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La Muerte de Jesús. Salvación o simple acontecimiento histórico


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. La Muerte de Jesucristo
    3. El rescate de los hombres
    4. El Bautizo de Jesús
    5. Los primeros cristianos
    6. La vida después de la vida
    7. El destino de nuestra alma
    8. La esencia del Alma
    9. Conclusión

    Resumen

    Dentro del libre pensamiento religioso se pueden realizar muchas conjeturas respecto de todos los actores de los hechos acontecidos dentro de lo que se puede llamar "divino". Siempre causa revuelo cuando se trata del líder de la Religión Cristiana, Jesús. Muchos han sacado provecho económico al tratar temas espinosos como: la virginidad de María (madre de Jesús), los hermanos de Jesús, su esposa, sus hijos o linaje y el Santo Grial, etc.

    Sin embargo, pocos han tratado con profundidad los temas teológicos sobre los hechos acaecidos con el Hijo de Dios. ¿Cuánto hay de verdad en la doctrina enseñada por la Iglesia Católica? ¿Jesús mencionó o dijo alguna vez que con su muerte limpiaría el pecado al mundo? ¿Es doctrina de Jesús que con su sangre derramada redimía el pecado del hombre? ¿Fue S. Pablo que impuso dicha doctrina?

    Al leer el siguiente trabajo, no se pretende cambiar las creencias religiosas de nadie, como tampoco se quiere empañar la Fe guiada por la Iglesia o adquirida por nuestros Padres. No se trata de Blasfemar pero tampoco que se nos trate de heréticos, antes sirva para que el pensamiento de las personas siempre sea libre y no enclaustrado en los dogmas y prejuicios.         

    La Muerte de Jesucristo

    Uno de los principales dogmas de fe en el mundo cristiano es la creencia de que Jesús, el Mesías, tuvo dentro de sus propósitos de venir a la Tierra en calidad de Hombre, como Hijo de Dios, para morir para limpiar el pecado de los hombres.

    Es tanto el prejuicio religioso que dicha creencia nos ha llevado a considerar que la sangre derramada por Jesús en la cruz es símbolo de que con su muerte pagó el pecado original cometido por Adán. Sin embargo, dentro de los Evangelios no se encuentra ningún pasaje o palabra en la cual Jesús mencione que con su muerte libraría  o limpiaría al ser humano de los males que cometa en éste mundo terrenal.

    Recibimos la Eucaristía como símbolo de que aceptamos el cuerpo y la sangre de Jesús para remisión de nuestros pecados, pero ¿por qué la Iglesia nos enseña que luego de esta vida tendremos un juicio donde se valorará nuestros actos? ¿Podemos ser condenados o salvos si ya Jesús murió por nuestros males? Estas preguntas y muchas otras saltan al revisar los Evangelios.

    El rescate de los hombres

    Dentro del contexto de la sociedad en la que vivían los judíos, es decir, con la profecía de que vendría el Mesías para el rescate del pueblo judío, y siendo que Jesús se (le) proclamaba como el salvador de su pueblo, no es difícil colegir que algunos hayan pretendido ser parte del reino que se creía iba a implantar Jesús; es decir, ser relevante y partícipes de un reino terrenal luego del derrocamiento del Imperio Romano.

    Muchos contemporáneos de Jesús ya trataban de realizar esta hazaña: revolucionarios (insurgentes) como Judas el Galileo, Barrabás y otros, cuales fueron perseguidos, encarcelados y muertos; aunque el yugo romano los consideraba simples delincuentes. ¿Algo similar no ocurre ahora con los grupos que se revelan contra el sistema establecido y dominante?

    Como decía, muchos debían estar esperando que Jesús rompa la esclavitud y llegue al trono del nuevo reino de Israel. ¿Acaso Jesús no era proclamado como hijo de David y, por tanto, heredero del reino de Israel? Tanto es así que algunos discípulos cercanos a Jesús lo creyeron también, razón por la cual, al escuchar que Jesús tenía que morir ¿no lo interpretaron tal vez que iba a morir por la causa de liberar al pueblo judío?

    Pienso que si, ya que inmediatamente la madre de los hijos de Zebedeo (Juan y Santiago) le pide postrada a Jesús para que sus vástagos se sienten a su derecha e izquierda del trono. Pero Jesús (como sabemos) no vino para rescatar al pueblo judío del yugo romano sino para liberar al hombre del yugo que nos ata a éste mundo. Dentro de éste contexto es fácil interpretar "dar su vida en rescate de muchos"

    La pregunta que les realiza Jesús: ¿Pueden beber del vaso que yo bebo y ser bautizados con mi bautizo? es mal interpretada por sus discípulos y responden inocentemente: <<Podemos>>. Jesús les dice que realmente pueden pero para ser grande en el Reino de Dios deben primero ser servidores y remata diciendo: <<El Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate de muchos>>. ¡Interesante! No dijo: "Vine para morir por el pecado del mundo", porque si lo hubiera dicho así, aún ahora, no lo habríamos entendido en su verdadera magnitud. Porque una vez muerto, digo, pensaríamos que todos los seres humanos nacemos y vivimos sin pecado porque Jesús con su muerto ya lo lavo y nos redimió, y más, que ya nunca moriríamos porque: "La paga del pecado es la muerte"; y como sabemos, aún existe la maldad en el mundo a la cual debemos liberarnos sabiendo que Jesús nos dio esa libertad cuando somos transformados con un nuevo nacimiento y, por tanto, merecedores de una vida nueva luego de esta vida terrenal.         

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