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La política y la teoría de la evolución

Enviado por Felix Larocca


  1. Las coincidencias no existen
  2. La Tiranía de la Evolución
  3. En resumen
  4. Bibliografía

"En nuestro pasado remoto, nuestra mayor tendencia intelectual — como seres pensantes — fue la tarea interminable de tratar de explicar nuestras circunstancias por medio de los procesos del pensamiento mágico, de la religión, y de la creencia en fenómenos de origen paranormales". FEFL en La ciencia política, la genopolítica, y la genética de las mutaciones de Novo: Mutatis mutandis.

La raza humana, según se entiende, no ha hecho una mutación adaptativa por los últimos 35 a 45,000 años de su historia. Demostrando, de esta manera, que para su supervivencia, la Naturaleza no ha necesitado que se produzcan cambios en la estructura fundamental y básica de nuestra especie, permitiéndonos el beneficio temporal de una estabilidad morfológica y funcional.

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Jerarquía social: Lobos

Para poder entender, en detalle, las vicisitudes de nuestra marcha como especie, nuestra prehistoria — donde se acumulan los procesos originales de nuestra metamorfosis como género — no nos satisface totalmente en la labor de proporcionarnos los datos que necesitaríamos para descifrar, con el juicio apropiado, el curso de nuestra evolución, ya que los medios para registrarla no existían.

Mientras que nuestra historia anotada (contenida en documentos de orígenes más recientes) no constituye una interpretación fidedigna de los hechos pasados, puesto que el ser humano invariablemente ha tendido a distorsionar los eventos que le ocurren, para adaptarlos al servicio de sus fines personales.

En otras palabras, que "el conquistador siempre escribe la historia" — Y la historia así escrita está sujeta a distorsiones.

Por la razón aludida, poder entender los orígenes de los eventos que influyeran nuestro desarrollo evolutivo — que por vía de la observación de nuestras tribulaciones y vicisitudes como género — se torna en un ejercicio imposible, ya que no tenemos acceso directo a lo que, realmente, entonces, nos aconteciera.

Se dice que la Naturaleza procura el equilibrio y la adaptación de las especies.

Veamos, sí, de veras, la Naturaleza busca el equilibrio.

Nos preguntamos a este respecto, ¿cómo pueden concebirse eventos que nos afectan de modo negativo, y cuyas características son obviamente la antítesis de lo adaptable para el beneficio de la especie?

¿Cómo, entonces, entender que, al unísono, naciones y grupos marchan a su aniquilación total, sin pensar dos veces en las consecuencias contra intuitivas de su comportamiento perjudicial y dañino?

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Hispanoamérica

¿Cómo explicar que líderes sin escrúpulos, desprovistos de sentido moral, y carentes de toda honestidad puedan lograr la paradoja de arrastrar consigo conglomerados humanos de naciones, encaminándolos hacia la ruta de la ruina colectiva?

Solamente, la ocurrencia de esos fenómenos negaría la validez de la Teoría de la Evolución como paradigma de adaptabilidad y supervivencia, ya que, en principio, los malos líderes y sus secuaces deberían ser eliminados por el proceso de la Selección Natural.

Pudiésemos esperar que — asimismo como la Naturaleza dota a sus súbditos con mecanismos de ajuste para sobrevivir — que en el escenario de la aniquilación política, de la guerra injustificada, del holocausto y del genocidio caprichoso, que algunos mecanismos se activarían para salvaguardar el bienestar de aquéllos grupos, cuyos gobernantes pérfidos y villanos arruinan con sus designios perversos.

Si la Naturaleza (como se prevé y se supone) poseyera influencia en casos de esta índole, indubitablemente que — para beneficiar la estabilidad de la mayoría — que ese tipo de persona se eliminaría espontáneamente o la especie se inmunizaría a sus maniobras reconociendo sus potenciales deletéreos para el bien de todos — y, que, en el ámbito político actual — nadie por ellos votaría por ser "tóxicos", dañinos, o ambas cosas.

Los personajes más ilustres y de mayor influencia por los descubrimientos que hicieran explicándonos las leyes universales que nos rigen, han fallado en suplirnos una indicación que explique estos fenómenos tan extraordinariamente contradictorios.

Quizás por medio del estudio de eventos de orígenes históricos simultáneos y fortuitos en su aparición podríamos tratar de entender este mismo acertijo que nos deja perplejos.

Las coincidencias no existen

El alcance de las coincidencias es algo que tendemos a ignorar cuando se trata de explicar los merodeos del destino en su curso hacia la meta ineluctable de la subsistencia colectiva.

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La observación de la manera en que ciertos fenómenos históricos ocurren — basados en la aparición espontánea y simultánea de emergencia de ideas, de tendencias y de ciclos idénticos — nos deja maravillados por la propensión con que ciertos eventos emergen y cesan al mismo tiempo sin ostensible causalidad inmediata.

Nuestra historia y las biografías de los seres notorios que nos han iluminado el sendero que nos favoreciera seguir, están repletas de concurrencias cuyas influencias cambiaron nuestro destino y las vidas de nuestros antepasados.

Hoy reconocemos muchos de sus descubrimientos fortuitos como siendo resultado de la serendipia.

En orden de su importancia, los tres hombres más preeminentes en la historia de la humanidad, fueron: Mahoma, Isaac Newton y Cristo de Nazarea.

Un examen de la vida de Newton nos indica que su vida fue influida por una serie de casualidades y de actos aleatorios que, en muchas de sus coyunturas, le brindaron un aspecto de predestinación (en la que él vehementemente creía) en su curso.

