existencia de gluones y la relación cromodinámica.

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Las tres subpartículas en sus respectivas orbitas girarían a compás según el equilibrio de masa y enlazadas de sus gluones.

Masa energía del electrón supuesto de componentes fotónicos

La energía propia del electrón aislado, aquella que puede desarrollar sin necesidad de aniquilarse, no podría ser otra que el producto de su masa por su velocidad al cuadrado:

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La primera ecuación comprende la energía cinética interna y la gravitatoria, sólo válida si la gravedad no es despreciable, y sin tener en cuenta la energía rotatoria (Desplazamiento sin giro).

La segunda es la energía de fuerza fuerte que engloba a las anteriores. Ésta requiere de la aniquilación total, que no podría darse.

Así, prescindiremos de estas ecuaciones, para, en gravedad despreciable, valernos de la energía propia calculada como E = mv² = Ec + E de rotación.

La velocidad global de rotación sería la misma que la de avance, ya que la partícula, como onda partícula efectuará un giro cuya longitud de circunferencia es la misma que la longitud de avance tangencial con dicho giro (Se supone f =1), independientemente del camino sinuoso de sus elementos o las vueltas internas para que dicho giro se realice.

La relación antes obtenida de que la velocidad interna sea p veces la externa viene a significar la variación de la frecuencia interna con la velocidad de traslación y que realmente la partícula se mueve libre debido a su movimiento interno, con independencia que este movimiento sea iniciado o accionado desde el exterior.

Comparemos la masa del electrón con la del fotón:

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El resultado anterior indica que los supuestos fotones internos al electrón se moverían a una velocidad c = pve, y que la variación de energía habrá de ser según el factor p para la velocidad cuadrática:

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El electrón sería más energético y menos masivo por tanto, que la sumatoria de sus posibles componentes fotónicos:

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Esta variación sugiere que la gran cantidad de fotones equivalentes pudieran ser la base de los elementos cautivos en los anillos del electrón.

Considerada la partícula como onda corpúsculo, provocarle un aumento de velocidad le supone un incremento de energía que se traduce en un aumento de la frecuencia. Y efectivamente, se produce una contracción relativa de la onda debida a la frecuencia, lo que a su vez puede cuantificarse como aumento de masa, la masa relativa.

Según Lorenz entre el impulso p y la velocidad v no hay una proporcionalidad directa sino más complicada, pues v no es vectorial, es decir, v evoluciona de manera aleatoria, aunque cíclica, en el desplazamiento, por lo que se hacía necesario la introducción del famoso factor, el factor de Lorenz. Digamos que el efecto antes dicho sea como una oscilación o vibración provocada por la resistencia del medio (Del "vacío" u otro y la curvatura ET). Lo que no está tan claro es, si como onda partícula, en la que el fotón se incluye, esta sobre oscilación también aparece, o va inmersa en las propias transformaciones debidas a la frecuencia característica de la onda.

La masa relativista es un concepto fuera de uso que se ha sustituido por el de energía, lo que es un error, ya que la masa, el efecto masa, posee una concreción independiente aunque exista una proporcionalidad entre masa propiamente hablando y energía.

Imaginamos como más lógica una estructura de tres anillos perpendiculares para el electrón. Primero, porque el movimiento extensivo por causa del espín abarcaría toda la partícula. Segundo, como forma de que, aun de tratarse de un elemento compuesto, posea una resultante de carga negativa.

Según sea la dirección de avance, dos de los anillos se comportarían como ondas ligadas perpendiculares, neutras en conjunto (Al estilo del fotón).

El tercer anillo, desapareado, perpendicular a los anteriores, como onda envolvente daría la carga electrónica (Siempre que gire en la forma directa; en la retrógrada se trataría de un positrón).

Los dos primeros se constituirían de espinones (no aportan carga, sólo aportan espín, como ocurre al fotón).

El otro se compondría de holones (Sólo aportan carga y no espín).

Espinones y holones serían una manera de designar sus funcionamientos, intercambiantes según la dirección en que se desplaza globalmente la partícula, y de forma continua seguramente.

Podríamos decir que el electrón sea la suma de un súper fotón muy masivo y un anillo halo responsable de su carga.

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Autor:

Fandila Soria Martínez

Granada, junio, 2012