Los estilos y estrategias de aprendizaje: para contribuir a la autorregulación del aprendizaje
Enviado por Alina Medina Valdés
- Resumen
- Introducción
- Desarrollo
- Los estilos y estrategias de aprendizaje: una vía para contribuir a la autorregulación del aprendizaje en los escolares
- Potencialidades de la situación social del desarrollo de los escolares para la autorregulación del aprendizaje a través del perfeccionamiento de sus estilos y estrategias de aprendizaje
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
El trabajo "Los estilos y estrategias de aprendizaje: una vía para contribuir a la autorregulación del aprendizaje en los escolares primarios", tributa al Proyecto de Investigación "Condiciones pedagógicas y vías para la dirección del proceso de autorregulación de los alumnos en la enseñanza primaria y secundaria básica " de la Universidad de Ciencias Pedagógicas . "Juan Marinello". El objetivo que se propone es elaborar una estrategia para contribuir a la autorregulación del aprendizaje en los escolares a través del perfeccionamiento de sus estilos y estrategias de aprendizaje. A partir del análisis teórico del tema, las autoras asumen que en la educación primaria, es posible lograr, de manera gradual, un proceso autorregulado en el escolar primario, partiendo de las características de los alumnos en cada uno de los grados y de las posibilidades de estos para autorregular su proceso de aprendizaje.
Introducción
La entrada del niño a la escuela marca un nuevo período de desarrollo, se inicia entonces su vida como estudiante, y ante él se abren grandes expectativas. Una nueva y compleja actividad comenzará a incidir de forma decisiva en su desarrollo y tendrá mucho que ver con la satisfacción de sus más variadas necesidades: el estudio.
El estudio para el escolar se convierte en una actividad socialmente importante que condiciona, en lo fundamental, el desarrollo de la personalidad; porque tiene la finalidad de que los escolares se apropien de un sistema de conocimientos que constituyen los fundamentos de la ciencia.
Se trata entonces de trabajar para la formación de un alumno que posea un pensamiento reflexivo, crítico, que pueda aplicar desde el punto de vista cognoscitivo estrategias para aprender por sí mismo. Esta labor lleva aparejado un alto grado de desarrollo de habilidades cognoscitivas que, como procedimientos generales, le permitan profundizar en el conocimiento de la realidad y determinar sus características, establecer nexos, regularidades, así como habilidades dirigidas a examinar, controlar y valorar el proceso y resultado de sus acciones, es decir poder conocer y fundamentar lo válido o no de sus productos.
Sin embargo, se reflejan en resultados de investigaciones que la gran mayoría de los estudiantes no logran aprender los objetivos que en el programa de estudio se aspiran a lograr, aprenden de forma reproductiva, lo que se ve afectado el desarrollo de habilidades y sus posibilidades para la reflexión crítica y autocrítica de los conocimientos que aprenden, tienen pocas posibilidades de proyectarse en las clases, es decir, de participar activa e independiente, todo esto está dado por la falta de autopreparación del docente, el carácter reproductivo de las clases, la cual descansa en las exigencias del maestro y no le da oportunidad a los alumnos de iniciativas e independencias, la concepción tradicional del aprendizaje; no introduce los nuevos cambios de la pedagogía, no se tiene en cuenta por parte del docente el logro de los objetivos propuestos, no se proyecta sobre la base de un diagnóstico certero que de oportunidad de conocer qué le falta a cada estudiante para poder aprender y poder orientar diferentes niveles de ayuda, diferentes métodos de estudio y cómo orientar el mismo, que le den oportunidad de explorar con precisión sus posibilidades de realización, de elaborar pruebas, tareas , estrategias, que le permitan identificar los antecedentes necesarios a los efectos de resolver el problema.
Como consecuencia de esas deficiencias, los alumnos transitan de un grado a otro con una preparación insuficiente para las exigencias que el nuevo grado le plantea. Estas circunstancias hacen evidente la necesidad de avanzar hacia una educación que permita potenciar una actividad reflexiva y autorregulada en el escolar, no solo hacia el conocimiento de la realidad externa, sino también al conocimiento de sí.
Precisamente, en la actualidad la Enseñanza Primaria enfrenta una serie de transformaciones que constituyen condiciones favorables para conducir un proceso educativo con mayor calidad, dirigido fundamentalmente a lograr la formación de un niño reflexivo, crítico e independiente, que asuma un rol cada vez más protagónico en su actuación, en correspondencia con la formación de valores sociales y de cualidades positivas de su personalidad.
No resulta posible hablar de un aprendizaje activo, reflexivo, con una implicación consciente del sujeto si no se enfatizan, como parte de su actividad, los conocimientos que debe lograr y las estrategias para lograrlo, las cuales le permitirán orientar sus acciones, tanto en la planificación como en el control del curso y el resultado, es decir, si el alumno tiene claridad, conoce qué se espera de él, qué estrategia debe seguir, esto garantiza la regulación que puede hacer de su propia actividad cognoscitiva.[1]
La aspiración de que los escolares sean activos, reflexivos, emprendedores en su aprendizaje, es reconocer las potencialidades que ofrece la etapa de la educación primaria para la autorregulación del aprendizaje, porque en ella se crean las bases para el logro de elevados niveles de autorregulación en etapas posteriores del desarrollo.
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