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Políticas microeconómicas de Chile

Enviado por Carlos Carlos


Partes: 1, 2

    1. El ámbito de la microeconomía
    2. El ámbito de las políticas microeconómicas
    3. Ejemplos de políticas e instrumentos microeconómicos
    4. Importancia y actualidad de las políticas microeconómicas en el debate público

    1.- El ámbito de la microeconomía

    El procedimiento más sencillo para ubicarnos rápidamente en el problema, es acudir a lo que dicen los propios microeconomistas sobre cuál es su campo de acción. La introducción y el índice de cualquier texto en la materia servirán para darnos un panorama inmediato.

    Así por ejemplo, recordemos como LeRoy Miller y Meiners (1988) concluían su capítulo introductorio, resumiendo que toda sociedad debe al menos realizar tres elecciones básicas: la asignación de recursos, el nivel de producción y el patrón de actividad sobre el tiempo. La microeconomía se centraba, decían los autores, en la primera de ellas. Es decir que la microeconomía se ocupará de comprender la manera en que se asignan los recursos en toda sociedad: hacia donde deben fluir los recursos limitados, cuáles sectores tendrán más mano de obra y materiales y de qué clase, cómo se determinan los precios y cuál es su importancia como portadores de información crítica para el funcionamiento de los mercados, cuáles son los obstáculos y distorsiones que se presentan en esta asignación, las repercusiones sobre el bienestar, el problema de las externalidades, los bienes públicos y las fallas de mercado, etc..

    2.- El ámbito de las políticas microeconómicas

    2.1. Cuando hablamos de políticas microeconómicas, nos estamos refiriendo a decisiones (políticas públicas, leyes, reglamentaciones, instituciones, etc.), tomadas por las autoridades (presidente, ministros, superintendentes, parlamento, etc.), relacionadas al ámbito microeconómico recién descrito y que son vistas como obligatorias por el resto de la sociedad.

     Por lo tanto, al hablar de políticas (sobre el tema que sea), se entremezclan y confunden (mucho más explícitamente que en la actividad estrictamente científica y académica), los aspectos objetivos encaminados a comprender y explicar la realidad, con los aspectos normativos, encaminados a operar sobre la misma, para transformarla radicalmente, modificar algunos de sus aspectos o simplemente, asegurar su mantenimiento. Dicho rápidamente (obviamente el tema requeriría de mucha matización), se empiezan a confundir criterios de verdadero/falso o provisoriamente demostrado empíricamente/no demostrado, con criterios del tipo mejor/peor, bueno/malo o más conveniente/menos conveniente. En esto último, el papel de los principios, posición ideológica, objetivos políticos, intereses económicos, prejuicios, ignorancia, etc., juegan un rol fundamental.

    En segundo lugar, cuando hablamos de políticas, como hemos visto ya reiteradamente, no sólo debemos prestar atención a su enunciado o formulación, sino también, entre otras cosas importantes, a la calidad de su diseño, la transparencia del proceso de elaboración, intereses en juego, objetivos en conflicto, calidad de la implementación, calidad de los resultados, consistencia con los objetivos perseguidos, etc..

    2.2. Situado así el tema, podemos interpretar adecuadamente lo que A. Galetovic postula como objetivo para las políticas micro (el autor se está refiriendo específicamente al caso de América latina):

    • "¿Cuál debería ser, entonces, el objetivo de la política microeconómica? Lo central es eliminar regulaciones, distorsiones y restricciones que impiden que los precios reflejen la escasez relativa de los recursos. Para ello la política debe ser neutral sin favorecer ni a sectores ni a regiones, y los mercados se deben liberalizar. A eso hay que agregarle que los programas de gobierno (gastos e inversiones) debieran estar sujetos a rigurosas evaluaciones sociales de proyectos. Nuevamente, la idea es que los recursos —esta vez los del estado— se pongan donde rinden más" (Galetovic, 2004).

    Como puede observarse, en el texto se identifican con claridad los dos planos mencionados en los puntos anteriores: el ámbito de aplicación de las políticas, sobre el cual habría poco que discutir y se encuentra en línea con las convenciones encontradas en los textos habituales sobre la materia, y el contenido u orientación de las políticas a aplicar en ese ámbito, los cuales sí pueden ser discutibles, aunque debemos aceptar que cada vez lo son menos.

    2.3. En todo caso, conviene recordar que la distinción entre macro, meso y micro, es de tipo analítico y los autores suelen transponer, modificar y/o ignorar sus fronteras, con mucha frecuencia. Muchos autores normalmente hablan sólo de políticas macro y micro (por ejemplo, Silva, s/f, entre tantos otros). Otros, los menos, consideran también la distinción entre meso y micro (Ramos, 1998; UNCTAD, 2003;OIT, 2004). Entre los que sí lo hacen, suele percibirse un achicamiento del ámbito micro en relación a los alcances que nosotros hemos propuesto. En algunos casos, este achicamiento es extremo. Por ejemplo Ramos (1998), reduce prácticamente los problemas micro al nivel de planta. En la medida que se tengan claros los ámbitos de referencia, independientemente de cómo se los denomine, este problema no reviste una importancia mayor.

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