Judaizantes en el Nuevo Reino de Granada: siglos XVI y XVII
Enviado por Juan Camilo Aristizábal Gómez
- Introducción
- Antecedentes
- Aspectos comunes
- Costumbres y ritos religiosos
- Oficio común
- Aspectos diferenciados
- Conclusión
INTRODUCCIÓN
Me propongo analizar la presencia de población judaizante[1] en el Nuevo Reino de Granada durante los siglos XVI y XVII, así como su importancia en la sociedad a nivel tanto económico como político y religioso y analizar el grado de importancia para la sociedad colonial de la época.
Es importante aclarar que debido a la naturaleza de las fuentes primarias[2] y secundarias consultadas, la información puede estar algo sesgada, hasta el punto de satanizar a los judaizantes mencionados o sus actos, bien sea de cada uno o en general.
Los interrogantes que utilizo para hacer dicho análisis – teniendo en cuenta los datos de la inquisición de Cartagena – serán: ¿Quiénes eran?, ¿Qué hacían?, ¿Cómo era su comportamiento en las esferas tanto pública como privada?, ¿Desempeñaban un papel importante en la sociedad donde eran vecinos? No pretendo resolver un interrogante, sino hacer un esbozo sobre este sector de población y lo que significaba su presencia, así como posibles consecuencias al presente.
ANTECEDENTES
Como no pretendo hacer repeticiones sobre lo que ya se ha escrito sobre la milenaria presencia de judíos en la península ibérica, lo comentaré de una forma breve para no caer en dichas repeticiones.
Se dice que su presencia se remonta hasta el siglo X a.C.,[3] cuando es posible la llegada gracias a la presencia de los fenicios que data de antes del siglo IX a.C.[4] Pero con respecto al tema de la conversión judía al cristianismo en España, en el siglo VII d.C. el rey visigodo Sisebuto aprueba una legislación antijudía[5] en la que se incluía una conversión obligatoria, luego habrá que remitirse a legislaciones durante la ocupación musulmana que requerían – en momentos de capricho moro – la conversión de judíos al Islam, pero fue hasta el final de la reconquista española cuando los Reyes Católicos decretaron la expulsión del territorio español para quienes aún no se habían convertido, de ellos una buena cantidad partió hacia Portugal, donde fueron bautizados por obligación todos aquellos niños judíos nacidos entre 1483 y 1493[6], es decir que estos niños forzosamente serían vistos y reconocidos (al menos desde el rito) como cristianos así como sus descendientes por los reinos unificados de Portugal y España (Castilla y Aragón). En vista de que el acceso a los territorios del Nuevo Mundo fue limitado por la Corona a solo cristianos, es posible que estos cristianos nuevos hayan desembarcado en las Antillas, la Nueva España o el Nuevo Reino directamente desde la península ibérica – muchos con certificados de sangre falsificados o cartas de naturalización[7] a buscar suerte en la empresa de conquista de las Indias (en el caso temprano) o del proceso de colonia a mediados del siglo XVI. Es aquí donde empieza el desarrollo de este trabajo.
ASPECTOS COMUNES
Como ya se dijo antes, una manera para detectar nosotros a los judeo-conversos de la época es a través de los registros de Tribunales de Inquisición (para el caso Cartagena), este tribunal estaba siempre alerta y con un ojo puesto encima de cristianos nuevos y sus descendientes (como la mayoría de cristianos viejos). De esta forma, tenían identificadas una serie de características comunes referentes a costumbres entre aquellos que se presumía eran judaizantes[8], las cuales se verán más adelante. Otro aspecto que podría denominarse común era que la mayoría de judaizantes registrados eran de nacionalidad portuguesa, entonces se decía que así como la nacionalidad española era sinónimo de la condición de cristiano, la nacionalidad portuguesa implicaba una condición de sospechoso judaizante.[9] El tercer aspecto común es que la mayoría desempeñaba un oficio dentro del campo del comercio, bien sea como simples mercaderes, como factores, o como tratantes de esclavos.
COSTUMBRES Y RITOS RELIGIOSOS
Primero, cabe aclarar que del pueblo judío no se puede hablar como una etnia específica[10] puesto que ahora reúnen gente de todas las razas y hacia la edad media se confundían con la raza blanca en cuanto a apariencia, mas no a costumbres, aunque no hay que olvidar que los primeros judíos de origen semita que llegaron a España se mezclaron con indígenas que a la postre también serían convertidos en parte; de esta manera tenemos una mezcla con españoles, luego con moros y portugueses por lo que parece que antiguamente no existía la tendencia actual de este pueblo hacia la endogamia. Sin importar esto, han sabido conservar su identidad con base en un rito, una creencia y una promesa: el rito de la ley mosaica consignada en la Torá, la creencia de ser el pueblo elegido por Dios y la promesa surgida a partir de la diáspora de volver a Jerusalén y restaurar el templo para la venida del Mesías. Son precisamente ese rito y esa creencia las características que les hizo ser reconocidos – en las comunidades donde residían -, traducidas en comportamientos (a veces exagerados y mal justificados e interpretados por sus detractores) que fueron señaladas en varias ocasiones por funcionarios, escribanos, etc. Algunas de estas características "distintivas" eran:
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