Este fenómeno no resulta ser sorprendente, ya que muchos compartimos esas impresiones, que sirven para proporcionarnos con la intuición que nos señala rutas imprevistas, quizás oportunas, pero claramente inesperadas.

Algunos principios que a todos nos afectan aquí pueden ser enumerados:

  • Todos sentimos el deseo de poder influir y controlar nuestros destinos, tan inciertos como caprichosos.

  • Todos compartimos la experiencia de que las incertidumbres, características de la vida, nos llenan de ansiedades.

  • Todos recordamos que, si hemos gozado de éxito alguno, que nos sentimos "especiales" y predestinados, temiendo la pérdida imprevista de lo que hemos alcanzado.

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Mayas

  • Todos hemos sido testigos del hecho de que cada logro y toda posición de beneficio personal conlleva al resentimiento inevitable y la envidia gratuita que otros nos profesarán — más aún, proveniente de aquéllos a quienes favoreciéramos.

  • Todos comprendemos que no existe victoria absoluta y que aquéllos que anhelan ser triunfadores absolutos están destinados a sufrir decepciones absolutas.

  • Es un hecho concreto el que nos enseña que dictaduras, monarquías, regímenes opresivos y represivos, existen sólo como fenómeno temporal y que su duración está relacionada al crisol que en sí amalgama los factores históricos, para que de entre sus mismas cenizas ardientes surjan civilizaciones más adaptadas.

  • Que no hay nada ni nadie que pueda colocarse por encima de las leyes naturales que a todos rigen ciegamente. Como lo es la certidumbre de nuestro deterioro progresivo y de la finalidad, sin exclusiones, de la muerte.

  • Que el dinero, el poder y las riquezas son fenómenos que no proceden del modo que, necesariamente, nos beneficia, ya que a veces sin explicación lógica éstos se esfuman.

  • Y que la religión distorsiona el ejemplo, la visión y el verbo de sus profetas para incitar a sus clérigos a que tomen el camino hacia el poder y a las riquezas, y no a transitar el camino tortuoso del sacrificio y de la "santidad," que de ellos se esperan.

Otras consideraciones similares pueden añadirse a éstas, pero con lo hasta aquí expresado podemos empezar a hacer una exégesis temporal de la situación que nos afecta en este momento de nuestra existencia colectiva.

La Tiranía de la Evolución

Cuando pensamos en la aplicación de sistemas cuyos propósitos parecen ser universales — como lo son la inmanencia de las religiones, la presencia de sistemas de leyes "naturales" que organizan, estructuran y ordenan las relaciones entre los seres humanos, los temores atávicos que nos acosan y la tendencia que tenemos a seguir a otros para encontrar sosiego, paz y tranquilidades en la vida — entonces podemos concebir el "beneficio" relativo que los políticos nos confieren.

Como igualmente sucede con la presencia del plasmodio falciparum en la sangre de pacientes víctimas de la drepanocitosis — o las epidemias y las guerras en ciclos — sirviendo el propósito de "controlar" el crecimiento desbordado de la población.

Lo antedicho, representa una contingencia necesaria, penosa y transitoria, que al final nos beneficia.

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Primates

¿Pero de dónde provienen los políticos en su progresión natural y qué función nos sirven en un sentido evolutivo?

Los políticos, posiblemente se originaron en la proximidad de otros individuos especiales — en el sentido de que éstos compartían en la tarea de disipar nuestros miedos y proporcionarnos bienestar y seguridad — los cuales vienen cementados intrínsecamente (para sobrevivir) en la esencia de nuestra naturaleza.

Los otros que nos proveyeran solaz fueron el adivino, el curandero, el brujo, el sacerdote y el rey.

Como, si para divertirnos, más adelante crearíamos el muy acicalado, adornado, ornamentado y galardonado, payaso, personificado en el monarca arrogante, el político y el militar…

En resumen

No todas las naciones del mundo están gobernadas por oficiales corruptos, ni todos los políticos lo son.

Cuando de ellos dependemos tanto, como todos parecen depender, es indicación de que nuestro proceso evolutivo aun permanece en etapas atrasadas, donde se concebía que todo proviniera del padre todopoderoso a quien nuestras existencias entregáramos, como hijos del caudillo.

Pero, a medida que entramos en nuestra madurez emocional, nos sentimos obligados a esperar que el político no se adueñe de su rol, usurpando, con sus ideas de omnipotencia, la idea de que es dueño y señor de cualquier país y que los ciudadanos del mismo, existan para ser usados, decepcionados y engañados.

Donde la Naturaleza puede asistir, como antes lo ha hecho, es en el entendimiento de estas aberrantes circunstancias o, en su eliminación por medio de la Selección Natural…

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La espada de Dámocles por Jacques-Louis David

Es hora en la Evolución de todos los pueblos — resultado de una mutación adaptativa de la Naturaleza — que seleccionen, por medio de adaptaciones instintivas, políticos maduros para que juntos crezcan como naciones y como sociedades.

Lo que, aparentemente, hasta ahora, ha sido imposible.

Fin de la lección.

Bibliografía

Larocca, FEF: La ciencia política, la genopolítica, y la genética de las mutaciones de Novo: Mutatis mutandis. En monografías.com

Para artículos adicionales relacionados a este tema por este mismo autor:

http://www.monografias.com/cgi-bin/search.cgi?query=politico%20larocca

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca